Capítulo 2

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Bajo del auto una vez que llegamos y admiró la belleza de la mansión de Derian.

_¿Te gusta?-pregunta sonriendo por mis gestos.

_Si, es hermosa.

_Entremos-comienza a caminar y lo sigo por detrás.

Abre la puerta que hará que mi vida de un giro de ciento ochenta grados, un grandulón empleado.

_Rick aparca el auto en la cochera, baja las maletas de Dania y súbelas a la habitación-ordena.

_De acuerdo señor.

_Señorita-saluda con un asentimiento de cabeza.

_¿Cómo le va?-susurro amable.

_Bien muchas gracias por preguntar-agradece cordialmente, a lo que yo respondo con una sonrisa y un asentimiento de cabeza.

_¿Por que no puedes ser así de amable conmigo?-pregunta Derian una vez que el señor se había retirado.

_Por que tú no me generas vibras de ser amable contigo, al contrario solo me das vibras de querer golpearte-hablo sincera viéndolo a los ojos.

_Bueno pues eso me alienta demasiado-habla sarcástico.

Ruedo mis ojos ocultando mis ganas de reírme de él, en su propia cara.

_¿Y mi habitación?

_Está arriba, vamos.

Comenzamos a subir unas gradas lujosas de madera y mármol, hasta que llegamos a un pasillo lleno de puertas, camina hasta la tercera y sostiene la manija de esta entre sus manos, voltea a mi y me observa.

_Querrás decir "Nuestra" habitación-gira la manija y abre.

Me encuentro con una habitación lujosa, una cama de dos plazas en el medio con mantas de seda, a la derecha se encuentra una puerta que parece ser el baño, a la izquierda un tocador grandisimo lleno de pinturas, maquillajes, peines entre otras cosas de belleza, al lado del tocador un espejo de cuerpo completo y dos mesitas de noche a cada lado de la cama.

_Es hermosa ¿Pero dormiré contigo?-preguntó acercándome al tocador.

_Si Dania.

_Bueno no hay problema con eso, lo puedo solucionar.

_¿Cómo?-pregunta riendo.

_Luego verás.

_¿Te gustan las cosas que mandé a comprar para a ti?-habla señalando con su cabeza el tocador.

Me quedó callada y niego con mi cabeza disgustada.

_Te lo agradezco pero, no uso maquillaje y las joyas no son de mi agrado, todas son para princesitas y no para a mi Derian-volteo y lo observo seria.

_¿No usas maquillaje?-cuestiona sorprendido.

_No, no uso.

_Es imposible ¿Entonces por que estás tan pálida y tu piel es tan perfecta que parece que te maquillaras?

_No lo sé, es así.

_No me equivoque cuando dije que eres rara y complicada.

_Ufff ya, volviste con tus estupideces-volteo al tocador y junto todas esas cosas, dejando solo las cremas y peines.

_¿Qué haces?

_Lo arregló a mi estilo Derian, toma-le tiendo las joyas y el maquillaje.

Golpean el umbral de la puerta suavemente, Derian y yo volteamos a ver a una señora no muy grande de edad que trae mis maletas.

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