Capítulo 4

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Todo eran gritos, confusión y atropello en la mansión Luthor. La gente no dejaba de correr y empujarse en medio de su desesperación por salir del edificio y ponerse a salvo. 

Kara se apresuró a llegar hasta Lena –que permanecía tendida en el suelo tratando de frenar la hemorragia en su hombro derecho –, y de esa forma fue capaz obstruirle el paso a la segunda bala que fue aventada en esa dirección; la cual se estrelló contra su espalda y cayó a un lado como si de un muro de acero se hubiese tratado.

Utilizó su visión Kriptoniana para tratar de descubrir al tirador entre la gente, pero era difícil distinguir a una sola persona en una multitud tan dispersa y amedrentada.

Al final, un quejido le recordó otra urgencia, y no tuvo otra que dejar a un lado la tarea para enfocarse en otra, de momento, más importante.

Se acuclilló frente a Lena y analizó su herida, recordando la vez en que su padre adoptivo tuvo un accidente de cacería, y cerciorándose, como aprendió en esa ocasión, de que la bala hubiese salido por el otro lado. Por suerte, así era.

-          Quédate quieta- Kara se disculpó mentalmente con Amelia por lo que estaba a punto de hacer, y luego rasgó un buen trozo del borde de su vestido, haciendo un torniquete improvisado que causó cierto dolor al principio.

-          Kara, es peligroso que estés aquí...- Jadeó la morena, tomándola por el antebrazo y mirándola con ojos desorbitados- ¿No ves quién es el verdadero blanco?

-          No te dejaré sola. Venga- Kara la ayudó a levantarse y la condujo hacia la salida, oyendo un nuevo cañonazo en el proceso y un gran grito colectivo como producto del mismo.

Se giró justo a tiempo para atrapar la bala y deshacerse de ella sin que nadie lo notara, y entonces alcanzó a atisbar al tirador, que sostenía en alto un revólver.

-          No puede ser...- Se le escapó en un suspiro.

Se trataba del oficial Nicholas Rogers; el mismo al que había contado lo acontecido la noche en que salvó a Lena, y el mismo al que conocía desde que era una niña.

-          ¿Qué pasa?- La apremió la morena, deteniéndose y girándose hacia ella-. ¿Sucedió algo? ¿Alguien salió herido? 

Kara titubeó. Sus ojos no la engañaban; el oficial Rogers les había disparado. De hecho, al ver que la rubia había estado en el medio, la expresión de determinación del hombre se desfiguró. Era difícil saber si debido a que ella lo reconoció, o a que la joven hija de los Danvers, conocidos suyos de toda la vida, había estado a punto de recibir un disparo de su parte que claramente no iba dirigido a ella.

La chica razonó con agilidad. No sería prudente actuar frente a todas esas personas, o enfrentar a Nicholas como Kara Danvers. Por un lado, podía esperar a que el resto saliera, pidiéndole a alguien más que acompañara a Lena a un lugar seguro. Pero eso también sería sospechoso. Por otro lado, podía moverse velozmente y llevarse a Nicholas de allí, pero también tendría que dejar a la joven Luthor, quien probablemente siguiese siendo un blanco para otras personas que no fuesen el oficial, ¿pues quién le aseguraba que él era el único tirador habiendo sucedido tantos disparos?

Se apresuró hacia la salida, siempre atenta a nuevas balas que pudiesen provenir de cualquier dirección, y le indicó a Lena que subiera a la Ford que usaban para trabajar en su granja, que se veía bastante opacada en su estado a un lado de los autos del resto de los invitados.

Lena estudió el vehículo con expresión recelosa, quizás preguntándose si no se les iría a descomponer a medio camino.

-          ¿Pero a dónde quieres ir?- Preguntó una vez que Kara se subió al asiento del conductor y la miró expectante-. ¡La policía ya está aquí! Les pedí que vinieran por si pasaba algo como esto...

Nuevos Comienzos- SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora