Capítulo 9

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—Eso me han dicho —dije con una sonrisa. No era culpa de Rachel lo que sucedía—. No te preocupes por nosotros. Vamos a estar bien.

—Muy bien, todo el mundo —llamó a otro miembro de la asamblea en voz alta—, las luces estarán apagadas en quince minutos. Cada uno haga su camino a su habitación, por favor.

—Vamos —me dijo Harry y no esperó a alguien o algo más, mientras me remolcaba detrás de él. Saludé con la mano a Peter y Jen y nuestra familia, todos se encontraban de pie a un lado observándonos muy tristes. Todos los demás se inclinaron un poco mientras salía de la habitación.

A medida que nos dirigíamos a mi habitación, donde quiera que fuera, no pude evitar hacer mis preguntas.

—¿Por qué Gran estaba tan tranquila? Es siempre tan elocuente acerca de todo.

—Es difícil. No puede ser parcial, tiene que parecer como si no tomaría decisiones sólo para nuestra familia, sino para todos. Si creen que está siendo injusta, no puede participar más en el Consejo y los Jacobson no tendrán más voto en él. Pero no pueden tocarla a menos que ella les dé una razón.

Nuestros hombros se rozaron mientras caminábamos y envió escalofríos a través de mí. Uno: porque era Harry y su toque me hacía cosas poderosas. Y dos: yo sabía que iba a estar sin su toque toda la noche y no quería ni pensar en ello.

—Lo siento. Como he dicho, por lo general no es

—Así —terminé por él—. Lo sé, está bien.

—El Consejo sólo está asustado de ti —dijo y suspiró, chupándose su labio con el ceño fruncido.

—Están asustados de tu familia —le corregí—. Hay una cierta hostilidad importante allí.

—Bueno, a pesar de que Donald es un Malik, y el líder autoproclamado de la asamblea, nunca hemos tenido ningún problema con él. Ha sido enemigo silencioso de mi padre durante tanto tiempo como puedo recordar, pero nunca he había oído hablar tanto a Donald en toda mi vida.

—Así que ¿realmente no van a castigar a los Malik?

—La ley dice que no puede haber un asesinato de otro miembro del clan por ninguna razón. No declara nada acerca de un intento de asesinato o secuestro. Los consejeros son muy estrictos en sus normas, pero cuando no hay un pronunciamiento específico contra algo, se inclinan por no interferir en absoluto.

—Eso es una mierda.

Se rió y nos detuvimos. —Sí —concordó.

—Y Waliyha tiene mi sangre... en ella —le dije y tragué con disgusto y malestar al respecto. Asintió y torció los labios—. Y los Malik van a estar aquí todo el tiempo. —Asintió de nuevo—. Y Gran está en el Consejo que quiere mantenernos separados o forzarnos a casarnos y tengo que calmarme cada vez que entro en esa habitación, así que trato de no sobrecargarme, ya que toda esa gente me quiere para arreglar todos sus problemas. —Solté un respiro y seguí hablando—. Y todo el mundo sigue haciendo una reverencia y volviéndome loca a pesar de que les he pedido que no lo hagan.

—Cariño, todo eso es verdad, sí, pero tienes que acostumbrarse a ello —dijo en voz baja—. La única manera de evitar que actúen como un montón de idiotas es exactamente como me enseñaste. —Me miró con intención—. Enséñales que eres fuerte, hermosa y sorprendente, sé que lo eres y rápidamente van a entrar en razón. No tendrán más remedio que hacerlo.

Suspiré y asentí. —Está bien, voy a intentarlo.

Sonrió y me tocó la mejilla. —Bien. Ahora, aquí estamos. Su suite, mi reina —dijo en broma y se inclinó mientras abría la pesada puerta.

—No empieces o yo... oh, Dios...

Me quedé pasmada, esta no podía ser mi habitación. Harry debió haber cometido un error. Era enorme y cómo imaginaría que sería el penthouse en el Waldorf. Nunca había visto esto y pensé que nunca lo haría. Las paredes eran altas y estaban pintadas con líneas gruesas de color blanco y verde junto con una alfombra que era de felpa y gruesa. Había una cama de caoba enorme en el centro de la habitación con almohadas blancas y un cobertor blanco que era tan grueso y grande como una nube. Había tocadores de caoba y espejos que iban desde el piso, pero no había ventanas. No había mucho en las paredes, pero había una pintura sobre montañas.

Creo que me quedé atontada demasiado tiempo porque Harry finalmente se colocó detrás de mí, riéndose entre dientes mientras me atrajo hacia él. Susurrándome en la piel de mi cuello—: Tu habitación está bastante bien, ¿eh?

—¿Son todas como esta?

—Nope. Las habitaciones de la segunda planta están bien, no me malinterpretes, pero no son así —dijo Harry mirando a su alrededor—. Nunca he estado aquí antes —me miró de nuevo—, es algo fuera de los límites.

—Y sigue estando muy fuera de los límites —le dije con tristeza.

—Sí —suspiró—. Y será mejor que me vaya. Si me encuentran aquí, no va a ser bueno.

—Sí —le contesté sin convicción. Me volví en sus brazos y no perdí tiempo. Lo atraje hacia mí al mismo tiempo que me puse en puntillas con mis pies. Sus labios realmente no me consolaron. Imaginé que yo estaba demasiado alterada o demasiado molesta. De todos modos, lo besé intensamente.

Y oh Dios, me devolvió el beso.

Cambios (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora