Gabriel miró mientras la puerta se cerraba. Se acercó y pegó la oreja, con preocupación, para escuchar si había gritos. Si los había, él quería intervenir, no quería que le hicieran daño a Renato. Pero a la vez tenía miedo de que Athié fuera corriendo a contarle a su padre que lo había visto en la casa del castaño. Podría haber muchas razones por las que estaba ahí en la casa, como que habían decidido que las clases particulares fueran allí, pero ¿y si no se las creía?
Estaba acorralado. Si Athié hablaba, podía perjudicarlos en el colegio, y si se iban a los golpes y lastimaba a Renato…
Tenía que quedarse ahí.
“¡Renato!”, espetó en su mente.
***
Capítulo 54
Y ahora que lo pensaba, su padre no veía con buenos ojos lo de las clases particulares, además de que estaba prohibido. Por más que hubiera dejado de insistir en el tema (quizá pensaba que ya habían terminado con las clases), que se enterara de que estaba en la casa de Renato por eso, podría hacerlo enojar otra vez.
Empezó a sonar el celular de Gabriel en ese instante, lo que lo hizo salir de sus apabullantes pensamientos, y sin alejarse de la puerta, lo agarró con rapidez del bolsillo delantero de sus jeans y vio que se trataba de un mensaje de Gastón. Le decía que, al día siguiente, cambiarían la batería y que sería mejor que aprovecharan el flete para llevar la vieja a la casa de Renato.
Mientras, Renato fue directo a la cocina para salir al patio y los chicos entraban justo. Bruna tenía una amplia sonrisa mientras miraba a Athié, y Renato no quería dejar de ver esa sonrisa, pero no quería que ese chico estuviera en su casa y mucho menos que estuviera con su hermana. De cualquier manera, ella estaba contenta, podía notar Renato y, de pronto, sentía que no sabía qué hacer.
Optó por echarlo de la casa, pero con más tranquilidad.
—Tato —dijo Bruna, con los cachetes tornándose rojos.
—Hola, Tato —dijo Athié, serio.
—¿Quieren jugo? —preguntó Bruna, yendo a la heladera a abrirla y sacar la bebida, sin notar las miradas penetrantes y fulminantes que Athié y su hermano se estaban dirigiendo.
—¿Qué hace Athié acá?
—Es mi amigo, lo invité —respondió la chica, sirviendo los jugos—. ¿Pasa algo? —Preguntó, agarrando uno de los vasos y llevándoselo a la boca, a la vez que miraba a ambos chicos, confundida.
—No, nada.
—Tato, Athié sabe de los temas de matemática que te costaban, él te puede ayudar —dijo de pronto Bruna, como si fuera una brillante idea. Bueno, para ella lo era.
—No —soltó Renato—. Estoy bien con eso, Bruna.
—Pero…
—Bruna, estoy bien —la cortó.
Athié apretaba los labios para no reír.
—Voy al baño —La voz le salió algo dolida a la chica, que fue hasta el baño sin mirar a ninguno. ¿Tan mal le había hablado Renato? Se quería matar ahora, había puesto mal a su hermana.
—¿Y vos de qué te reís?
—No te creo que estés bien con matemática.
—Antes de que me ayude alguien como vos, prefiero reprobar.
—Tranquilo, a mí tampoco me gustó la idea.
—Bueno, creo que ya podés irte, ¿no?
—Recién llego. ¿No vas a cagar la felicidad de tu hermana porque no nos llevamos, o sí?
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Chico problemático // Quallicchio
Romance-Repitió segundo y cuarto. Golpeó a sus compañeros en varias ocasiones. Y una vez golpeó a un profesor. -¿Le preguntó por qué hizo eso? -quiso saber Gabriel. -¿Y por qué iba a ser? Causar problemas es su afición. Quattordio es un chico problemátic...
