Capítulo 78: ¡Detengo meteoritos!

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Estaba muy cansado. Los ninjas ya habían acabado con los enemigos a la vista. Yo estaba acostado contra una piedra, al lado mío se encontraba Kurotsuchi.

-Oye. -le llamé. Ella mi miro, se notaba he estaba cansada casi tanto como yo.

-Apemas me mantengo consiente, en cualquier momento caeré. -ella me miro preocupada. Yo no estaba mintiendo. Había pasado todo el día luchando y usando chakra, eso me había dejado muy agotado.

-Duerme un rato, yo te protegere. -afirmo ella. Yo nege con la cabeza.

-Escucha... hay infiltrados en nuestras filas. -ella pareció horrorizada ante tal información.

-Mentir...

-Los Zetsus se transformaron en nuestros compañeros. Aunque veas a un Zetsu, no lo revonoserias, y los sensores son capaces de hacerlo. -me enpesaban a pesar los ojos.

-¡Espera! ¡No te duermas aún! ¿Como lo identificamos?

-No lo sé. Sólo pude averiguar eso, amiga. -ella soltó un suspiro preocupado.

-Tal vez no despierte hasta mañana. Por favor, no dejes que me maten. -le suplique mientras le daba una sonrisa.

-Duerme con tranquilidad. Te lo ganaste.

***

Estaba abriendo los ojos. Me sentía mareado. Pero aún así me sentía mejor. Ya no me dolían todas las extremidades, también sentía que mi chakra había sido recuperado.

Me doy cuenta que estaba siendo cargado por Kitsuchi, en sus espaldas.

-¿Donde vamos? -mire al suelo mientras le preguntaba. Era eso de las once o algo así. Recordaba vagamente que estaba en medio de una guerra, solté un suspiro pesado.

-Vamos a apoyar a la cuarta división. ¿Puedes seguirnos el paso? -respondió sin dejar de correr. Me di cuenta que ya no nos encontrábamos en las costas del país del Rayo. Sino ahora estamos en lo que era un desierto.

-No, no puedo. -menti. Quería que el me cargará por un rato mas, sólo para ahorrar energía.

-Bajate.

-No.

El me tiró al suelo, para después seguir su camino.

Solté un suspiro. Sabía que estaba en medio de una guerra, ¿Pero tanto le costaba decir "Buenos días"? Si hoy dejaríamos este mundo, al menos que sea con una buena mañana.

Seguí al padre de Kurotsuchi. Al menos seguía vivo. Me di cuenta que a unos cuántos metros adelante estaba, Kurotsuchi. Yo corrí para alcanzarla.

-Hola, buenos días. -le salude con una sonrisa. Ella me miro con cara de pocos amigos.

-Me hubieras dado más información. Casi nos matan anoche. Buenos días también. -no pude evitar reír.

-Este día será interesante. -segure con una sonrisa. Y no era mentira.

-

¿Eso no es un meteorito? -pregunte tomando el brazo de Kurotsuchi.

-Si, si. ¿Como no? Un meteorito. -se burló ella. Yo sólo señale adelante.

Ella abrió la boca, sin decir una sola palabra.

-¡¡Un meteorito!! -gritaon todos muy preocupados.

Tuve un leve rastro de miedo. Ahí adelante estaba Madera Cuchilla. El sujeto que era considerado un dios entre los ninjas. Una leyenda, un ninja de lo más peligroso.

-Como que me dieron ganas de dejar de ser ninja. Yo no me saliste para esto. -le comenté a Kurotsuchi. Pero ella estaba demasiado impresionada para hablar.

Creo que debería ayudar a destruir ese meteorito. ¿Qué más da?

Reforce mis piernas com chakra y salí disparado al lugar. No estaba demasiado lejos, después de todo.

Había dejado muy atrás al grupo de ninjas de la división en la que me encontraba. Y justo ahora, me encontraba de bajo del inmenso meteorito.

Vi a varias personas que sabía quienes eran. Como Gaara, Onooki y algunos más. No quería acriguar donde estaba Madara. Sabía que me palarizaria si lo veía, con solo sentir su presencia ya me hacía sentir muy pequeño. Como una hormiga ante un león.

Onooki estaba deteniendo el meteorito como podía, Gaara lo están ayudando.

Me tocaba hacer mi parte.

-Su...sa...no'o. -me gustan decirlo lento. Me hacía sentir chungo.

El Susano'o me había comenzado a cubrir. Después de unos segundos, un Susano'o de alrededor de unos veinte metros me cubría. Me costaba mantenerlo de este tamaño, no estaba  acostumbrado hacerlo de este tamaño.

Trate de hacer un Chidori con el Susano'o. Una idea algo dolorosa, aunque eficiente. Me dolía como mil demonios hacer estos dos jutsu juntos.

-¡¡Chidori Kagutsuchi!! -creo un Chidori sumado con el fuego del Amaterasu. Era de un color negro eléctrico.

Choque el jutsu contra el meteorito...

... El jutsu destruyó el meteorito...

Sólo habían quedado unas cuantas piedras pequeñas del enorme meteorito.

Decise el Susano'o, caí al suelo. Empecé a respirar muy agitado, con una rodilla en el suelo. Mire hacia arriba, una gran nube de polvo había caído. Me dificultaba ver más de cinco metros más allá de mi.

-Eres bueno... -escuche una voz atrás mío. Sentí una leves lágrimas en mis ojos, tenía miedo. No quería enfrentarlo, no tenía ni la menor posibilidad-. ¿Pero que harás con el segundo? -me gire y lo mire. Tenía el corazón el la boca.

Su cabello largo azabache, su armadura roja, su rostro duro. No tenía duda de quien era...

-.... Madara Uchiha... -dije mientras lo miraba. Mi corazón latía a mio por hora.

Note que empezaba a caer otro meteorito, aún más grande que el anterior.

-Susano'o. -pude notar... ¿Sopresa? En su rostro. El Susano'o me cubrió. Creo por segunda ves el Chidori más poderoso que tenía. Ahora me costaba aún más mantener los dos jutsus. Pero aún así destruí el meteorito. El Susano'o desaparece, yo caigo al suelo, mientras respiro muy agitado.

Dos personas se pusieron al mi lado. Gaara y Onooki. Nunca me había sentido tan feliz de tener al viejo cerca mío.

-¿Estas bien, Dio? -pregunto Gaara. Yo lo mire extrañado, luego algo hizo click en mi mente. Solté una débil sonrisa al recordar cuando conosi a Gaara.

-Soy... -dije mientras me levantaba del suelo, y miraba hacia Madara-. Sasuke Uchiha....

Hola, espero que les halla gustado el capítulo.

¿Como va quedando?

Bye bye.

Yo soy.....SasukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora