· NARRA POCHE
Lo sabía, lo sabía y por eso me casé con CALLE, porque era la persona con más empatía del mundo. No creo que la palabra egoísmo figurase en su vocabulario, ni siquiera en su mente, y eso era una de las cosas que de verdad me atraian de ella. Podría tener varias facetas, la CALLE ejecutiva, seria y fria. La CALLE romántica y adorable, que sólo sacaba conmigo, y la CALLE madre, bromista y divertida, pero en todas estas facetas de CALLE, siempre lo daba todo por los demás. Después de pasarse la noche entera conmigo en el hospital, llegamos a casa. Yo debía estar en la cama, y CALLE... CALLE cayó rendida a mi lado, aunque sólo intentaba cuidar de mí. Acaricié su rostro con ternura, dándole un beso en la frente mientras dormía. Estaba llevando el peso de mi propio embarazo, me estaba soportando a mi siendo una neurótica, con cambios de humor constantemente y gritándole a cada instante. Era la mujer más encantadora y dedicada del mundo. De soslayo, pude ver cómo Adriana aparecía por la puerta. Daba pasos cortitos y descoordinados, con el chupete puesto y el pelo castaño alborotado. Si comparabas una foto de CALLE de pequeña y ella, eran dos gotas de agua. Adriana me miró a mi y sonrió, pero dio la vuelta para ir en busca de CALLE.
POCHE: Oye. -Dije en voz baja, moviendo el brazo para que no se fuese con CALLE, porque sin duda iba a despertarla. --Sh, Adri. -Apenas podia moverme porque aquella tripa era más grande que yo. La pequeña comenzó a reirse, y lo que ahora me preguntaba era, ¿cómo se había bajado de la cuna? Se cansó porque CALLE no le hacía caso, y con los mismos pasitos cortos vino hacia mí. No sé cómo me incorporé, pero la cogí en brazos y pude tumbarla a mi lado, aunque se le cayó el chupete. -¿Has echado de menos a mami? -Susurré en voz baja, colocándoselo de nuevo en la boca con cuidado. Ella se revolvió un poco para quedar aún más pegada a mí, y con su manita se cogió a mi dedo pulgar. -Te quiero mucho. -Tomé su manita para darle un beso en esta, viéndola dormir de la misma manera que CALLE. Y sí, todo lo que estaba sufriendo valia la pena por esos pequeños momentos.DOCTOR: Esto está muy avanzado, POCHE. -Pero POCHE parecía estar muriéndose de dolor. Yo estaba de cuclillas al lado
de la camilla, acariciando su mejilla aunque aquello no tuviese ningún efecto. -Tenemos que empezar ya, y sin epidural.
POCHE: No me importa, pero sáquelo ya. -Decía totalmente dolorida, aunque se calmó un poco en aquellos minutos en los que las enfermeras invadían la habitación. Después de aquél embarazo, después de ver a POCHE así, por lo menos yo no quería tener ningún hijo más y si POCHE quería... Tampoco iba a permitírselo. POCHE no agarró mi mano, POCHE enlazó sus dedos con los míos y añanzó nuestras manos. Quizás, como una señal de que estuviese con ella, o quizás fue coincidencia, pero lo que sí que tenía claro es que lo que venía después era mucho peor que aquellas contracciones. No les hizo falta avisarla para que empujase porque su cuerpo sufría por sí solo, POCHE levantó la espalda del respaldo y mi mano quedó hecha trizas por la fuerza que empleaba. POCHE gritaba, no se quejaba. POCHE estaba gritando, mientras empujaba a la vez, y pasó de apretar mi mano a arrancarme el cuello de la camisa.
CALLE: Respira, POCHE... -Intentaba recordarle lo que en el parto anterior fue útil, pero en este simplemente apretaba los dientes y tiraba de mi camisa hasta hacerme daño en el cuello.
POCHE: Cállate CALLE. -Dijo justo antes de gritar de nuevo, y su mano subió a mi cuello, hincando las uñas allí de una forma
casi imposible. Las habia clavado por completo pero no podia quejarme, porque POCHE estaba retorciéndose de una forma casi tortuosa en aquella camilla. -No puedo más. -Decía casi sin fuerzas, aunque volvió a empujar de nuevo por impulso de su cuerpo que por ella misma, y entonces, se escuchó un llanto. Yo no quería mirar, sólo quería que me dijesen si mi hijo era ciego o no, quise darme la vuelta pero POCHE estaba allí, esperando a tener a su pequeño en el pecho. Era igual de pequeño que Adriana cuando nació, cubierto por sangre y mucosidad, pero yo no podía acercarme a él. Estaba llorando, y lloré más cuando la enfermera se lo llevó para lavarlo y examinarlo.Mi corazón golpeaba fuerte contra el pecho, y en mitad de todo eso, POCHE cogió mi mano para apretarla, aún con los ojos cerrados. Los ojos me ardían, mi garganta se había cerrado por el llanto, y era todo un cúmulo de cosas que me estaban invadiendo. La enfermera volvió con GERMAN
enrollado en una mantita, poniéndoselo a POCHE en el pecho.
XXXXX: ¿Cómo se llama? -Preguntó la chica, mientras yo me quitaba las lágrimas de los ojos.
CALLE: GERMAN. -Respondi yo, mirando a la enfermera que sonrió de una forma tierna mirando al pequeño, me temía lo peor.
XXXX: Podrás llevarlo a ver partidos de los Lakers.
POCHE: ¿No es ciego? -Preguntó POCHE desde la camilla, y la enfermera negó con una sonrisa. Ese momento de mi Vida podria llamarse felicidad. Tener un hijo ya era el momento más feliz de tu vida, pero cuando te dicen que está completamente sano, es el éxtasis. Mientras las enfermeras le cambiaban las sábanas manchadas de sangre a la cama de POCHE, nosotras nos quedamos mirando al pequeño.
POCHE: Hola... -Susurró POCHE acariciando
la mejilla de GERMAN, que sonrió un poco al notar la mano de su madre. Tenía los puños apretados, estaba aún completamente enrojecido por el parto pero... No se despegaba del pecho de POCHE. -Cógelo. -Me dijo ella.
Cuando lo sostuve entre mis brazos, pude respirar tranquila. Aún tenía miedo de tirarlo, de ser tan torpe como para eso aunque tuviese ya una hija, pero tenerlo a él en brazos después de todo lo que habiamos pasado... Era increible.
CALLE: Hola campeón. -Lo meci un poco, observando cómo bostezaba de aquella forma adorable. POCHE nos miraba con una sonrisa, pero estaba absolutamente derrotada. Coloqué a GERMAN entre sus brazos, y la tapé bien con la manta, dándole un beso en la frente, que cubrían algunos mechones de pelos despeinados.
CALLE: Te quiero. -Dije echándole el pelo hacia atrás, observando cómo una sonrisa se formaba en su rostro.¿Estás bien? -POCHE negó, aunque no dejaba de tener una sonrisa.
POCHE: Estoy mareada, cansada, me duelen la espalda, y las costillas... -Se humedeció los labios un poco al terminar de hablar.CALLE: ¿Es normal? -POCHE asintió ante mi pregunta, y di un beso en su frente de nuevo, como si quisiese protegerla. -Duerme un poco.

ESTÁS LEYENDO
CASUALIDAD DE AMOR
FanfictionNOVELA DE AMOR QUE PASA POR MUCHAS COSAS, LA LUCHA QUE HACE QUE SU AMOR SEA MAS FUERTE.