Capítulo 24

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Alex Danvers, después de apagar la alarma con un movimiento brusco,  bajó de la cama ya despabilada y estiró los músculos, inclinándose hacia adelante hasta tocarse los pies y luego hacia atrás para distender la espalda.

La luz entraba a raudales por la ventana de su departamento, anunciando la presencia del sol tempranero, la cual había dejado de ser usual durante el último año; lluvioso, ventoso y nublado como pocos los había existido hasta el momento.

Sintió la atmósfera de los tablones fríos bajo sus pies mientras se dirigía a la sala, donde se encontró a Kara durmiendo en el sillón, como tantas veces se la encontraba, aún con el traje de Supergirl puesto y tan recubierto de barro como su rostro y cabello.

Las pisadas de sus botas trazaban un camino húmedo desde la ventana. Alex suspiró. Por regla general, se obligaba a comportarse de la forma más indulgente posible con Kara, pero a veces se lo ponía más difícil de lo que resultaba aceptable.

Lena Luthor llevaba un año y poco muerta, pero su hermana aún no había conseguido moverse hacia una nueva etapa. Superar lo acontecido.

Desde el suceso, Kara, que siempre había sido la persona más dulce y agradable de todas, se encerró por completo dentro de sí misma. No reía como antes, ni expulsaba su energía inagotable por los cuatro costados. Se la veía taciturna; sumergida en su trabajo en la DEO, el de CatCo y el de Supergirl obsesivamente. Solía volver muy adentrada la noche, y a veces incluso se marchaba antes de que Alex despertara. Si no fuese por las misiones que llevaban a cabo juntas, ni siquiera se habrían visto la cara en meses.

Alex se agachó y rozó el brazo de su hermana, que abrió los ojos con detenimiento. 

-          Volviste a quedarte dormida- Le advirtió con suavidad. 

Kara se enderezó y parpadeó un par de veces, frotándose un ojo con el puño.

-          ¿Dónde estuviste?- Inquirió Alex.

-          Indonesia, Cuba y... Oceanía, supongo.

Alex percibió una leve brisa ocasionada por el movimiento de la otra joven mientras ésta acomodaba su propio desorden a una velocidad demasiado vertiginosa como para que un ser humano pudiese seguirla.

Pronto la sala, anteriormente recubierta de barro y humedad, quedó inmaculada.

Kara se acomodó la camisa y se puso los lentes, atándose el cabello en un moño alto frente al espejo junto a la cama. Se había enjuagado el rostro, y el mismo pelo, estimablemente, había acabado seco durante su acelerada travesía por el lugar. 

-          ¿Qué fuiste a hacer allí?- Inquirió Alex, aunque ya se imaginaba de qué se trataría.

La rubia puso un par de rodajas de pan en la tostadora en tanto, con un gesto de molestia, se frotaba un hombro.

-          Ayudé a encontrar a las víctimas restantes del terremoto de Indonesia- Explicó mientras extraía la mermelada y el café del refrigerador-, trasladé a unos cuantos que perdieron sus casas tras el huracán que pasó por el Caribe y me di una vuelta por Oceanía para ayudar en las reconstrucciones post-Tsunami- Dejó caer los brazos, fatigada al recordar todo ese esfuerzo.

Alex se le unió para desayunar.

-          ¿Sabes? Deberías aflojar un poco... Quizás con una noche entera de sueño puedas sentirte mejor. O podrías pedir libre y acompañarme a Smallville a ver a mamá... Tal vez hablarlo...

-          ¿Hablar acerca de qué?- Preguntó Kara, con cierta tensión en la voz.

Alex suspiró.

Nuevos Comienzos- SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora