Lena avanzó por aquel pasillo frío y oscuro como quien camina por el corredor de la muerte. Las manos le sudaban y su corazón galopaba con premura. Se aproximaba el momento que había querido prolongar el mayor tiempo posible. Aún sin saberlo, la llegada de ese mismo día; del segundo en que tuviese que ver a su hermano los ojos otra vez y presenciar aquello en lo que se había convertido, había formado parte de sus peores pesadillas.
Aquel mismo instante, por su parte, tampoco resultaba el más idóneo para tan significativo acontecimiento. La cabeza de la joven estaba a kilómetros de distancia, enfocada en el incierto destino de la persona que buscaba ganarle tiempo arriesgando su propia vida.
La imagen del rostro de Kara cuando le dijo que sabía su secreto aún prevalecía oscilando vívidamente en su conciencia... No estaba segura de que su decisión hubiese sido la mejor. Lo cierto fue que, en el momento en que se dispuso a abandonar la oficina tan solo un cuarto de hora antes, una certeza de grandes proporciones obstaculizó cualquier presencia de lógica o sentido común que pudiese haberle quedado; el hecho de que quizás fuese la última vez que viera a Kara.
Tan solo por lo dañina que sabía que podía llegar a resultar esa idea, la apartó por completo de su mente en el momento en que se sentó a solas en la sala fría y silenciosa a la que asistían los familiares de los reclusos de máxima seguridad, cruzando una pierna por encima de la otra y soltando un suspiro.
Concéntrate- Se dijo a sí misma-. Solo es el zopenco de tu hermano.
El zopenco asesino y desquiciado de su hermano. Ese mismo que había echado todo a perder por su asquerosa obsesión con Superman...
Su obsesión, muy seguramente, con el primo de Kara...- Le susurró una vocecita que, al parecer, ya había podido unir los cabos a su disposición.
Lena se masajeó las sienes, agobiada. Quizás tendría que haberle asegurado a Kara que, por mucho que fuese una Luthor, protegería su secreto a cualquier costo... ¡Pero qué imbécil había sido! ¿Necesitaba realmente la otra chica enterarse de semejante detalle segundos antes de enfrascarse en un combate de aquella índole? ¡Estúpida, estúpida!
El estruendo de una puerta de metal abdujo su atención. Giró sus ojos hacia la derecha, desde donde se hicieron audibles una serie de pasos.
Se enderezó lo más que pudo, tratando de parecer segura e intimidante como cuando asistía a algún tratado con empresas cuyos propietarios a diario la subestimaban, no solo por el hecho de ser mujer, sino por el de ser tan joven.
Su hermano, tan pronto como cruzó el marco de la puerta, le otorgó una de sus sonrisas triunfales y confianzudas, enseñando dos hileras de dientes perfectamente blancos.
Lena adoptó el mejor gesto de repulsión del que pudo hacer uso. Contrario a lo que creyó, Lex estaba impecable. Nadie, ni por un solo instante, habría podido imaginar que había pasado tantos meses en prisión.
Tras sentarse delante de ella, el hombre apoyó las manos sobre la mesa metálica, entrelazando los dedos.
- ¡Querida Lee!- Exclamó con gozo-. Qué agradable sorpresa...
- Ojalá pudiera decir lo mismo- Zanjó la joven.
- ¡Ouch, pero qué agresividad!- Lex se echó hacia atrás, cruzándose de brazos y estudiándola de arriba abajo-. Esa faceta de fierecilla es toda una novedad. Papá sin duda estaría orgulloso de lo mucho que...
- Ahórrate esa clase de estupideces- Gruñó Lena-. No he venido a hablar de papá.
- Así que derecho al grano- Lex se acomodó las manos detrás de la cabeza-. El Códex.
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Nuevos Comienzos- Supercorp
Fiksi Penggemar"El camino a la grandeza está repleto de cuestas y obstáculos, de amistades y enemistades, de amores y pérdidas... Pero llegarás a la cima algún día, pequeña; y cuando eso ocurra, todo lo que tuviste que pasar al fin cobrará sentido ante tus ojos" L...