Capítulo 67

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Después de que Harry se marchó para vestirse, tomé un largo baño caliente, porque tenía un montón de tiempo para perder. Harry necesitaba ir a ver a su padre. Me dejaron para que me las arregle sola, así que estuve metida en la ostentosa bañera con burbujas hasta el cuello, hasta que el agua se volvió fría.

Después de eso, me peiné el cabello y me maquillé antes de ponerme el vestido que estaba sobre la cama. Gran tenía un gusto increíble y este vestido no era la excepción. Me deslicé en él. Tenía la sensación de que hoy nadie iba a venir a ayudarme a vestir. Se ajustaba como si estuviera hecho para mí y subí la cremallera del costado. Traté de ignorar la etiqueta del diseñador, pero Dolce era Dolce.

El vestido era hermoso, pero se sentía largo y pesado. Nunca había sido una fan de los vestidos largos y, al parecer, la belleza del vestido no tuvo efecto sobre ese hecho. Me frotó las piernas y los tobillos de una manera que sabía que me iba a afectar toda la noche.

Miré el tocador una y otra vez. Sí, el tocador. La sala del Consejo me había atrapado en ella y era extravagante, imposible de creer y sin razón. Como eran los collares que tenía ante mí. Para elegir, elegir... No era fácil. No tenía idea de quién me dio cada collar y el collar de mi elección tenía mi destino para el acompañante de la noche. Iba a ser atrapada con algún otro chico por toda la noche por culpa de uno de esos hermosos collares. Y por supuesto, a los Jacobson no se les permitió ofrecerme collares. Tuve que extender la cortesía" de que lo habían mencionado. Aunque yo pertenecía a los Jacobson, no debería mostrar favores a ese clan. Y los collares; parecía inapropiado que el Consejo estuviera usando algo tan hermoso y elegante para molestar a Harry descaradamente.

Reflexioné sobre los sucesos de la semana hasta aquí y acumulé todo así podría armarme a mí misma y tratar de estar lista para lo que tenía que ser esta noche. Esta noche era la noche y los Malik iban a caer. Así que empecé con Harry.

El arranque de Harry no había ayudado a las cosas. Sin embargo no podía culparlo una pizca. En realidad, yo reventaba de orgullo mientras él le dejaba saber al Consejo toda la hipocresía que fueron arrojando en nuestro camino. Por supuesto, que ellos lo liberaran del calabozo no era exactamente cómo nosotros planeamos las cosas tampoco.

Y mi posterior fuga de la cárcel y amenaza a los guardias sólo fue la cereza en la cima de este helado de locura.

No tenía ni idea de lo que hacía. La forma en que todos me miraban y me hablaban, todo el mundo tenía miedo de mirarme a los ojos o tocarme por temor a lo que leería o averiguaría sobre su pasado. O futuro. El poder es una cosa extraña. Es destructivo, es adictivo, a veces es idiota, pero también es extrañamente hermoso cómo el caos simplemente fluye a su alrededor. El latido del corazón humano se desarrolla para eso, pero no el de este corazón.

Estaba lista para terminar con esta semana. Quería casarme con Harry. Y a pesar del hecho de que el Consejo trató de reclamar por nuestro abrupto y casarnos el primer día, afortunadamente, Peter era un pensador rápido. Quería casarme con él, pero no porque alguien me dijera que tenía que hacerlo. Sé que estaba tan en contra del matrimonio antes, pero ni siquiera podía recordar por qué. ¿Y la cosa de la edad? Bla. Ahora no significaba nada. Estaba tan dispuesta a ser todo para el hombre que amaba y no era sólo para escapar de las cosas del Vidente. Sinceramente esperaba aprender cómo ser una pareja, por nuestra cuenta, sin distracciones, con Harry.

Cielos, la mirada de orgullo en el rostro de Peter... viendo a Harry ponerse rojo y defender mi honor... los poderosos brazos de Harry sacudiéndose y moviéndose para protegerme... Incluso ahora podía sentir el dolor en el pecho, de orgullo y deseo. Las estúpidas normas y tradiciones del Consejo me habían alejado demasiado de Harry y ya sentía la retirada de nuevo.

Me armé de valor, levanté la barbilla, birlé la lágrima que escapó y me reprendí a mí misma por dejarla. Recogí el llavero encima de la cómoda y froté la superficie fría y suave de la obsidiana. Era la Vidente, era todo lo que dijeron que era y más, podía sentirlo, e iba a utilizar sus palabras contra ellos. Estaban a punto de ver que las cosas iban a cambiar. No sería puesta en exhibición y adoración, y pasando por todas partes como alguna baratija o mercancía. Era yo y tenía mi familia detrás de mí.

Desafiar la forma cómo son las cosas es la única manera de aceptar lo que viene. El Consejo había sido adorado y venerado demasiado tiempo por un montón de vejestorios sin nada que hacer, excepto conseguir manicuras y vivir bajo tierra. Y los Aces necesitaban aprender que complacencia era aceptación, aún si querían creer lo contrario.

Y nosotros no íbamos a aceptarlo más.

Por lo tanto, puse mi llavero abajo y elegí mi collar. Era hermoso y combinó mi vestido tan perfectamente con sus hojas de color crema, filigrana de oro intrincado y piedra lunar. Me pregunté a quién pertenecía y con quién estaría atorada por la noche. Me lo puse, poniendo el chal dorado alrededor del cuello para cubrirlo mientras me informaba. Revisé si mi rímel se había corrido y luego abrí la puerta para encontrar a mi guardia, Rodney.

—¿Estás lista para ir, señora? —bromeó.

—No —dije mientras agarré su brazo y lo dejé que me guíe—. No, en absoluto.

Cambios (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora