Capítulo 22

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El ambiente presente en la DEO era ciertamente tenso. Todos los agentes se movían de un lado a otro, preparando armas y proyectiles para enfrentarse a la amenaza que se cernía a unos kilómetros de la atmósfera, pero su bullicio era únicamente parte del protocolo. Nadie sabía a ciencia cierta cuál era el verdadero estado de la situación. Habían recibido un mensaje media hora antes, pero el dialecto era tan retorcido y extraño, que apenas pudieron traducir una palabra mediante fórmulas igualmente rebuscadas.

<<Códex>>

-          Me preocupa la posibilidad de que lancen una ofensiva- Planteó Hank Henshaw, apostado frente a una pantalla donde se veían las naves alienígenas (equipadas, según su apariencia, con una tecnología que hacía de las computadoras de la organización meros juguetes de plástico) suspendidas frente a los satélites de la DEO.

-          No dieron ningún aviso- Observó Alex, a su lado-. Según la información que Superman pudo aportar desde la fortaleza de la soledad antes de su viaje a la Zona Fantasma, los Acreodontes pertenecen a un pueblo guerrero. Tienen políticas y reglas. No nos atacarían sin haber dado alguna clase de advertencia o posibilidad de rendición.

-          Con eso ya cumplieron- intervino Lena, parada de brazos cruzados junto a Kara, que estaba apoyada contra una mesa de vidrio con estadísticas dibujadas en la superficie-. Unas dos veces, para ser más precisa.

-          Tres- corrigió Kara-. A esas cosas les gusta repetir sus ultimátum dramáticos en cada encuentro.

Se sumieron en un agudo silencio.

-          De acuerdo- Dijo Hank, con aires de estar dispuesto a tomar el control definitivo de la situación-. Quiero que me comuniquen con ellos. Agente Schott, envíe una señal al casco de la flota.

-          De hecho, jefe- respondió el agente en cuestión; un joven enérgico que siempre se vestía con combinaciones de camisas y sacos llamativos-, acaban de enviar un segundo mensaje. Esta vez se trata de un dialecto mayormente descifrable- presionó algunas teclas y un texto apareció en la pantalla central de la sala, substituyendo la imagen de las naves.

"Entreguen la semilla de los profetas o su planeta arderá. Tienen hasta la próxima vuelta del sol amarillo" 

-          Todos unos poetas...- comentó con ironía el agente Schott.

-          Significa que tenemos veinticuatro horas para darles a Lena o nos atacarán- Tradujo Kara, pensativa-. Habrá que hallar la forma de repelerlos causando el menor número de daños posible.

-          En términos generales, no podríamos defendernos de su ataque- Afirmó Hank poniendo las manos en las caderas-. Aún si tu primo estuviese aquí para pelear a tu lado, no podrían contra todo un ejército de Acreodontes.

-          Pero ahora las cosas son diferentes- rebatió la rubia-. Lena descubrió su debilidad, y sabemos mucho más acerca de ellos que la vez anterior.

-          Lena descubrió la debilidad de las hembras- rectificó Alex-. Según el registro de la fortaleza de la soledad, la piel de los machos, como descubriste durante tu primera batalla, es de distinta composición; por lo que sería difícil determinar si las bajas temperaturas le causarían el mismo efecto.

Kara frunció los labios.

-          Podríamos intentar darles lo que quieren...- Sugirió Lena.

Los demás la miraron.

-          ¿Qué quieres decir?- Preguntó Alex.

Kara, en cambio, creía saber a lo que se refería.

Nuevos Comienzos- SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora