· NARRA POCHE
Cuando las noches llegaban, nunca sabiamos exactamente a qué hora íbamos a acostarnos, porque nos íbamos a la cama a la hora que marcaba nuestra hija. Era la mezcla perfecta entre CALLE y yo, tanto en lo fisico como en la forma de comportarse. Tenía una ligera obsesión por ir a todo lo que fuese rosa, el yogur de plátano era su favorito y siempre llevaba un lacito en la cabeza. En cambio, cuando se enfadaba era totalmente CALLE, tan cabezota como ella. Ya podías intentar calmarla, darle besos, que por mucho que fuese su madre no se calmaha hasta que pasaba un rato y dejaba de llorar. Además, tenía los ojos incluso más verdes que yo, y el pelo era castaño con tonos rubios, que eso, supongo, no era nuestro, pero la hacía aún más preciosa. Era algo que tenía que agradecerle al donante.
CALLE: Ven aquí. -CALLE perseguía a la pequeña que gateaba por el suelo riendo, con el chupete en la boca. -Eres un bicho. -La pequeña soltaba gritos de alegría cuando CALLE la cogía en brazos, y le daba besos por la cara. Mientras, yo limpiaba la mesa y ella subía las escaleras con la pequeña en brazos para cambiarle el pañal. Terminé de recoger la cocina, y estaba agotada. Porque era tarde, porque habíamos tenido que hacer demasiadas cosas durante el día y porque quería dormir.
POCHE: Cariño, ¿la acuestas tú, por favor? -Dije apoyándome en el marco de la puerta con un suspiro. Ella me miró un momento, indecisa, y asintió.
CALLE: Claro, claro que sí. -Sonreí ante su respuesta y llegué a la habitación.
Tras cambiarme y ponerme el pijama, me tumbé en la cama. El suspiro que solté fue el más largo de todos, porque por fin podía estar tumbada y relajada.. Hasta que Adriana se despertase. CALLE apareció por la puerta quitándose la camiseta y echándose directamente encima de mí, cosa que me hizo reír. Sus besos tomaron mi cuello y yo solté un suspiro.
POCHE: CALLE.. -Dije presionando su abdomen para que se separase un poco. -Estoy cansada..CALLE: Bueno, voy a hacértelo yo a ti tampoco tienes que hacer mucho. -Su boca volvió a bajar a mi cuello, besándolo y la aparté de nuevo, escuchando un suspiro.
bien, lo siento. -Acaricié sus mejillas de forma delicada, mirándola a los ojos, compensándola con un beso bastante lento y suave.
POCHE: ¿Cómo puedes estar tan bien y yo tan cansada? -Ella se rio y alzó los hombros mirándome.
CALLE: Las ganas de sexo es lo que hace.
CALLE terminó de ponerse el pijama, que apenas era una camiseta y se tumbó a mi lado abrazándome por la espalda. -Te quiero. -Me susurró al oído, y giré la cabeza con una sonrisa para encontrarme con su rostro, agachando la cabeza.
POCHE: Ya.. Y yo a ti.. -Solté un suave suspiro, sonriendo un poco, volviendo a tumbarme con la espalda en su pecho.
Tras media hora, cuando CALLE creia que estaba dormida, se incorporó un poco. Se quedaba mirándome unos minutos, y cuando se aseguraba de que estaba dormida, se vestía y salia de casa, como acababa de hacer ahora. Me dejaba sola en mitad de la noche, y llevaba haciéndolo varios días desde hacía unas semanas. Y me partía el alma, porque me dejaba allí sola, sin poder dormir, con nuestra hija, y luego volvía y se acostaha a mi lado como si nada hubiese pasado. Aquella noche pasaron tres horas, tres horas desde que CALLE se fue hasta que volvió. En cuanto escuché
la puerta, me asomé a las escaleras y encendi la luz. Llevaba puesta una chaqueta de cuero, y tenía esa sonrisa que sólo sucedía cuando me veía a mi o a su hija, o.. Cuando tenia sexo.
POCHE: ¿De dónde vienes, CALLE? -Dije apoyándome en la pared con los brazos cruzados, intentando que las ganas de llorar no me agarrotasen la garganta e impidiesen que mi voz saliera.
CALLE: Uh.. -Ella tragó saliva y se quitó la chaqueta. Llevaba una simple camiseta blanca. -De comprar.
POCHE: ¿Tú te crees que soy idiota? -Le dije separándome de la pared, mirándola llena de ira.
CALLE: ¿Qué dices? No he hecho nada. -Dijo ella negando, y bajé las escaleras hasta quedarme frente a ella.
POCHE: ¿De verdad crees que soy tan estúpida? -Apreté la mandíbula y ella negó. -Llevas haciendo esto durante semanas .
CALLE: ¡No he hecho nada! -Dijo CALLE separándose de mí, y le di con los dedos en el hombro.POCHE: Y POR QUE DESAPARECES ASÍ TODAS LAS PUTAS NOCHES. -Grité enfadada, comenzando a llorar. -Dame una explicación coherente y lo dejaré pasar.
CALLE: No puedo. -Dijo ella mirándome a
los ojos. -Dudas de mí. Estás dudando de que te quiero. -Se rio CALLE y negó mirándome. -No puedo decirte qué hago, pero dudas de mi, POCHE, ¡Estamos casadas! -Levantó la mano con el anillo y le di un guantazo en la cara. Claro que dudaba de ella.
POCHE: ¿Tú qué cojones pensarías, CALLE? -Dije sollozando, y ella apretaba la mandíbula, comenzando a enfadarse. -Tu mujer se levanta todas las noches durante tres horas, y cuando vuelve es como si nada ha pasado. -Reí un poco limpiándome las lágrimas. -DIME. -La empujé con un toque en los hombros. -Si has tenido a una hija y casi no podias tener sexo durante tres meses, y tu cuerpo ya no es el mismo que era antes del embarazo, y estás gorda. Y piensas: 'es normal que se vaya, porque yo ya no valgo la pena'. Y casi no podemos ni tener sexo porque tenemos a nuestra hija. -Mi respiración estaba agitada y CALLE se dio la vuelta, pasándose las manos por el pelo.
CALLE: ¡¡Te quiero, maldicion, POCHE l! Me importa una puta mierda como estés, NO TE HE PUESTO LOS CUERNOS. -Comenzó a gritar, con un tono rosado en su rostro y los ojos tan enfadados como los míos. -SI TANTO TE MOLESTA TU PUTO FÍSICO VE A ARREGLARLO EN VEZ DE QUEJARTE, A mí me gusta, te quiero así y te lo he repetido como mil veces, pero en tu cabeza no sé qué coño está pasando últimamente. -Bufó con una mano en mi sien, que aparté de un manotazo cuando estaba llorando.
POCHE: Así que debo arreglar mi físico, ¿no es eso? -Dije con un hilo de voz, cruzándome de brazos.
CALLE: Sólo escuchas lo que quieres. -Ella negó, y yo me limpiaba las lágrimas de las mejillas. -No me escuchas cuando te digo nada. -CALLE se giró y abrió la puerta.
POCHE: Eso, vete, es lo único que sabes hacer. -Gruñí en voz alta, escuchando el portazo crujir casi la pared y cerré los ojos, comenzando a llorar de nuevo.Nunca había tenido peleas con CALLE, jamás. Ni siquiera cuando empezamos a salir, ni después de casarnos, sólo aquella vez que la saqué de quicio estando embarazada, y esta vez había sido de verdad. Todo había explotado, y para colmo, Adriana empezó a llorar. La cogí en brazos sollozando un poco, meciéndola y pegué mis labios a su cabeza, apretando los ojos porque en aquél momento no quería llorar delante de ella, pero no podía. Adriana hacía ruidos con la boca y me daba golpes con las manos en el pecho, comenzando a llorar de nuevo al verme, y negué meciéndola, llevándola hasta nuestra cama, e intentando que se calmase dejando de llorar yo también.
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Me desperté a la mañana siguiente, con Adriana durmiendo a mi lado y con las manitas apretadas en la tela de la camiseta que llevaba puesta. Simplemente, estaba de lado con una mano sujetando a mi hija, y con la otra la acariciaba. CALLE no había vuelto a casa, y queria que estuviese alli. Me daba exactamente igual lo que hiciese por la noche, queria que volviese a casa. En realidad sí que me importaba, y las dudas no dejaban de revolotear por mi cabeza. ¿Por qué? ¿Por qué desaparecer tres horas todas las noches? Todo cuadraba. No teníamos mucho tiempo juntas, y todo se centraba en la pequeña. CALLE nunca había querido tener hijos hasta que me conoció, y estaba segura de que lo hizo por compromiso. Me levanté de la cama, poniendo algunas almohadas alrededor de Adriana para que siguiese durmiendo tranquilamente, y cogi el móvil marcando el número de CALLE .
No daba la llamada. Suspiré y me pasé la mano por la frente, comenzando a preocuparme. CALLE siempre tenia el móvil operativo, tanto que incluso ahora que había dejado el trabajo la llamaban para preguntarle dudas.
Justo cuando empecé a preocuparme más, VALENTINA me llamó. Suspiré cerrando los ojos y descolgué.
POCHE📞: VALENTINA, cariño, ahora no es un buen momento para que me llames..VALENTINA📞: CALLE está en el hospital. -Me dejó tan fría que casi se me cae el móvil de la mano, porque ni de lejos me esperaba eso. -Está bien, sólo.. -Colgué. Cogí a Adriana en brazos y la puse en la sillita, me daba igual que siguiese en pijama porque tenía que salir corriendo. La puse en el coche y arranqué, escuchando los llantos de la pequeña que no cesaban, ni los míos tampoco, aunque tenía que parar de llorar porque no veía la carretera.
Al llegar al hospital, saqué a Adriana en brazos y me apresuré a entrar, y subí en el ascensor, poniéndole el chupete a la pequeña. Quería llorar por tantas cosas en aquél momento que ni siquiera podía respirar correctamente, y al abrirse las puertas, vi a VALENTINA de espaldas con los brazos cruzados. Sin siquiera esperar a que VALENTINA me dijese si podía o no podia entrar, abrí la puerta y CALLE estaba allí, con el ceño fruncido, y aún más fruncido cuando me vio entrar. Tenía el brazo vendado, sujeto en un cabestrillo, y algunos rasguños en la cara.
Hasta aquí los capítulos de hoy, no se les olvide votar plis. gracias por leer la novela.... buenas noches y saludos desde México, Actualizare pronto.
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CASUALIDAD DE AMOR
FanfictionNOVELA DE AMOR QUE PASA POR MUCHAS COSAS, LA LUCHA QUE HACE QUE SU AMOR SEA MAS FUERTE.