✡ Guerra de Dioses y Demonios 1: El Nacimiento del Guerrero Prodigio

✡ LXXV

Capítulo 75: Landor vs Toren

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Los borrachos se estaban dirigiendo a la cima de la muralla a paso decidido. Tenían una expresión de seguridad en el rostro.

—Qué bien se siente luchar después de tanto tiempo, ¿no? —dijo Threon con una sonrisa.

—Ludonia debe estar muy feliz de que al fin hayamos llegado a la batalla  —asintió Dantol—. Podremos estar algo oxidados, pero nuestras habilidades de combate son inigualables.

—Ha llegado la hora de patearles el culo a todos...

—Espero que los soldados de nuestro ejército no queden envueltos en medio de nuestros brutales ataques, porque ni siquiera Legnar ni su inservible armadura dorada podrían sobrevivir a eso...

—Bueno, hay que rezar para no lastimar a nuestros propios compañeros por equivocación.

—¿Cuánto tiempo crees que nos tomará aniquilar al ejército enemigo?

—¿Si pelearamos en serio? Humm... Dos minutos como máximo.

—Eso es demasiado tiempo, carajo —dijo Threon—. ¡Mira a esos inútiles! A duras penas saben cómo sujetar sus armas correctamente. Yo digo que los derrotaríamos en un minuto y medio.

—Bueno, ya veremos... —sonrió Dantol, mientras agitaba su espada de derecha a izquierda.

Sin embargo, Dantol y Threon dejaron de sonreír en cuanto subieron hasta la cima de la muralla.

Estar allí de pie en la cima era muy diferente que estar debajo.

Los guerreros allí arriba luchaban con todas sus fuerzas, se aferraban a la vida como nunca antes, pero sin embargo muchos morían.

Los gritos de dolor resonaban por doquier. La sangre y las tripas se hacían ver a cada metro cuadrado. La mayoría de guerreros eran apuñalados por la espalda, por lo morían sin saber qué había ocurrido.

Era un panorama terrorífico.

El estar tan cerca de la muerte producía una sensación de vacío en el estómago.

Dantol y Threon observaron que la batalla se había puesto bastante pareja. Hace unos pocos minutos atrás, los guerreros de Ludonia habían tenido bien dominada a la cima. Pero ahora los soldados conquistadores estaban subiendo de a montones por las escaleras, así que la batalla ahora mismo estaba bastante igualada.

Los borrachos observaron la escena por un buen rato sin moverse en lo absoluto.

—Bueno —dijo Dantol finalmente—. Llegados a este punto, yo creí que los invasores estaban masacrando a nuestros compañeros... Pero ahora veo que la batalla está pareja.

—Parece que no nos va a tocar usar nuestros poderes después de todo —dijo Threon—. Ellos solitos pueden arreglar este asunto.

—¿Qué te parece si volvemos abajo otra vez? Allí podremos esperar a cuando los invasores derriben la puerta de la muralla... si es que lo logran.

—Es una excelente idea —dijo Threon—. Es una excelente idea.

Y a continuación ambos bajaron nuevamente hacia donde habían estado en un principio.

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El rey estaba mirando fijamente el cadáver que tenía ante sus pies.

—¿Por qué diablos no te mueves? ¿Te estás haciendo el muerto? ¡Di algo, maldita sea! ¡Pareces una piedra!

El cadáver siguió sin moverse.