La noche anterior, finalmente, no pude dormir absolutamente nada. Me pasé las horas restantes dando vueltas en el colchón, mirando de vez en cuando a Zack. Hasta que decidía que era algo siniestro observarlo mientras dormía y volvía a mirar al techo.
Jade estaba muy emocionada con la fiesta de Halloween, y, de alguna manera, había conseguido arrastrarnos a todos aquella mañana al centro comercial para buscar algún disfraz.
- Recuérdame por qué hacemos esto -me preguntó Joe, bostezando.
- Porque me traicionaste, maldito bastardo -contesté, dándole un codazo - ¿A quién se le ocurre?
Norma número 1: no ceder ante Jade cuando hablaba de una fiesta. Lo comprobé a la fuerza cuando entramos al instituto. La última fiesta a la que me arrastró acabó con una Jade midiendo la calle y conmigo inventando una excusa para explicarle a su madre por qué no había llegado a casa al toque de queda. Y no olvidemos el embarazoso incidente con la cerveza de algún chico y mi camiseta blanca, por favor. Me tomaron una foto que estuvo dando vueltas por el instituto varios días. Hasta que Jade se enteró y les pateó el trasero a los responsables. No se volvió a saber de la foto.
Joe se alejó de mí rápidamente. Eso es, amigo, huye antes de que descargue toda mi furia sobre tí. Normalmente me encantaba ir al centro comercial, pero ese día me parecía una tortura. Nunca había bebido alchohol, pero estaba segura de que el dolor de cabeza que sentía era equiparable al de una resaca. Jade iba escudriñando cada escaparate con detalle, mientras Joe simplemente la seguía. Zack había disminuido un poco la velocidad para quedar junto a mí.
- ¿De qué te vas a disfrazar? -su pregunta me pilló por sorpresa.
- No lo sé. Quizás de presa. Iría bastante con mi estado de animo -contesté con acritud.
Él se rió a mi lado. Parecía que realmente le gustaba la situación. No se reiría tanto cuando conociera a la Jade borracha. Creedme, es peor de lo que parece.
- Creo que "Reina del Drama" sería más apropiado -comentó.
Y ahí iba mi codo, directo a las costillas de alguien por segunda vez en la mañana. Zack no se quejó, simplemente se rió más fuerte aún.
- ¿Y tú de que irás? -pregunté.
- ¿Qué crees que me pegaría?
- Mmmm.... -me paré detenidamente a pensar. En realidad, no sabía qué le sentaría bien a Zack. O mejor dicho, sabía de demasiadas cosas que le sentarían bien. Sería una dificil elección - ¿Qué tal de príncipe azul?
- Venga ya, Vi. Esfuérzate. Eso está muy manido, y no da miedo.
- ¿Y qué tal de esqueleto?
- De hombre lobo -sentenció Jade -. Tiene ojos de lobo, le sentará bien.
La imagen del Zack hombre lobo saltó a mi cabeza. Podría funcionar...
- ¿Hombre lobo? -dijo él, arrugando la nariz - ¿Significa eso pelo falso en el pecho y patillas descomunales?
- Ugh, tiene razón -le dije a Jade -. Zack es demasiado guapo como para ese desperdicio.
Automáticamente llevé las manos a mi boca y abrí los ojos como platos. ¿Qué acababa de decir? Jade y Joe parecían haber obviado mi comentario, pero Zack me miraba con sorpresa. Vamos, Vi. Zack es tu amigo. ¿Qué hay de malo en que le llames guapo? Pero pro algún motivo, no podía evitar sentirme avergonzada. Entonces una sonrisa cruzó la cara del muchacho. Una sonrisa pícara y torcida. ¿De dónde demonios había salido esa sonrisa jodidamente arrebatadora? ¿Dónde estaba el Zack tierno y su sonrisa natural?
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El club de los corazones rotos
RomanceVioletta es una chica normal e introvertida cuyo mundo gira al rededor del sus amigos Joe, Jade y el recién llegado Zack. Como todas las chicas a su edad, está coladita por el chico guapo del instituto. Pero entonces, entre todos los problemas que c...