✡ LXIX

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Capítulo 69: Una Historia Contada Desde la Oscuridad

El ruido provenía de las oscuras profundidades de los túneles cavernosos. Era indudable que la criatura que lo producía era un animal muy grande.

Ambos compañeros escucharon aquel sonido repiqueteante como el de varias patas al impactar una y otra vez contra el frío suelo de piedra: La bestia se estaba moviendo, y lo hacía con suma rapidez.

—¡Al suelo! —le susurró Sylfer al oído.

Raidel se tiró contra el piso, intentando ser lo más silencioso posible. Sylfer hizo lo mismo.

En aquella oscuridad absoluta no podían hacer más que confiar en sus oídos.

¿Cómo iban a ser capaces de luchar contra esa cosa sin poder hacer uso de su visión?

—¡Mierda! —escuchó que Sylfer murmuraba—. ¡Nunca había encontrado un monstruo tan cerca de la entrada! ¡No cabe duda de que hoy no es nuestro día de suerte!

—Y que lo digas —coincidió Raidel en un susurro—. ¿Qué clase de demonio será esta vez?

—No lo sé, pero debemos de evitar los enfrentamientos a toda costa. Si hacemos mucho ruido delataremos nuestra posición a otras bestias que estén cerca de aquí. Lo ideal sería hacer nuestra misión tan rápido como podamos y luego largarnos cuanto antes sin que nadie nos vea ni escuche.

—Creo que eso ya no va a ser posible —se lamentó Raidel, mientras escuchaba el sonido producido por las patas de la bestia, el cual se hacía más y más fuerte conforme ellos hablaban—. De alguna forma esa cosa sabe que estamos aquí.

—Tienes razón —suspiró Sylfer—. Se está acercando. No veo más opción que luchar —desenfundó ambas dagas cuyas vainas colgaban de su cinturón. A continuación se colocó de cuclillas. Raidel lo imitó.

Pero mientras esperaban su llegada, algo inesperado ocurrió: el sonido que producía aquel animal poco a poco empezó a hacerse más lejano y distante hasta que finalmente desapareció por completo.

—¿Qué diablos ocurrió? —susurró Raidel, luego de un rato.

Sylfer reflexionó por unos segundos.

—Se me ocurren dos opciones: La bestia regresó por donde había venido o tomó otro camino. Estas cavernas tienen miles y miles de túneles que llevan a lugares diferentes —volvió a colocar sus dagas en las vainas, mientras soltaba un suspiro de alivio—. Olvida lo que dije antes, creo que por hoy podemos considerarnos afortunados.

Ambos se pusieron de pie y se sacudieron del polvo.

Raidel sonrió.

—Luchar en esta oscuridad habría sido sin duda imposible... pero afortunadamente para nosotros todavía nos queda esto —Raidel alzó un dedo a la altura de sus ojos y posteriormente prendió en llamas la punta de éste.

Sylfer se sorprendió tanto por el repentino e intenso rayo de luz que había surgido entre ellos que casi se tira al suelo.

Raidel apagó su pequeña llama al instante.

—¡Por un demonio! —gruñó Sylfer—. ¡La próxima vez avisa antes de hacer algo como eso!

—Lo siento —se disculpó Raidel con la cabeza gacha—. Ahora acabo de recordar que esto ya me ha pasado antes...

—Pero todavía no aprendes la lección, ¿no? —lo reprochó Sylfer—. Casi me quedo ciego al ver semejante luz tan de repente...

—La próxima vez intentaré hacer una llama más pequeña —ofreció Raidel.

✡ Guerra de Dioses y Demonios 1: El Nacimiento del Guerrero ProdigioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora