—Estoy cansado. Quiero hacer el amor con vos, Lucía. No digas eso que me matás. Perdón si te hice sentir así. Pero hoy… fue hoy nada más. Estoy cansado. Ya se me va a pasar. Fue hoy nada más. No me pasó nada.
Seguro era eso, intentaba tranquilizarse él mismo.
Trató de no pensar, quiso dormir y olvidar todo. Y así fue. Se sacó y tiró el preservativo en el tacho de basura. Después salió y se acostó al lado de su novia. Se aferró a Lucía, rodeándola con los brazos y durmieron.
Porque no había pasado nada.
Capítulo 10
Gabriel intentó enterrar en lo profundo de su mente lo que había pasado esa noche. No sabía qué había pasado, pero había sido cosa del momento. No significaba nada que recordara a Renato en mitad de la relación sexual que estaba manteniendo con Lucía.
No significaba nada.
Todavía no había hablado con Quattordio sobre por qué no iba a las clases particulares y eso sí no podía sacárselo de la cabeza, por lo que ese miércoles diez de abril, llamó al chico mientras estaban en la clase.
Desde que lo había visto por primera vez ese día, le fue un poco difícil mirarlo, se ponía bastante nervioso, pero trataba de hacer lo mejor que podía.
—Voy a clases de batería —le contestó Renato. El chico estaba sentado en una silla al lado de donde se sentaba el profesor, tras el escritorio.
¿Para qué hacerle saber sus miserias? ¿Con qué cara lo miraría si se enteraba lo que los había arruinado su padre? A pesar de todo, lo quería, era su padre.
Renato sentía que le hablaba a los rulos del profesor, y a su perfil, porque este miraba al escritorio en lugar de a él.
Ángela justo se había puesto de pie para hacerle una pregunta al profesor.
—¿Vas a clases? ¿Y podés comprarte una batería al final?
—¡Ange…! —Trató de callarla el chico.
Gabriel miraba sin entender nada.
—¿Estuviste ahorrando…?
—Ange, después hablamos —la cortó.
—Torres, si viene a preguntarme algo, espere unos segundos sentada, por favor, que quiero terminar de hablar con Quattordio.
—Estoy muy contenta con que puedas comprarla, Tato, en serio.
Y entonces volvió a su asiento.
—¿Va a comprarse una batería?
La mirada de Gabriel hacia delante, cuando Renato estaba sentado al lado de él.
—¿Por qué no me mira? —le preguntó el castaño.
Entonces, Gabriel volvió la cabeza en su dirección para mirarlo directo a los ojos.
—Perdón. ¿Va a comprarse una batería? ¿Le gusta tocar la batería?... Quiero que toques… Quiero verte tocar… Quiero escucharte… Escucharlo —dijo Gabriel, enredándose un poco.
Renato ardió de pies a cabeza mientras su corazón palpitaba con intensidad.
—¿En serio? —La ilusión golpeando en su pecho.
—Sí, en serio —Le dijo Gabriel, sin dejar de mirarlo a los ojos. A Renato se le escapó una sonrisa ancha que mostraba su hilera de dientes. Entre ilusionado y nervioso. Gabriel lo acompañó con otra sonrisa.
Renato quería tocar y que él lo escuchara, pero su sonrisa desapareció rápido al darse cuenta de que sería imposible sin una batería.
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Chico problemático // Quallicchio
Romance-Repitió segundo y cuarto. Golpeó a sus compañeros en varias ocasiones. Y una vez golpeó a un profesor. -¿Le preguntó por qué hizo eso? -quiso saber Gabriel. -¿Y por qué iba a ser? Causar problemas es su afición. Quattordio es un chico problemátic...
