Mientras, Renato intentaba alcanzar sus labios con los suyos, y luego, los dos se acercaban más al otro, al tiempo que sus corazones latían con intensidad y deseo. Sus labios rozando y unos pasos acercándose…
—¡Por fin lo encont…! —exclamó la voz de Valeria.
Gabriel se retiró como si hubiera hecho algo malo. Sus ojos brillaban, los de Renato también.
—Ya me tengo que ir…
—Le abro —dijo Valeria, mirando a uno y a otro.
—Lo veo mañana en el colegio, Quattordio.
Renato quedó en el lugar, odiándose, porque casi besaba a su profesor otra vez. Unos segundos después, unos brazos lo rodearon.
—Mi amor…
Su mamá. Su mamá que se daba cuenta de todo.
—Puedo olvidarme de él. Voy a olvidarme de él. Puedo hacerlo. —Lloraba el castaño
* * *
Capítulo 14:
Esa noche, Gabriel se hizo chiquitito en su cama. El celular no dejaba de sonar. Era Lucía. No quería atender, pero solo lo hacía por Chiara, y lo confundía pensar ahora así.
—Hola, ¿le pasó algo a Chiara? —Fue lo primero que dijo al atender después de haber dejado que el celular sonara por horas.
—No, amor, solo quería hablar con vos. Chiara está bien. Con sus abuelos. Quería decirte de vernos ahora.
Gabriel cerró los ojos, no habló.
—¿Gabi?
—No, perdón.
—¿No podés? ¿O no querés?
Gabriel se volvió a quedar callado. Se debatía entre ser sincero y no lastimarla. Si llegaba a ser sincero, la lastimaría.
—Gabriel…
—No quiero.
Y si no era sincero, también la lastimaría.
—Ah, está bien.
—Perdón.
—Me gusta que seas sincero. Otro día nos vemos.
—Sí —largó el ojiverde con las lágrimas intentando salir.
—¿Estás bien? ¿Estás llorando?
—Estoy bien.
Hecho una maraña, pero bien.
—Amor.
—Estoy bien, Lu.
—¿Comiste?
—Sí, sí.
—Bueno, descansá.
Intentó dormir por un buen tiempo, mientras unos ojos marrones insistían en permanecer en su mente.
A la mañana siguiente, Renato estaba tentado de faltar. Quería olvidar todo lo que conllevaba Gabriel, pero a la vez no podía abandonar el colegio. Su hermana tenía razón: quería ser alguien en la vida.
Así que estaba sentado a la mesa de la cocina, desayunando con Bruna, ya con el guardapolvo puesto y la mochila lista.
Gabriel no tenía nada que ver con su decisión. No le importaban sus ojos verdes; no le importaba su boca; no le importaban sus rulos; no le importaba que se acercara él para hablar; no le importaba su presencia.
Ni él se lo creía.
Aquella mañana, Gabriel empezó a dudar si Renato iría al colegio o no. No sabía por qué había faltado y no se lo había preguntado, pero él había creído que había sido por lo del sábado. ¿Realmente, no recordaba el beso? Él lo recordaba cada segundo, iba a morir en cualquier momento.
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Chico problemático // Quallicchio
Romance-Repitió segundo y cuarto. Golpeó a sus compañeros en varias ocasiones. Y una vez golpeó a un profesor. -¿Le preguntó por qué hizo eso? -quiso saber Gabriel. -¿Y por qué iba a ser? Causar problemas es su afición. Quattordio es un chico problemátic...
