Gabriel entró a la escuela ese viernes con la mente en Chiara. La noche anterior, le había preguntado a Lucía si podía llevarla el sábado así la llevaba a pasear, pero ella le había dicho que no podía, que tenían otras cosas que hacer.
Gabriel esperaba que no fuera mentira.
Estaba por entrar a la sala de profesores cuando vio que su padre doblaba un pasillo y se acercaba a él.
—Lo estaba buscando, Gallicchio, tengo algo que hablar con usted. Es importante. Sígame a Rectoría.
***
Capítulo 36
Gabriel cerró la puerta de la sala de profesores después de saludar con unos “Buenos días" a Stefanía y a otros profesores que se encontraban allí.
—¿Qué pasó, señor? —preguntó Gabriel al tiempo que ambos caminaban hasta Rectoría.
Con Renato habían sido muy cuidadosos. Solo se habían visto en clases y el miércoles que lo había llevado a su trabajo. Y si hubiera sospechado algo en el cumpleaños, su padre podría habérselo dicho antes, no después de una semana. Su corazón latía apresurado.
—Quiero hablar con vos de algo —le dijo Alejandro cuando entraban al pequeño espacio. “Vos", eso podría significar que lo que le quería decir no tenía nada que ver sobre el colegio, pero no quitaba que quisiera hablar sobre Renato. —Desde el sábado quise hablar. Pero estábamos festejando tu cumpleaños, no era buen momento. Te veías muy feliz.
Recordar la noche del sábado debería haberlo hecho sonreír, pero ahora lo que fuera que su padre quería decirle lo preocupaba.
—¿Sobre qué? —Gabriel entendía cada vez menos.
Alejandro fue a sentarse tras el escritorio y Gabriel se sentó delante, poniendo la valija sobre sus piernas.
—Sobre Chiara.
Gabriel se lo quedó mirando. ¿Podría ser que Alejandro volviera a sacar un tema que creía olvidado?
—Creo que ya tenés una idea. Ya sabés mi pensamiento.
—No es mi hija. —Ese era el pensamiento de su padre, se lo había recalcado varias veces hasta que una vez dejó de hacerlo porque lo había hecho enojar en serio.
—¿Cómo está todo con Lucía ahora?
—El viernes tuvimos un pequeño inconveniente, pero todo bien —respondió Gabriel, intentando ver a dónde quería llegar su padre.
—Pequeño inconveniente…
Ese pequeño inconveniente podría convertirse en un gran inconveniente más adelante, pensó Alejandro.
—Papá, hablá, no entiendo nada. —Ya estaba asustado de lo que le podía estar queriendo decir. —Si es por Chiara… Ella me deja verla, ¿fue a mi cumpleaños, no?
—Chiara es hija de tu ex, Gabriel. Va a llegar el momento en que Lucía… pueda que… ya sabés, Gabriel, no quiera que la veas más.
—No —solo pudo largar Gabriel, con la garganta apretada, ahogada en lágrimas que empezaban a subir hasta sus ojos.
—Sabés que tengo razón, Gabi. No quería que te pongas así, por eso te lo estuve haciendo recordar todo ese tiempo. Podía ser que aún siguieras con Lucía, pero también podía ser que todo terminara, y eso fue lo que pasó. Va a encontrar otra pareja y va ser raro que siga de acuerdo en que su hija vea a su ex, que ni siquiera es su padre. O va a pasar algo más que “un pequeño inconveniente” y el tipo de relación que tengan ahora no va a dar para más…
—Ella no tiene problemas, papá. Tampoco quiere que Chiara deje de verme a mí.
—Esto ahora. Eso puede cambiar. Gabi, quiero que lo tengas en claro para cuando pase…
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Chico problemático // Quallicchio
Romance-Repitió segundo y cuarto. Golpeó a sus compañeros en varias ocasiones. Y una vez golpeó a un profesor. -¿Le preguntó por qué hizo eso? -quiso saber Gabriel. -¿Y por qué iba a ser? Causar problemas es su afición. Quattordio es un chico problemátic...
