- 22 de Octubre de 2012 -
El sonido del portero me despertó. Salí echando pestes de la cama, maldiciendo al impresentable que osara sacarme de mi pequeña burbuja de paz y tranquilidad, y contesté.
- ¿Si? -pregunté de mala gana, haciendo patente mi mal humor. Levantarme no era lo mío, y menos los fines de semana.
- Joder, que humos gastas, preciosa.
Ya estaba a punto de bajar en pijama para arrearle una torta al desgraciado del telefonillo cuando reconocí su voz. Zack. ¡Mierda! Habíamos quedado los cuatro para ir a comer y ver una peli. Pero no habíamos quedado en mi casa. Tragué saliva, temiéndome la respuesta, y pregunté:
- ¿Qué hora es?
- Para ser exactos, ya llegas una hora tarde -lo que me temía.
- ¡Mierda! Lo siento, me he quedado dormida y....
- Eso ya nos lo suponíamos, marmota -dijo la voz de Jade.
- Subíd, anda.
La di al interruptor y abrí la puerta. Oía el ascensor subir, y las risas de aquellos tres hablando sobre mí y mi impuntualidad. Me enfadaría, pero tenían razón. La puntualidad y yo nunca hicimos buenas migas, y había dejado de luchar contra ella tiempo atrás. Era una batalla que no iba a ganar nunca. La puerta del ascensor se abrió con un sonidito mecánico.
- Buenos días, marmota -me saludó Zack revolviéndome el pelo al entrar.
- ¿Para qué tienes el móvil? -exclamó Jade con exasperación - Te he llamado mil veces.
- Sabes que cuando duermo, el móvil no es rival para mí -contesté con sorna. Ella me miró mal, pero entró directa al salón y se sentó en el sofá - ¿Queréis tomar algo mientras me arreglo?
- Agua -dijo Joe, agarrándome por los hombros. Cualquiera diría, por su aspecto y su voz, que acababa de salir de una larga travesía por el desierto.
- Sírvete -señalé la cocina y no hizo falta más. Joe salió disparado hacia la nevera.
Fui a mi cuarto y cerré la puerta. Había dejado preparada la ropa que me iba a poner (vaqueros rotos y camiseta negra de manga francesa y cuello amplio), así que no había mucho que pensar. Entonces me miré al espejo. Tenía el pelo alborotado por culpa de Zack. Desde aquel primer día de instituto, se había ido convirtiendo, poco a poco, en parte del grupo. Era algo tímido e inteligente, directo y tranquilo. No sé en qué momento comencé a pensar tanto en él como pensaba en Joe y en Jade. Y para ellos, había sido igual. Zack se había convertido en un importante pilar de nuestras vidas en poco tiempo.
Hacía un par de semanas, había tenía una de mis tan habituales peleas con mi padre. Él tenía ciertos problemillas con la bebida. No me malinterpretéis, no me pegaba ni nada por el estilo, pero sabía perfectamente cómo hacer daño con las palabras, y le sobraban. Se enfadaba por cosas literalmente sin sentido y me machacaba con sus palabras cada vez que estaba de mal humor. Era mi padre, y lo quería, pero también era la persona que más daño que causaba en el mundo. Aquella noche salí corriendo de mi casa. La pelea se nos había ido de las manos y no podía estar ahí, sin mi madre. Y en ese preciso instante, Zack me llamó.
- ¿Qué te pasa? -me preguntó entonces, al escuchar como sollozaba - No te mueva, voy para allá.
Cinco minutos después apareció él, empapado en sudor y montado en una bici de niña (de su hermana pequeña, supuse). Zack no sabía nada de la situación en mi casa, no sabía nada de los problemas de mi padre con la bebida y el autocontrol. Pero no me preguntó. Me abrazó y dejó que llorara en su pecho durante un buen rato. Cuando me calmé, se lo conté todo. Él no dijo nada, solo me miró fijamente hasta que terminé mi relato, y entonces volvió a abrazarme. Y yo le abracé a él. Estuvimos así un buen rato, sentados en la calle, abrazándonos y llorando. Mi madre me llamó y me dijo que la esperara para volver a casa. Lo último que me dijo Zack fue "no tengas miedo, yo siempre voy a estar aquí para ti". Desde ese día, lo notaba más cercano que nunca, era como un hermano mayor. Miré de nuevo mi pelo, todo enredos castaños rojizos. Uff, desenredar eso sería difícil...
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El club de los corazones rotos
RomanceVioletta es una chica normal e introvertida cuyo mundo gira al rededor del sus amigos Joe, Jade y el recién llegado Zack. Como todas las chicas a su edad, está coladita por el chico guapo del instituto. Pero entonces, entre todos los problemas que c...