CAPITULO 118

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· NARRA POCHE

El sol comenzaba a calentar en la costa este, y mientras todos se levantaban y arreglaban, yo salía del gimnasio del hotel. Estaba vacío, simplemente la chica de recepción que me saludaba todas las mañanas que nos alojábamos allí amablemente. Al llegar a la habitación, el reloj marcaba las diez de la mañana y CALLE estaba vestida para bajar, con la cara dormida pero vestida. Adriana gateaba por la cama, babeándole la cara a CALLE que parecía querer volverse a dormir.
CALLE: Buenos días, ¿dónde estabas? -Cogió a Adriana en brazos y se levantó, acercándose a mí.
POCHE: En el gimnasio. -Respondí dándole un beso suave en los labios, y bajando la mirada hacia Adriana que estíraba los brazos hacia mí. -Mi Vida, no puedo cogerte...

CALLE: Pues como se te ponga el culo como las tetas... -Me quité la camiseta delante de CALLE antes de que dijese eso, mientras mecía a Adriana.
POCHE: ¿Qué? -También retiré el sujetador con una mano, metiéndome en el baño. -No respondas, está Adriana delante.
CALLE: ¿Quieres que te lo diga luego? -Me quité el pantalón y la ropa interior, entrando en la ducha con agua tibia, que deseaba desde que salí del gimnasio.
POCHE: Vale, cariño. ¿Dónde está mi hermana? -Dije enjabonándome, y ella apareció por la puerta con Adriana en brazos mientras yo me duchaba. -Ah ah, fuera.
CALLE: ¿Pero por qué fuera? Si a mí no me da vergúenza verte, ni a ti tampoco. -Me señaló con la mano, y Adriana se estiraba hacia mi.
POCHE: Ese es el problema, que te vas a excitar, cariño. -Terminé de ducharme y salí con la toalla en el pecho, y ella aún no había salido del baño.
CALLE: ¿Excitar? Yo me pongo en modo fire. -Rodé los ojos poniéndome la ropa interior con un suspiro. -Además, creo que al verte las tetas tiene hambre. -Adriana comenzó a hacer pucheros, y la cogí en brazos meciéndola, aunque ella buscaba mi pecho hasta metérselo en la boca.
POCHE: Dios mío es que son iguales. -La sujeté con los brazos y tuve que salir del baño entre las risas de CALLE, que me abrazaba por detrás, aunque me gustaba que CALLE se sintiese atraída por mí como el primer día, y que ni siquiera se notase que llevábamos algo más de cuatro años juntas

Le di el pecho, y por fin terminé de vestirme, aunque Adriana se había quedado dormida y la llevábamos en el carro, así que estábamos en silencio en el ascensor. Las manos de CALLE se pusieron en mi cintura, dándome un beso lento y profundo.
POCHE: Mmh... ¿Qué querías decirme? -Dije pasando las manos por su pecho, ladeando un poco la cabeza.
CALLE: Que si se te pone el culo como las tetas, se me pondrá dura la vena del cuello. -Dijo tan normal, y le di un empujón rodando los ojos.
POCHE: Dios mío, eres increíble. -Dije negando, pero volvió a darme un beso antes de que dijese nada más.
CALLE: Es broma, te quiero. -Solté una leve carcajada al escucharla, negando.
POCHE: No, no es broma porque cuando lo hacemos la vena del cuello se te pone así. -Le señalé el cuello, dándole una pequeña caricia en la parte baja donde solía salirle, y entrecerró los ojos.
CALLE: Y te gusta, ¿verdad? -Me dio varios besos más en los labios, a los que respondí mientras sonreía.
POCHE: Verdad.
Salimos del ascensor con CALLE llevando el carrito hasta el restaurante, donde en una de las mesas estaban Daniel y VALENTINA sentados mientras desayunaban. Era raro ver a mi hermanita asi, con el hermano de CALLE, lo que era bastante raro, pero a la vez adorable.

CASUALIDAD DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora