Capítulo 5

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- ¡AL SUELO!- Vociferó Kara, tomando a Lena por el brazo al predecir las intenciones del descomunal y grotesco atacante y atrayéndola fuera de la camilla.

     Hizo lo posible por amortiguar su caída en tanto la bestia partía por la mitad con sus largas y temibles garras aquel sitio en el cual la morena había estado reposando hacía menos de dos segundos.

    Ambas jóvenes se pusieron de pie con presteza. Kara tomó la mano de Lena y la guió por un pasillo de luces parpadeantes y gente escandalizada.

    Lena la siguió, presa del aturdimiento y un miedo voraz. No dejaba de ver por encima de su hombro, atestiguando el avance de aquel terrible ser con inenarrable desconcierto.

    Kara escaneó los tres pisos del hospital con su visión kriptoniana, comenzando a idear un plan para poder lidiar con la situación.

    Tras dar una curva en una esquina, abrió la puerta de un armario de limpieza y empujó a Lena dentro.

- Quédate aquí, ¿sí?- Le dijo, mirando hacia el pasillo al sentir un nuevo rugido de la criatura.

- Kara, aguarda un momento...- Lena la miró con ojos desorbitados-. ¿Qué vas a hacer?

    La rubia le otorgó una sonrisa tranquilizadora.

- Llamaré a una amiga. No te preocupes, estás a salvo.

    Sin decir nada más, cerró la puerta metálica y utilizó su visión calorífica para sellarla, oyendo la resistencia que Lena ejercía al otro lado, y luego los golpes que efectuaba contra la superficie.

- ¡Kara! ¡No puedes dejarme aquí!- Le gritó, desesperada.

- Confía en mí- Fue la contestación de la joven justo en el momento en que un nuevo estruendo seguido por el sonido de garras arrastrándose contra una superficie pulida se hacía audible.

    Kara se quitó las gafas y los tacones y se paró en mitad del pasillo, viendo cómo la criatura aparecía al dar vuelta una esquina.

    Sin esperar ni medio segundo, la joven despegó sus pies del suelo y voló a través del espacio, tomando al ser entre sus manos y atravesando el techo junto con él para alejarlo de las personas que aún se encontraban en el hospital.

    Avanzó unos kilómetros en menos de lo que se tarda en soltar un suspiro y arrojó a su enemigo al medio de una plantación, observándolo dejar una extensa y pronunciada zanja en el avance de su pesado cuerpo.

    Kara permaneció en su posición en contraste con el cielo mientras que la bestia se ponía de pie, la veía con sus ojos fulgurantes y soltaba un rugido desafiante.

    La joven se permitió esbozar una pequeña media sonrisa y, sintiendo cómo un fuego producto de la adrenalina se iba colando en su torrente sanguíneo, tomó impulso y se aventó hacia él, embistiéndolo con una fuerza descomunal.

    Ambos dieron tumbos y botes por la tierra, quebrando ramas y tirando árboles abajo en tanto pasaban por dentro de uno que otro cúmulo boscoso.

    La criatura devolvía a Kara todos los golpes que ésta le dirigía, consiguiendo, para sorpresa de la chica, llegar a hacerle verdadero daño. Era quizás tan fuerte como ella, o incluso hasta un poco más.

    Pero la joven tenía una ventaja que el ser no, y no tardó en aprovecharla cuando se dio cuenta de que estaban peligrosamente cerca del pueblo.

    Volvió a agarrar a su enemigo y lo llevó hasta la estratósfera, aguantando los golpes que éste le dirigía con el mayor estoicismo posible.

Nuevos Comienzos- SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora