CAPITULO 112

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· Tras unas semanas, el brazo de CALLE estaba perfectamente recuperado, y todo había vuelto a la normalidad. A veces visitaba el hospital sólo para ver cómo iban aquellas obras, y la verdad es que me enorgullecía ver que allí iba a dejar mi marca, cosa que nunca había creído posible. CALLE había vuelto al trabajo, malo por una parte porque perdía pasar tiempo con ella, pero por la otra... Quizás suene superficial, pero CALLE en traje era algo demasiado sexy como para perdérmelo. Nuestra casa era bastante grande, y sólo utilizábamos dos zonas, así que CALLE hizo que cada una de las plantas fuese algo diferente. La última planta era el despacho de CALLE, en el que yo no solía entrar, sólo para llevarle algo de comer cuando tenía trabajo o venían reuniones a casa. La tercera planta, era una sala de juegos enorme, y cuando digo enorme, es enorme. Tenía piscina de bolas, camas elásticas, y básicamente todo con lo que un niño podría soñar, hasta una máquina de hacer algodón de azúcar. La segunda, era un cine. Literalmente, los sillones eran de piel marrones, con mesas en medio para poder poner las bebidas. Y en la última, un gimnasio que casi nunca utilizábamos. Pero CALLE tenía razón, si yo no me gustaba a mí misma, entonces debía cambiarlo porque lo primero era yo.
VALENTINA📱: ¿Qué estás haciendo? -Tenía puesto FaceTime en el móvil, mientras yo corría en la cinta y Adriana estaba en su carro, jugando con la gasa entre sus manos manchándola de babas.
POCHE📱: Ejercicio. -Dije corriendo, mirando al frente para observar la perfecta vista de la playa que teníamos en casa.
VALENTINA📱: ¿Dónde estás? ¿Y Adriana? -Dijo VALENTINA, que estaba en su casa, observando algunos papeles mientras yo corría.
POCHE📱: Estoy en casa, ¿cómo va la boda? -Pregunté aumentando un poco la velocidad, y ella miró directamente al móvil.
VALENTINA📱: ¿¡Tienes un gimnasio en casa!? -Dijo ella con los ojos abiertos, y asenti riéndome. -No sé ni de qué me sorprendo. -Ella se frotó la frente con la mano. -Pues, de momento no sabemos dónde lo vamos a celebrar.

POCHE📱: ¿En serio? -Paré un poco el ritmo la máquina porque llevaba más de media hora corriendo, y agitada, pasé la toalla por el cuello para quitar el sudor.
VALENTINA📱: En serio. Es todo muy caro, es decir, no nos llega. Y tengo que comprarme también el vestido, y todo lo demás. -Me quedé un momento pensativa, caminando mientras mi hermana hablaba. -Igual en Miami es más barato, ¿qué dices tú?.
POCHE📱:Creo que deberías celebrarla en Miami, pero no porque sea barato. -Caminé un poco más rápido. -Es porque alli vive nuestra familia, y la de Daniel y CALLE. -VALENTINA asintió pasándose las manos por la cara. Escuché los pasos por la escalera y suspiré.
POCHE📱: Caríño, tengo que dejarte, luego te llamo. -Colgué y vi a CALLE aparecer por la puerta quedándose mirándome los pechos directamente. Ni siquiera a la cara. Llevaba unos de esos sujetadores deportivos, y con el pecho que se me había quedado del embarazo provocaba esa reacción de CALLE. -Cariño, aquí, aquí arriba. -Me señalé la cara y ella asintió, carraspeando, frunciendo el ceño.
CALLE: Claro, claro que estás ahí. -Asentí irónica, bajándome de la máquina para llegar hasta ella y cogerla del cuello de la chaqueta para darle un beso en sus labios.
POCHE: amor ... -Susurré mirando sus ojos con un pequeño puchero, y ella negó.
CALLE: No, ah, ah. Me niego a hacer cualquier cosa que quieras hacer, no, no. -Negó varias veces, pero me abracé a ella.
POCHE: Cielo... Por favor... Dale de comer a Adriana mientras yo hago la comida.
Y en diez minutos CALLE estaba sentada con Adriana, dándole el biberón que no paraba de succionar. No me cansaba de ver aquella estampa, CALLE con Adriana en un brazo dándole el biberón, quedándose mirándola tan embobada como yo.
POCHE: amor, la baba. -Dije riendo, y ella también soltó una carcajada sin dejar de mirar a la pequeña.
CALLE: Llevo asi desde que nació, no es novedad. -Y la verdad es que era cierto. Se quedaba mirándola mientras dormía, tumbada en la cama con ella, sin decir nada, sólo mirando a su hija. -¿Con quién hablabas antes? -Terminé de bajar el fuego un poco, limpiándome las manos en un trapo.

POCHE: Con mi hermana, está bastante estresada con la boda. -Cuando me giré a mirarla, Adriana estaba dormida entre sus brazos, y ella se levantó, subiendo para dejarla en la habitación y bajó luego, volviendo hacia mí. De nuevo, cogí las solapas de su chaqueta y tiré de ella hasta que sus labios chocaron con los míos, besándola de forma bastante lenta, húmeda, sin darle tiempo siquiera hablar. Salté sobre ella, enredando mis piernas en su cintura, mientras mi lengua hacía de las suyas en su boca. Tan rápido como estuve en sus brazos, llegamos a la habitación y me bajé
de ella. Mis manos se colaron por los hombros de su chaqueta dejándola caer al suelo mientras nos besábamos, y ella me sacó los shorts ajustados de licra que llevaba puestos de un tirón.
POCHE: ¿Algún día pararás de quitarme la ropa a tirones? -Pregunté agitada, quitándole la camisa rápido y bajando mis manos a su pantalón.
CALLE: No. -Respondió quitándome el sujetador, y mis manos aún desabrochaban el botón de su pantalón que cayó al suelo.
CALLE le tomó mucho tiempo tumbarme en la cama y ponerse encima de mí, y comenzar a moverse lentamente empujando las caderas contra mi entrepierna mientras nos besábamos. 

CASUALIDAD DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora