Nuevos Comienzos- Supercorp

Capítulo 27

    Lena despertó a media mañana debido a los pasos y susurros que se oían en el entorno, procediendo de inmediato a extender sus brazos entumecidos hacia la cabecera de la cama, consciente de que faltaba algo, o más concisamente alguien, a su lado.

    Movió la cabeza, percibiéndose algo desorientada y desenfocada, y reconoció a Athyla, la joven que había actuado como su enfermera el día anterior, quien entonces acomodaba unas prendas junto a su cama.

    Parpadeó un par de veces, tratando de adaptarse a la luz que ingresaba por la abertura superior de la estructura. Si bien todavía era del todo consciente de la exacta posición de la herida en su espalda, la misma ya no le molestaba como antes al moverse. Se sentía rejuvenecida, motivada. Ligera.

- Buenos días- Le dijo a Athyla, incorporándose con una mueca. Más temprano que tarde, se dio cuenta de que quizás había sobreestimado su bienestar...

- Aguarda- Athyla quiso frenarla antes de que se parase. La mueca en su rostro esclarecía que esa no era la mejor de las ideas.

    Lena no hizo caso de su advertencia. En cambio, tras posar los pies sobre el suelo de piedras frías, apoyó las palmas de las manos en el colchón y, apretando los dientes, se inclinó hacia adelante.

    Soltó una exclamación cuando su herida la reprendió al enderezarse, pero consiguió tenerse en pie por su cuenta más de lo que esperaba. No pasaron demasiados segundos, sin embargo, antes de que tuviese la necesidad de apoyarse en Athyla, que la observaba angustiada, para volver a la cama.

- Aún necesitas reposar...- La reprochó la amazona con una seriedad que no le correspondía a su ánimo chispeante del día previo-. Si te precipitas, podrías acabar peor de lo que estás. Hay que darle tiempo al tiempo.

- Solo quería probar mis límites- Se excusó Lena con gesto culpable, mirando a su alrededor como si buscara algo-. ¿Y Kara?

    Athyla la hizo recostarse y la cubrió con las mantas.

- Se marchó al anochecer. Dijo que volvería en el correr del día, en cuanto le fuese posible.- Lena asintió alicaída al recordar su conversación del día anterior con la rubia-. Se nota que le importas, si no te molesta que opine- agregó distraídamente, sentándose en la banqueta donde antes había estado Kara-. ¿Son pareja?

    Lena arqueó los labios. Puede que la otra joven fuese algo indiscreta, pero no podía evitar sentirse a gusto con su afabilidad distendida. La distracción resultaba relajante con todo lo demás que corría riesgo de que se adueñara de su mente.

- Lo nuestro es un poco complicado- reconoció.

- ¿Acaso hay algo que valga la pena y no lo sea?- Athyla apoyó el mentón en sus manos, reclinándose hacia adelante. Lena asintió, sonriendo arrobada-. ¿Y la amas?

    La morena abrió los ojos, asustada por la pregunta.

    ¿Que si la amaba? No necesitaba meditar demasiado para responder. No guardaba dudas al respecto. Aún cuando lo había reconocido solo para sí misma, una única vez y estando convencida de que iba a morir, no existía forma de disuadirse.

    Había estado pensando, de hecho, en la necesidad de decírselo a Kara sin demora. La cercanía a la muerte, su desaparición y demás cosas que rodeaban su vida ahora le habían dejado una cosa bien clara; su tiempo no era ilimitado, y había detalles que no se podían postergar. Por sobre todo en ese entonces, cuando la incertidumbre era lo único seguro por delante en su camino.

    ¿Pero qué diría Kara al respecto? ¿No sería acaso muy temprano para confesarle semejante cuestión? Le aterraba estar precipitándose, todavía considerando el año en blanco que había entre medio del inicio de su relación y ese momento. No quería equivocarse. Había pocas cosas en el mundo que le importasen más que esa chica..., y la atenazaba el miedo de poder arruinarlo todo.