Cruce de balas

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 - 20 de Julio de 2014 -

Los pasadizos parecían no tener fin. Cada pasillo parecía igual al anterior, y todas las habitaciones que encontrábamos a nuestro paso parecían estar desiertas. Lo único positivo era que habíamos encontrado escasa resistencia para atravesarlo. Después de todo parecía que Vincent no tenía tantos cómplices como parecía. 

Estábamos a punto de girar una esquina cuando choqué de golpe contra algo que me mandó directa al suelo. Al abrir los ojos descubrí que ese "algo" era en realidad un "alguien". Allen le apuntó rápidamente con la pistola mientras yo me ponía en pié.

 - ¡Espera, espera! -exclamó el muchacho con las manos en alto, haciéndonos ver que no iba armado - ¿Tú eres Jade? -preguntó asustado.

Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo al escuchar mi nombre, e instintivamente le apunté también con mi arma. El muchacho se tensó al completo y comenzó a negar con la cabeza. 

 - Soy amigo de Angus, no os voy a hacer nada -se apresuró a explicar. 

Allen y yo nos miramos un segundo y bajamos las armas. El recién llegado suspiró con alivio y se nos presentó como Jonas. Él era el contacto de Angus dentro de la manada de Vincent, a pesar de que no debía ser mucho mayor que nosotros. 

 - ¿Sabes dónde está Vincent ahora? -pregunté nerviosa.

 - Está muy cerca de aquí, en al intersección entre los sótanos -señaló al lugar del que venía.

 - ¿Cómo que intersección? 

 - Este sitio se amplió hará algunos años. Hicieron una unión subterránea con la nave más cercana. Vincent debería estar en el pasillo que conecta ambos sótanos. Me topé con Angus hace poco, así que él ya debe de estar allí.

Miré a Allen, impaciente, para hacerle saber lo que estaba pensando. Por mucho que le deseara la muerte a ese cabrón, no podía permitir que fuera Angus quien le diera descanso eterno. Porque si era él quien disparaba primero, sería asesinato en primer grado. Y ni tan siquiera él podría escapar de eso. Allen asintió levemente.

 - Ven con nosotros -dijo con suavidad -. Necesitamos llegar antes de que Angus cometa alguna insensatez.

Jonas pareció pensárselo un momento hasta asentir finalmente. Los tres echamos a correr con la esperanza de llegar a tiempo. 


 - 20 de julio de 2014 -


¿Mi padre? ¿Aquel desconocido? No entendía nada. Estaba perpleja, estática, como si el tiempo se hubiera parado para mí. Pero no era el momento. "No le des importancia. Ya pensaremos en eso después", dijo la voz de mi cabeza. Asentí para mi misma y volví a clavar los ojos en Vincent, que aún apuntaba con la pistola a Zack. 

"Nuestra prioridad se ha convertido en sacarle de aquí. Tenemos que llevarle ya a un hospital". Estaba de acuerdo con ella. Pero, ¿qué podía hacer en aquel cruce de armas? Estaba indefensa y resultaba completamente inútil. Piensa, piensa, piensa...

 - Suéltales -dijo el hombre con voz calmada -. Ya que me tienes aquí no los necesitas para nada. 

 - Y precísamente por eso... 

Vincent agarró a Zack del cuello y lo atrajo hacia sí, como en la escena de cualquier película de acción, cuando el antagonista toma un rehén. El cañón de la pistola se clavó en el cráneo del muchacho, pero Vincent no presionó el gatillo. Pero el hombre apenas se inmutó.

 - Está bien, mátale -dijo con calma -. Puedes matarme también si quieres, también. Pero entonces habrás perdido.

 - ¿A qué te refieres? -preguntó Vincent con el ceño fruncido.

El club de los corazones rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora