Caminos

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 - 23 de Julio de 2014 -

 - ¿Sabes qué? -comencé a hablar, mientras dibujaba con tranquilidad lo primero que pasaba por mi cabeza en una de aquellas malísimas hojas de papel que la enfermera me había dejado - Parece que poco a poco las cosas se van poniendo en su sitio. Jade dice que detuvieron a mucha gente la noche del secuestro, y que probablemente Vincent no vuelva a ver la luz del sol.

Levanté la vista del papel hacia la televisión encendida, en la que una mujer con traje y un corte de pelo con poca gracia sacaba imágenes de Vincent y mías mientras explicaba cómo la policía había conseguido capturar a Vincent Merlukova (su verdadero nombre, al parecer) y a la desaparecida y presunta parricida Violetta Butterfly. 

 - Rubí dice que había varios periodista en la recepción del hospital preguntando por mí. Solo les interesa el morbo de la noticia -comenté asqueada -. Aún no se ha hecho público lo de tu padre, pero Angus ya ha declarado y le ha entregado a la policía todas las pruebas. Es cuestión de tiempo.

Me froté los ojos para intentar mantenerlos abiertos un rato más. Desde que desperté, unas pesadillas horribles me asaltaban cada vez que intentaba dormir. "Terrores nocturnos", lo había llamado un médico. La cuestión era que, a fin de cuentas, no conseguía pegar ojo más de veinte minutos cada noche. Así que volví a levantar la mirada hacia el televisor en busca de algo que me evitara caerme redonda ahí mismo cuando un par de fotos de mis padres cruzaron la pantalla, mientras un letrero debajo decía "la familia Butterfly puede por fin descansar en paz". 

"Menuda mamarrachada", exclamó mi voz interior. "Una familia que vive una tragedia así nunca podrá descansar del todo". 

Asentí con la cabeza mientras despegaba los ojos de la pantalla para mirar de nuevo a Zack. A pesar de su palidez parecía estar completamente bien. Pero no despertaba. Alargué la mano para coger la suya. Sus finos y largos dedos estaban helados. 

 - Ojalá despiertes pronto.


 - 25 de julio de 2014 -

 - Esta mañana ha sido detenido en su domicilio familiar el famoso empresario Elias Dreamwood. Ha sido acusado de una gran cantidad de cargos, entre ellos incluso asesinato -decía la mujer del televisor casi sin parpadear -. La policía aún no ha desvelado más datos, pero se espera una rueda de prensa a media tarde. 

 - Están hablando de tu padre -avisé a Zack con la ligera esperanza de que me respondiera.

Pero él seguía plácidamente dormido, ajeno a todo. Llevaba días repitiéndome a mí misma que no importaba que estuviera en coma, que saldría de ello. Pero, ¿cómo no dudarlo? Y si con el simple hecho de estar ingresada y con periodistas esperando (y más desde que se hizo público lo del padre de Zack) por conseguir pillarme por banda, el asunto de Angus y mis padres no paraba de rondarme la cabeza. 

Un psicólogo me había estado visitando desde que desperté (o psiquiatra, no estaba segura). No era mala compañía, me contaba historias divertidas para entretenerme entre sesión y sesión y había decidido que medicarme no era la mejor opción para mis "terrores nocturnos". En su lugar se centraba en intentar hacerme sentir segura, completamente convencido de que habían sido provocados por la experiencia traumática del secuestro. Pero, aunque estuviera segura de que Vincent nunca volvería a estar suelto para hacerme nada (Jade había hecho mucho énfasis al decir "nunca"), no lograba librarme de las pesadillas ni de la sensación de miedo calada hasta los huesos que el desgraciado me había dejado como recuerdo.

 - El empresario declarará oficialmente mañana a primera hora -continuó comentando la mujer, cerrando la noticia.

Apagué la televisión y seguí con mi dibujo.

El club de los corazones rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora