Capítulo 55

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Alex se arrojó al suelo y rodó sobre sí misma, arrastrando a Maguie con ella para evitar que fuese alcanzada por algún fragmento de la explosión.

Algo aturdida y desorientada, puesto que el ataque había sido muy repentino, dirigió los ojos al cielo crepuscular, desde donde creyó distinguir que se aproximaba una nave. Sacudió la cabeza y se apoyó sobre los codos, siendo atenazada por una fuerte punzada de dolor que le llegó desde el tobillo derecho. Genial. Parecía un esguince.

-          ¿De dónde diantres ha salido eso?- Exclamó Maguie, frotándose la frente y apretando los párpados.

-          No lo sé- Alex se arrodilló y le tendió una mano para ayudarla a levantarse-. Pero no parece muy amistoso.

Echó un vistazo a su alrededor para comprobar el bienestar de sus amigos. J'onn y Hal ya estaban de pie, y Amelia, que era quien más preocupada tenía a Alex, estaba en brazos de Diana. La reina amazona flotaba a pocos centímetros del suelo, mirando con ojos escrutadores en dirección al proyectil que cruzaba el cielo.

Hasta entonces, no habían tenido ningún imprevisto más allá del encuentro con una que otra criatura enorme, que no hizo más que observarlos unos segundos con ojos profundos y salvajes antes de seguir su camino. No se esperaban la presencia de nada que no perteneciera a ese mundo primitivo y natural; por eso la explosión y la presencia de aquel enemigo hasta entonces desconocido los había tomado completamente desapercibidos.

Diana bajó al suelo y enarboló la espada corta. Hal puso en guardia su anillo y J'onn apretó los puños y sacó a la luz su faceta marciana.

La nave se dirigía hacia la arboleda como un misil, parpadeando con una luz azulada que emitía un tintineo continuo y una vibración que llegaba inclusive hasta los oídos humanos. Era tal su velocidad y resolución, que habría resultado inconcebible pensar que su intención era frenar en lugar de colisionar contra la superficie de Eratris. 

Los tres miembros más fuertes del grupo ya se disponían a recibir con todos sus recursos el ataque, pero antes de que la nave se acercara lo suficiente, vieron cómo un punto oscuro  atravesó también el cielo e interceptó con aguda simpleza la probable arremetida.

Luego del golpe seco que produjo la detención de la tan bien encaminada carcasa espacial, el grupo atestiguó el avance de otro ente, rodeado por una luz rojiza, que también se desplazaba por el cielo nocturno.

Alex frunció el ceño al reconocer, sin ninguna duda, el aura del Númex. Su corazón omitió un latido al reparar en el hecho de que, si era Lena la que ahora se acercaba a la nave, quien la había detenido no podía ser otra que...

-          Kara...- J'onn miró con ojos risueños en dirección a las estrellas, y Diana curvó apenas los labios con evidente satisfacción.

Entonces se produjo una nueva explosión, y la misma sombra que hasta entonces creían habían identificado como Kara, recibió por completo la potencia de la misma. Lo siguiente que se oyó fue su colisión con el suelo, a pocos metros de donde su hermana y Maguie se hallaban.

Con ayuda de su novia, Alex se desplazó a las corridas hacia el cráter que se había producido en el suelo boscoso. Al llegar al borde, se deslizó por la tierra desprendida hasta apoyar los pies en el fondo de la hendidura, ignorando por completo el dolor en su tobillo.

Kara se estaba incorporando, y al ver a su hermana, le enseñó una de esas sonrisas que en el rostro de Lena se habían extraviado. Era un gesto que le pertenecía; que la identificaba por sobre cualquier otra persona o ente que hubiese podido poseer su cuerpo.

Entre lágrimas de absoluta felicidad, Alex se impulsó hacia adelante y se colgó del cuello de Kara, que soltó una carcajada y le devolvió el abrazo con controlada fuerza.

Nuevos Comienzos- SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora