Para no correr riesgos innecesarios en lo referente a la salud de Lena, Diana ofreció a Kara la posibilidad de volver junto con ella a Temiscira, de modo que sus curanderas pudiesen trabajar en la herida infringida por la lanza de los Atlantes, que debilitaba cada vez más a la joven.
Kara, aunque recelaba de las técnicas medicinales que pudiese llevar a cabo un grupo de mujeres que, aún en el siglo veintiuno, manipulaban espadas y lanzas y parecían ser víctimas de un complejo de anticuario que las obligaba a vestirse como los dioses de la antigua Grecia, veía con claridad la irremediable realidad de que Lena perdía mucha sangre y se veía cada vez más pálida. Y si bien a un ritmo acelerado podrían haber llegado en un santiamén a la DEO, no quería arriesgarse a someterla a la brusquedad de un vuelo de esa clase.
Así que, tras despedirse del rey de Atlántida, que se disponía a llevar a aquellos dos que habían desacatado sus órdenes –en pos, según ellos, del bien de su pueblo – a los grandes tribunales para juzgarlos debidamente, terminaron acompañando a Diana a Temiscira.
El cielo despejado, con apenas algunos rastros de nubes, no daba ninguna razón para creer en el cuadro que habían representado las condiciones climáticas tan solo media hora antes. Resultaba inaudito que la turbonada, el huracán, la lluvia, el viento y los relámpagos incesantes hubiesen desaparecido definitivamente de forma tan simple e inmediata.
Kara lanzó una mirada al rostro relajado de Lena, quien había perdido la conciencia no mucho después de haber despertado. Aún relampagueaba dentro de ella la misma y vertiginosa sensación de saber que la tenía allí, y al mismo tiempo no haber llegado a convencerse de que algo tan maravilloso podía ser enteramente real.
Aproximadamente una hora y media más tarde, Kara era conducida a través de los pasillos de una construcción parecida a un templo griego, con columnas blancas y estructuras de techos altos con entradas no menos extensas.
Todas las casas en Temiscira eran de esa índole; antiguas y anticuadas, pero dotadas a su vez de una belleza exótica únicamente equiparable a la de aquellas mujeres que las habitaban.
El mar alrededor de la isla era de un turquesa soñado, moteado por pequeños islotes recubiertos por una capa de césped reluciente, los cuales, aunque resultaban altos por su cuenta, no alcanzaban la envergadura de los acantilados y las montañas de la isla principal.
La comunión y armonía existentes entre las amazonas y la naturaleza se reflejaba tanto en el crecimiento de las flores y hiedras coloridas y salvajes en el borde de los murales y parques, como en los numerosos animales que transitaban despreocupadamente las calles y pasillos, sin temer, en apariencia, a las personas que andaban con tranquilidad de un sitio para otro charlando con conocidas, leyendo bajo los árboles o tocando exóticos y armónicos instrumentos.
Mientras esperaba novedades de Lena, Kara no había dejado de notar la falta de niños entre aquellas mujeres, lo que Diana, que se había propuesto acompañarla para ayudar a bajar su nivel de ansiedad, le explicó de inmediato.
- Nuestra cultura no lo abala- Dijo, entrelazando las manos tras la espalda mientras ambas caminaban por las calles de su pueblo. Se había cambiado la armadura, y para entonces lucía un largo vestido blanco con un prendedor sobre el hombro derecho al estilo griego-. Supongo que algunas costumbres no desaparecen, sino que se fortalecen con el tiempo- Se encogió de hombros-. Hace mucho que dejamos a un lado nuestra animadversión hacia el patriarcado, que fue lo que nos mantuvo recluidas en la isla durante generaciones, pero eso sigue sin cambiar- Miró a Kara con afabilidad-. Tampoco es que necesitemos de la reproducción como cuestión práctica para perpetuar nuestra cultura de todas maneras, puesto que somos inmortales.
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Nuevos Comienzos- Supercorp
Fanfic"El camino a la grandeza está repleto de cuestas y obstáculos, de amistades y enemistades, de amores y pérdidas... Pero llegarás a la cima algún día, pequeña; y cuando eso ocurra, todo lo que tuviste que pasar al fin cobrará sentido ante tus ojos" L...