Capítulo 17

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       Y debajo de eso, una seguidilla de diez videos de cuando tocó Renato con ellos y de cuando Renato tocó solo. Y se quedó mirando cada video una y otra vez, con la alegría desbordando. Y siguió mirando y repitiendo hasta que el cansancio pudo con él.

       Soy su fan.

       Le contestó a Gastón, y rendido, se acomodó para dormir después de poner la alarma.

                               ***

Capítulo 17


    Gabriel despertó esa mañana antes de que sonara la alarma. Se sentía distinto. Sentía un nudo en el pecho por haber roto con Lucía, pero no era arrepentimiento. Tal vez sentía un poco de lástima y remordimiento, pero no por romper, si no por cómo estaría sintiéndose ella.

    Agarró el celular de la mesita de luz y vio que Gastón le había respondido el mensaje de la noche anterior.
    

      Jajajajajaj ese chikito te tiene loquito


   Gabriel sonrió, mientras la sonrisa de Renato aparecía en su cabeza, con los ojos marrones brillantes y los hoyuelos marcados. Sintió un calorcito llegar a su pecho. Quería que estuviera ahí con él. 

    Siguió leyendo los mensajes de su amigo.
   

    Tenemos q hablar

       Y entonces, el ojiverde le contestó:

   
       No te lo voy a negar.
       Te llamo en 5

      Esperó a que su amigo le contestara antes de llamarlo. Eran las diez de la mañana, los fines de semana se permitía dormir un poco más, pero Gastón debía estar ya en el bar.

     “Tato", “Tato", “Tato".

     La voz del profesor diciéndole “Tato" hizo que Renato abriera los ojos.

—¡No, no, no, no!

      Odiaba a Gabriel. Lo odiaba por acercarse así y hacerle las cosas más difíciles. Él se había propuesto a olvidarlo, pero estaba pensando en él más que nunca.

     Salió de la cama para darse una ducha, a ver si el agua inundaba sus pensamientos y los ahogaba, pero fue peor, porque su mente se llenó de la fantasía de Gabriel corriendo la cortina de la ducha, desnudo también, acercándose a él y recorriendo sus manos por su torso.

     Renato tenía que dejar de pensar en esas cosas, no pensaba que fueran posibles, pero ¿cuándo su mente le hizo caso alguna vez? Ahí mismo estaba la prueba.

     Gastón fue el que llamó a Gabriel. Este estaba preparándose mate y panqueques con Nutella cuando le sonó el celular.

—Hola, querido, ¿por qué te fuiste del bar? Estás en altavoz, Agus está escuchando.

—Hola a los más grandes chusmas de la historia argentina.

    Los tres rieron.

—Me llamó Lucía, quería hablar cuánto antes, ya corté con ella.

—¿Y cómo te sentís?

    Gabriel resopló.

—Bien. Mal. Mal por cómo se debe sentir ella, pero bien, porque salió todo bien, me va a permitir ver a Chiara y  me siento aliviado. Seguir con ella iba a ser una mentira.

—¿Y ahora cuál es tu próximo paso?
   Gabriel se quedó callado. ¿A qué se refería?

—¿No vas a hablar con él? ¿A él le gustan los hombres? —Preguntó Agustín.

Chico problemático // QuallicchioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora