Cap. 38

317 47 6
                                    

"Y llegará el día en que aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma".

POV Fred:

Se trataba de Enzo y mi madre, que si recordais, estaban ambos en la cocina haciendo la cena, bien, al parecer Enzo por fin había tomado acción!

Mi madre, aún con la cuchara de madera en la mano, apoyaba la libre en la mejilla de Enzo y sus labios sobre los de él.

Aunque ahora que lo digo en alto, quien había tomado acción había sido mi madre...

Maravilloso, nada hubiera sido tan violento.

Entonces de separaron y, por supuesto yo me marché de su campo visual con los ojos como platos.

Cierto era que yo le había animado a Enzo y que quería que él y mi madre fueran felices, pero enserio no tenía por qué haber visto eso...

-Linda...!-la nombró Enzo sorprendido.

Vale, no quería escuchar eso! Ni eso ni nada, solo quería lavar mis ojos con lejía...

Vale aquello fue una exageración, no era una aberración terrible que me traumatizaría de por vida, era solo que el ver a mi madre, repito, MI madre, besando a un hombre... Independientemente de quien fuera, me resultaba extraño.

-Tenía que haber sido más clara con lo que siento... No eres para nada cooperativo!-refunfuñó mi madre.

-N-no, es solo qué...-el pobre si que parecía traumatizado.

-Qué pasa? Ya no te gusto?-se escuchó la cuchara de maders imoactsr contra ls encimera, ers broma, no? Enzo andaba loco por ella!

-Nononono! No te equivoques!-reprochó Enzo.-Claro-! Claro... Claro que me gustas... Y muchísimo...-no lo vi, pero apostaba mi pellejo a que estaba como un tomate.

-Entonces por qué eres tan parado? Entiendo que seas tímido! Pero carajo! Si nonle haces llegsr tus sentimientos a la otra persona, no sirve de nada que los tengas!-eso me llegó a lo mas profundo de mi ser, tenía razón al pensar que mi madre era filósofa o del estilo.

Enzo se quedó callado.

Pobrecillo, mi madre daba mucha caña, se estaba poniendo algo intenso, así que decidí intervenir:

-Hey, me habíais llamado?-me hice el ingenuo.

-Oh, cielo!-se puso mi madre nerviosa.-Cuando tiempo llevas ahí...? No te oí bajar...

-Eh? A qué te refieres?-de nuebo me hice el ingenuo.-Acabo de bajar, pensé que en habiais llamado, pregunté desde arriba, pero supuse que no me oisteis por el ruido de la cocina.

Ambos de miraron entre ellos.

-Pues... No te hemos llamado, pero la comida ya está, qué tal si pones la mesa?-declaró mi madre con una sonrisa incómoda.

-Sí, vale.-tomé las cosas y las llevé al salón.

Unos minutos después, se me unieron mi madre y Enzo con total normalidad.

Aquello fue todo por ese día, en la noche se me revolvían las tripas de solo pensar en el día siguiente, trataba de dormir, pero un par de horas más tarde me levantaba empapado en sudor frío por las pesadillas, tenía que aquella masacre no fuera a cesar...

Y por fin se hizo de día, con suerte había dormido unas cuatro horas...

Desayunamos como normalmente y, sin coger siquiera la mochila, mi madre nos subió a mi y a Enzo en el coche y nos llevó al instituto.

Fui el primero en bajar y tan pronto como sally del coche, me sentí vulnerable.

Ni siquiera estaba dentro de la instalación y la gente ya me andaba mirando y susurrándose entre ellos como si fuera un monstruo de freak show...

-Hey, Fred! Por qué no entras de nuevo si coche y te marchas a tu casa?!-rió todo un grupo.

-Porque para vuestra desgracia, niñatos, yo estoy aquí para arreglar las cosas.-salió mi madre muy enfadada, lo que les hizo callar.-Qué? No vais a decir nada más? Me tenéis miedo? Jajaja! En verdad deberíais, porque de la misma forma que hicisteis la vida de Fred un infierno, lo ha-!

-Linda,mejor déjalo...-la detuve Enzo, aquellos chicos parecían aterrados.

-Hm.

Se giro de nuevo hacia ellos y con una expresión tremendamente aterradora soltó:

-A ver su a la próxima los mordeis la lengua y os infectais con vuestro propio veneno.-después sonrió con normalidad, lo que causó una atmósfera extraña.

-Fred...!-reconocí de inmediato esa voz y me giré en su busca.

-Freddy...!-le vi de frente.

Este solo me sonrió y yo le devolví la sonrisa.

-Suerte.-me deseó suspirando.

-Gracias.-fue lo único que se me ocurrió, o sea, de las millones de cosas hermosas que le podía haber dicho como: "Tú dame de tu suerte" o "Tú eres mi suerte", solo dije gracias, de verdad que era idiota!

-Vamonos antes de que a tu madre se la escape algo que al final la condene...-declaró Enzo a lo que yo asentí con la cabeza y tomé a mi madre del brazo para expresarselo.

Esta pegó un resoplido y continuó su camino al despacho del director.

En cuanto llegamos siquiera llamó, sólo abrió la puerta con rabia, tremendamente sería y a la voz de "Con permisooooo".

-Linda, q-qué diablos haces aquí? Tenías cita o-?

-No te hagas el tonto Yuuzu! Sabes perfectamente qué hago aquí!-se plantó frente a él golpeando violentamente la mesa con ambas manos.

-R-realmemte no sé de que habas...!

-Que no sabes de que hablo?! Mira-!-de había puesto realmente violentos, a lo que Enzo reaccionó antes siquiera de que se me ocurriera a mi.

-Linda, tranquila, déjamelo a mí...-apoyó su mano en el hombro de mi madre.

-Quien es usted?-se refirió a él el director.

-Irrelevante. Hemos venido por el caso de Bullying que ha estado sufriendo Fred.-respondió certero, pero tranquilo.

Mi madre resopló tratando de no estallar.

-Ah... Con que se trataba de eso...-murmuró el director suspirando.

-CÓMO QUE SÓLO?!-fue a lanzarsele encima.

-Mamá!-la paré esa vez yo.

-Escuchenme bien! Este niño les está mintiendo! Lleva dos meses haciendose la víctima y haciendo trampas en los examemes, lo hemos hecho lo mejor que-.

Mi madre fue a grutar de nuevo, pero Enzo se le adelantó.

-Por qué piensa eso?

"Y llegará el día en que aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma".

~•°-MI ANGEL-°•~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora