· NARRA POCHE
Se me hacía difícil dejar a Adriana con mis padres mientras CALLE y yo volviamos al trabajo, pero asi era la vida, y asi volvia al hospital. El pabellón con mi nombre que CALLE había hecho para mí estaba completamente terminado
y en funcionamiento, y nada me hacia estar más orgullosa.
VALENTINA y Dani estaban de vacaciones, así que estaba prácticamente sola.
PAULA: ¿Cuántas operaciones llevas hoy? -Preguntaba PAULA mientras yo me ponía el gorro y entraba en la sala a desinfectarme las manos.
POCHE: Con esta dos de apéndice. ¿Quieres venir dentro a ayudarme? Igual te desmayas al no estar acostumbrada a ver sangre. -Me gustaba burlarme de PAULA de aquella forma, y me dio un golpe en el hombro mientras me frotaba las manos con jabón.
PAULA: Veo más sangre todos los días en un parto que tú en una operación. Dame el jabón. -Casi me lo arrancó de la estanteria y antes de eso, consiguió ponerme los guantes. -Nunca he operado.
POCHE: Es como una cesárea. Sólo que más pequeña, menos sangrienta y el bebé es una bolsa de pus. No tendrás que hacer mucho.
Y la verdad es que PAULA lo hacía bien, no noté diferencia con Dani o VALENTINA, y eso decía mucho de PAULA. En media hora habiamos terminado, y la dejé coser la herida porque tenía más técnica. Aquello de coser a chicas jóvenes que han dado a luz por cesárea y no quieren que se les quede la cicatriz hace carrera.
PAULA: ¿No te cansa hacer tantas operaciones? -Dijo PAULA al salir, y casi no me dio tiempo a responder cuando tenia a una señora gritando y tirándome de la camisa del uniforme verde.
XXXX: ¿¡Y mi hijo!? ¿!Está bien!? -Cogí sus manos y las aparté con cuidado de mí, asintiendo lentamente.
POCHE: Señora, tranquilícese. Su hijo está muy bien, además sólo era una operación de apendicitis. -Respondí alejándome un poco de ella.
XXXX: Es que usted no es madre, no lo entiende, estaba preocupada le dolía mucho, casi no podía andar. -Sonreí un poco negando, intentando relajarla.
POCHE: Sí que soy madre, y sí que lo entiendo, ya está todo bien, nadie ha muerto de una operación de apendicitis, eso se lo aseguro. -Señalé el final de la sala, donde JUANA estaba pasando consulta a consulta.¿Ve a esa enfermera? Si necesita cualquier cosa, ella sabrá qué hacer.
XXXX: Gracias, doctora. -Se alejó hacia el final del pasillo y me di la vuelta metiendo las manos en mis bolsillos.
PAULA: Esa mujer casi te arranca la camiseta. -Miré a PAULA mientras entrábamos en el ascensor, encogiéndome de hombros riendo.
POCHE: Es normal. Es como si operasen a Adri de algo sin importancia y fuese CALLE la que está fuera esperando. No sabe nada sobre lo que van a hacerle. -Me encogi de hombros cogiendo un café de la sala de descanso, cogiendo el móvil que había dejado allí para la operación, y mi madre, como siempre, me mandaba fotos de Adriana en el carrito mientras paseaban por Malibú. Mi padre la sostenía, en brazos en otra, y creo que mi hija trajo un poquito más de felicidad a nuestra familia.
PAULA: ¿Tienes más operaciones ahora? -Preguntó PAULA, mientras yo le daba un sorbo al café.
POCHE: Sí, y esta sí que es preocupante. -Respondí sentándome en el sillón, cruzándome de piernas.
PAULA: ¿De qué es? -PAULA se sentó frente a mi, y yo removí el café con la cucharilla.
POCHE: Operacíón de pulmón. -Miré el reloj de la pared y me levanté de nuevo con un suspiro, dejando el vaso en la mesa. -Y tengo que irme ya.
PAULA: Suerte, POCHE.
Cuando entré en el quirófano todo estaba listo, el paciente anestesiado y yo cogí el bisturí, esperando a que los demás le diesen la vuelta para poner a aquella chica de costado. Era muy joven, unos veinte y pocos años, normalmente estas operaciones solían ser con personas mayores, pero este caso me extrañó.
Hundí el bisturí en su piel, desgarrando esta lentamente y abriendo sus músculos que se rompían al paso en que mis dedos deslizaban la hoja entre ellos. Con las pinzas, abrieron
la apertura que acababa de hacer, mientras yo secaba un poco la sangre que caía, mientras con una larga pinza, mirando el monitor en el que se proyectaba la imagen del pulmón, comencé a explorar la zona.Mientras encontraba la zona afectada tardé unas tres horas, las gotas de sudor me caían por la frente, y comencé extirpar parte del pulmón, sacándole con cuidado para que los demás que me rodeaban lo cogiesen, y asi, poco a poco, hasta que des
POCHE: ¿Cómo te fue el día? -Le pregunté tras separarme, y CALLE aún seguía pensando en el beso que le acababa de dar.
CALLE: Húmedo. -Respondió, pero terminó por sacudir la cabeza. -Cuéntame el tuyo, el mío es aburrido. -Terminó de enlazar sus manos con las mías, aunque las quité para poder pasar estas tras su cuello.
POCHE: Tuve tres operaciones, una de ellas de seis horas. -CALLE se separó de mí frunciendo el ceño, poniendo las manos en mis mejillas.
CALLE: ¿Estás bien? Es decir, debes de estar agotada. -Sonrei un poco encogiéndome de hombros, poniendo las manos en su cintura. -Siento haberte pedido la cena y.. Si me lo hubieras dicho habria pedido, no sé, algo de comer antes de venir.
POCHE: No me cuesta hacer la cena, además me encanta que le des de cenar a Adriana. -La sonrisa de CALLE se agrandó en su rostro, encogiéndose de hombros.
CALLE: ¿Te gusta eso? -Frunció el ceño, y asentí pasando las manos por su pecho, alisando las arrugas que se formaban en su camisa.
POCHE: Es sexy. ¿Sabes qué es lo que más me molesta de ti? -CALLE se separó de nuevo frunciendo el ceño, se quedó algo fría. -Que siempre te manchas las camisas blancas con una gota de vino y cuando intento regañarte me pones esa cara de cachorrito, y acabamos besándonos en el sofá, pero luego la que te limpia las camisas soy yo. -CALLE comenzó a reírse negando, poniendo las manos en la parte baja de mi espalda.
CALLE: 0jalá todos mis defectos fueran sólo ese. Sé que tengo muchos más pero... -Se encogió de hombros, dándome un beso en la frente. -Los soportas bien.
POCHE: ¿Cuáles son mis defectos? -Pregunté apretando mis dedos entre los suyos, dándole un beso en los nudillos.
CALLE: No tienes. -Sus dedos colaron un mechón de pelo detrás de mi oreja, sonriendo.
POCHE: Sí que tengo. -Le di con un dedo en el abdomen, con un pequeño puchero.CALLE: No, no tienes. Y ojalá todos vieran sólo ese defecto de mí, te lo aseguro. -CALLE tiró de mi mano para volver a abrazarme, y esta vez puso las manos abiertas en mi trasero.
POCHE: Ojalá todas las parejas fuesen como nosotras, el mundo sería mucho más feliz. -Respondí yo, aunque sabiendo que lo de la mancha de la camisa no era un defecto, pero me encantaba regañarle y que luego me abrazase por la espalda para pedirme perdón, dándome besos por las mejillas.
Nos sentamos en la mesa frente a la piscina, y para no perder esa tradición, puse algo de vino, carne, y arroz, que CALLE agradeció tras un día tan largo que nos había dejado a ambas exhaustas.
POCHE: Oye, ¿y cómo te fue a ti? -Pregunté bebiendo un poco de mi copa, dejándola luego en la mesa.
CALLE: Mmh... -Terminó de tragar, humedeciéndose los labios. -Tuve como siete reuniones. Y luego se incendió la cocina de uno de los hoteles en Canadá, por suerte nadie salió herido pero... -Volvió a comer, poniéndose una mano en la boca. -Creo que me casé contigo por la comida. -Solté una suave risa, apoyando la cabeza en mi mano.
POCHE: Oye, cariño... ¿Has pensado en tener otro bebé? -CALLE levantó la cabeza del plato, limpiándose los labios con la servilleta.
CALLE: ¿Estás insinuando que tengamos ahora otro bebé? -Se frotó las manos encima de la mesa, alzando una ceja.
POCHE: Sí, pero no ahora. Sólo... Quería saber qué pensabas. -Sonreí un poco, aunque la reacción de CALLE me había dejado algo confundida.
CALLE: Está bien, no sé. Te dije que sí la primera vez y tuvimos a una niña preciosa. No te digo que no quiera tenerlo, claro que quiero, pero... Aún me estoy acostumbrando a cambiar pañales, pero no es que te diga que no, ¿entiendes? -Me cogió la mano por encima de la mesa.POCHE: Claro, claro que te entiendo cariño. Sólo quería saber si querías tener un segundo hijo, ya se verá cuándo. Sigo en fase post-parto. - CALLE soltó una suave risa, dándome un beso en la mano. -Te sigo agradecida por tener a nuestra hija. -Me incorporé un poco dándole un beso en los labios, quedándome con una sonrisa idiota. -Sin ti no la hubiéramos podido tener, así que... -Apreté su mejilla un poco y me volví a sentar en la silla, comiendo un poco más.
CALLE: ¿Sabes cómo quiero llamar a nuestro próximo hijo si es niño?
POCHE: ¿Cómo? -CALLE seguía comiendo con una mejilla llena.
CALLE: GERMAN
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CASUALIDAD DE AMOR
FanfictionNOVELA DE AMOR QUE PASA POR MUCHAS COSAS, LA LUCHA QUE HACE QUE SU AMOR SEA MAS FUERTE.