- ¡Eras tan mona!
Lena fue completamente incapaz de reprimir una risa al ser testigo de las expresiones que iban atravesando el rostro de Kara a medida que ésta se encargaba de repasar a fondo un pequeño álbum de fotos pertenecientes a su infancia.
Llevaban un par de horas en su departamento de Ciudad Nacional; aquel que utilizaba durante las ocasiones en que debía visitar la sucursal de su empresa instalada en la zona. Ya se habían devorado una pizza familiar entre las dos, charlado un rato sin tener ningún plan aparente y, para ese entonces, trataban de ver una película cómica a la cual, a decir verdad, no estaban prestando demasiada atención.
- ¡Por Rao! ¿Quién te peinó así?- Exclamó Kara, divertida.
Lena tuvo que quitar sus ojos de la tarea de pasar los dedos entre el cabello dorado de la otra joven – cuya cabeza se encontraba sobre su regazo en el sillón –, para mirar en dirección al álbum.
Se encontró con una foto de una pequeña morena de mirada demasiado seria como para pertenecer a un infante, ataviada con un elegante vestido verde y con el cabello arreglado en un moño alto y elaborado del que escapaban algunas reptantes hebras azabache profundo. Estaba sentada en una mesa y miraba a la cámara con un par de intensos irises que parecían ya poder juzgarlo todo con indecible precisión y viveza.
- Probablemente mi tía- Contestó-; ella tomó todas las fotos del álbum. Mis padres no eran de esa clase de gente que atesora los momentos, o que se conmueve demasiado.
- ¿Guardan relación?
Lena asintió, acariciando con las yemas de los dedos la mejilla de Kara.
Poco a poco, durante los últimos días, la tensión del contacto entre ellas –debida no solo a las barreras impuestas por el inicio de cualquier relación, sino también al resto de las restricciones que fueron rotundamente forzadas a acatar – había disminuido considerablemente, a la vez que la confianza y la solidez de su vínculo iban creciendo.
- Es el único familiar al que realmente puedo llamar así. Muchas veces actuó de mediadora, y siempre me ha parecido que su presencia significó alguna especie de amparo para no volverme como el resto de mi familia.
- Suena como alguien a quien me gustaría conocer- Comentó Kara distraídamente, pasando el pulgar por el brazo de Lena que permanecía rodeando su torso-. ¡Oh, mira esas mejillas!- Dijo, enternecida cuando pasó otra página-. Me habría gustado poder pellizcártelas. Quizás así te habrías reído...- Dejó el álbum a un lado y la miró hacia arriba, levantando una mano para rozar su rostro-. Cuánto quiero que éste período de abstinencia termine...
La morena se mordió el labio.
- Será mejor ni hablar de eso- Replicó con seriedad, dejando que en su rostro se evidenciaran las mismas ansias que transitaban el de Kara en el momento; aquellas a las que a diario debían obligar a retirarse para no perder el control-. ¿Cómo lo llevan tu madre y tu hermana?- Preguntó, sin necesidad de ser más específica.
Kara soltó un suspiro.
- Bueno, ya sabes... No fue precisamente la forma más sutil de salir del closet, pero...- Se encogió de hombros-. En realidad no hemos hablado mucho al respecto. Parecen más preocupadas por otras cuestiones...
Lena asintió, torciendo la boca.
- Ya.
Hubo algo en el tono con que pronunció la palabra que provocó que Kara la mirara con atención.
- ¿Alex te ha dicho algo cuando hablan acerca de la investigación?- Inquirió. No era la primera vez que se le ocurría dicha posibilidad, dada la opinión de su hermana acerca de su relación.
- No necesita decirme nada- Contestó Lena-. Está claro que no le gusto. Ni remotamente. Pero eso, de cualquier forma, no ha cambiado desde que nos conocimos- Ladeó la cabeza y elevó una comisura-. Es inevitable, Kara- Agregó cuando notó que la expresión de la rubia se tornaba más hosca-; es tu hermana mayor... Siempre va a querer protegerte, y me alegro de que sea así.
- No tiene derecho a culparte por lo que te hizo Lex- Subrayó Kara-. Tú no tienes nada que ver en eso...
- Pero una cosa no quita la otra, y hay que admitir que tu hermana tiene razón. Tengo parte de la culpa en esto porque si realmente fuese una persona de bien, mínimamente responsable y considerada, tendría que haberme apartado, que es todo lo contrario a mi proceder actual.
Kara se incorporó y se sentó a su lado, mirándola con intensidad.
- Ya hablamos sobre esto. Te necesito conmigo, Lena.
La otra joven la contempló en silencio durante unos segundos.
- Yo también- Murmuró con aire culpable previo a soltar una risa amarga-. Y creo que ese es precisamente el problema.
Kara se acercó y enmarcó su rostro para darle un beso suave en la mejilla.
- No es ningún problema- Zanjó con gravedad-. Estamos juntas, y aunque tenga que reprimirme por dos, tres o veinte años, siempre va a ser mejor que no haber intentado nada. Tú lo vales, Lee. Esto lo vale.
Lena no pudo evitar sonreír, y soltó una sorprendida carcajada cuando Kara la tomó por la cintura y la dio vuelta para tenderla sobre sus piernas.
La rubia posó los labios alrededor de todo su rostro, teniendo que exceptuar su boca, por supuesto, como muy a pesar de ambas debía ocurrir siempre.
- Es injusto que puedas hacerlo y yo no- Protestó Lena, quitándole los lentes, que se le habían torcido en medio del jugueteo.
- Pobre de ti- Rió Kara, plantándole otro beso en la punta de la nariz y sonriendo de oreja a oreja.
- Eres una provocadora...- Comentó la morena con fingida indignación.
- Tal vez lo sea- Kara se encogió de hombros, elevando las comisuras con sorna y descendiendo sobre su cuello.
- ¡Para, que me haces cosquillas!- Exclamó Lena, riendo sin control bajo el efecto del contacto de la boca y la nariz de la joven con su piel.
Kara se enderezó para mirarla.
- Deberías reír con más frecuencia- dijo, centrándose en aquellas dos aureolas verdes que cercaban a una pupila profunda y expandida-. Adoro oírte.
Lena se quedó en suspenso durante un momento, gozando de la forma en la que esa clase de confesión, de las que Kara cada dos por tres le hacía, conseguía hundirse en su pecho y templar su corazón.
- Lo tendré en mente- Replicó, sin hallar una contestación más elaborada u ocurrente debido al aturdimiento en el cual, irreparablemente, la otra joven tendía a inducirla.
Se encontraban en medio de aquel intercambio intenso y silencioso –un par de irises del color de la hierba silvestre estrechamente fijos en otro par de un azul oceánico –, cuando el teléfono de Kara comenzó a sonar.
La rubia, rebufando ante la interrupción, tomó el aparato y observó el número en pantalla.
Atendió de forma inmediata.
- ¿Alex? ¿Qué sucede?
- ¿Lena está contigo?
Kara contempló a la otra joven con preocupación, notando en la voz de su hermana un leve temblor de agitación.
- Sí. ¿Por qué? ¿Qué sucede?
Lena se incorporó y apoyó los pies en el suelo.
- Deben venir a la DEO ahora mismo. Acabamos de interceptar un mensaje proveniente de una nave desconocida.- Hizo una pausa para que sus palabras causaran efecto- Los Acreodontes están aquí, Kara. Toda una flota, y vienen por ella.
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Nuevos Comienzos- Supercorp
Fanfiction"El camino a la grandeza está repleto de cuestas y obstáculos, de amistades y enemistades, de amores y pérdidas... Pero llegarás a la cima algún día, pequeña; y cuando eso ocurra, todo lo que tuviste que pasar al fin cobrará sentido ante tus ojos" L...