Capítulo 57

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Ángela y Athié estaban cerca de la fuente, y cuando llegaba Renato, Ángela le preguntaba al chico:
—¿Por qué hiciste eso?
—Porque me gustás, no me vas a decir que no te diste cuenta —le respondía Athié.
—¡Te voy a matar!
    Ángela pegó un grito y saltó lejos cuando vio a un enojado castaño empujar a Athié desde atrás. Sebastián no esperó ni un segundo para dar media vuelta y enfrentar a Renato.



***


Capítulo 57

—¡Hiciste llorar a mi hermana! ¿Para qué te acercaste a ella? ¡Forro!

    Athié le devolvió el empujón y Renato le clavó una trompada en el labio, haciéndolo sangrar.

—¡Paren! —Sollozaba Ángela, más asustada todavía.

   Pero ninguno de los dos chicos la escuchaba o hicieron que no la escucharon. Estaban pendiente del otro, la sangre hirviendo por dentro. Athié le devolvió la trompada con otra, que fue a parar por debajo del ojo izquierdo del castaño. Y acto seguido, empezaban a empujarse para tirarse al suelo.

—¡Paren! ¡Eh!

    A los empujones se sumaron patadas que daban en los muslos, en la cadera. Un nuevo golpe de puño sorprendió a Athié en el estómago.

     Y el rector apareció entonces. Era imposible que nadie hubiera escuchado sus gritos.

—¡Quattordio, Athié, sepárense!

    Habían empezado con las patadas y los empujones otra vez, haciendo que Athié lograra tirar al suelo a Renato.

    Ángela estaba llorando. Alejandro se volteó a mirarla y le pidió con suavidad que volviera al aula. 

     El castaño se puso de pie, pero Athié lo agarró de los pelos y tiró, haciéndolo caer otra vez.

—¡Basta!

    Con disgusto, no escuchando nada alrededor, sin importar las manos del rector en sus hombros, intentando ponerlo de pie, Renato le dio un golpe con el pie a la parte de atrás de las rodillas de Athié. Él miraba en dirección de Ángela, que caminaba para salir del patio, pero sin querer irse al mismo tiempo. El chico cayó de rodillas al suelo.

    Un profesor de segundo año se unió de pronto a ellos para ayudar.

     Alejandro agarró a Renato del antebrazo cuando este se puso de pie. Se movía mirando a Athié, la respiración agitada, los ojos fríos. El otro profesor agarró al otro chico.

—¡Los dos a Rectoría, ahora! Caminen. —Ordenó el rector, soltando al chico, y los cuatro caminaron al despacho. Subieron la escalerita hacia Preceptoría y de ahí salieron para seguir camino.

     Renato caminaba delante y los demás iban detrás. No dejaba de voltear para dirigirle miradas de hielo a Athié, que se removía y trataba que el profesor lo soltara.

     El rector abrió la puerta e hizo un ademán  con la mano, indicando que pasaran. Parecían estar más tranquilos y entraron al sitio en silencio. El castaño se sentó pesadamente en la silla mirando al rector ponerse tras el escritorio. Athié no paraba de mirar con furia a Renato mientras se sentaba en una silla al lado de él.

      El castaño se pasaba sus dedos por el golpe en la cara, que le latía, mientras que el labio de Athié había dejado de sangrar, pero había dejado manchas de sangre en su guardapolvo.

—¿Nos va a echar? —preguntó el castaño.

     De repente, Renato tenía miedo, pero no se arrepentía de lo que había hecho. Nadie se metía con su hermana y ahora ella estaba sufriendo por Athié y por culpa de él también, pensó el chico.

Chico problemático // QuallicchioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora