17. Peter Parker

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Titulo: "No soy una damisela en apuros"

Advertencia: No

Maldita sea. Me volví a retrasar en la biblioteca. Mi padre me matará por andar caminando a estas horas por las calles de Queen. Y para terminar el regaño, no he pasado a comprar la cena de hoy que mi madre me pidió que comprara.

Entré al almacén de la esquina de mi casa y le sonreí al dueño que se encontraba detrás del mostrador.

―Hola, Frank.― Lo saludo y él me regala una sonrisa con su bigotuda boca.

―Hola, ____ ¿En qué te ayudo?

―Me das tres trozos de pollo, un kilo de arroz y...esos pasteles se ven muy ricos.― Frank ríe al ver mi cara de emoción y me sirve todo lo que le pido. Le doy el dinero y le sonrío agradecida.― Gracias, Frank. Que tengas buenas...

El ruido del vidrio de la puerta rompiéndose nos pone en alerta. Me alejo de la caja registradora y me apego a la pared con las manos levantadas. Entran tres hombres armados y obligan a Frank a entregarles todo el dinero. Uno de los ladrones me apunta con el arma para evitar que escape y cierro los ojos asustada. Intento controlar mi respiración, pero me es imposible.

―Al parecer les encantan los pasteles de Frank tanto como a mí.― Giré la cabeza hacia el nuevo invitado. Sonrío cuando me doy cuenta de que es el hombre araña. El hombre que me apuntaba con el arma la redirige hacia el hombre araña, aprovecho su distracción para quitarle el arma y pegarle una patada en los bajos y luego en la cara cuando se agachó adolorido.

Veo como el hombre araña pelea con los otros dos hombres y los deja inconsciente a ambos. Se acerca a mí y ve al hombre inconsciente en mis pies.

―No soy una damisela en apuros.― Le sonrío y escucho su risa mientras niega con la cabeza.

―Solo ten más cuidado la próxima, pudiste haberte hecho daño.― Le hago un gesto con la mano para decirle que no se preocupara, pero al darme cuenta que solo lo dijo por protegerme cambié de opinión y le sonreí tímidamente.

―Tendré cuidado, tranquilo.― Me despido de Frank y salgo por la puerta con mis cosas.

Por suerte mi padre también se había retrasado y no me vio llegar tan tarde, por lo que no me regaño y solo disfrutamos de una rica cena.

...

Me encontraba en la ventana de mi dormitorio mirando hacia la ciudad. Eran las tres de la mañana y no podía dormir. Vi una sombra en el edificio de enfrente y luego al hombre araña balanceándose para llegar al árbol unos metros más debajo de mi ventana.

―Hey, hombre araña.― Le susurro y él levanta la mirada sorprendido.― ¿Tú no duermes?

―El crimen no lo hace.― Se encoge de hombros.― Usted no debería de estar durmiendo, señorita.

―No tengo sueño.― Me encojo de hombros.

― Deberías de descansar. Mañana tienes clases.― Me recomienda y yo ruedo los ojos.

―Tú también tienes clases.

― ¿Cómo sabes si voy o no a la escuela?― El hombre araña se sienta en la rama y apoya su espalda en el tronco.

―Eres un adolescente, claro que vas a la escuela.

― No sé porqué lo dices tan convencida.― Su voz me da risa, escucho ruido en el dormitorio de mis padres y me quedo en silencio esperando alguna señal de vida. No ocurre nada y vuelvo mi mirada hacia el hombre araña.

―Algo me dice que vas a la escuela. Tengo buenos instintos.― Susurro.

―Esos instintos te meterán en problemas.― Lanza una telaraña y se va.

One Shots - Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora