Capítulo 20

241 20 0
                                    

Con el tiempo se calmaron y querían empezar a jugar su último juego tradicional antes del almuerzo. El juego era la Carrera de Ratas y yo estaba preparada para ser tocada por cada hombre que buscaba a su pareja.

Todos los hombre imprimados se encontraban en el centro de la habitación y las mujeres se quedaron fuera. Seguía pensando que era tonto. Quiero decir, los chicos debían saber cómo olía su esposa y como se sentían sus manos, ¿no?

Pero me equivoqué.

Una vez que estaban encantados y todos sus sentidos despojados, eran como ratones ciegos en busca de un agujero en la pared. Observé cómo cada uno de ellos intentaba decidir cuáles eran las manos de su esposa. Había sólo dos personas que no estaban casadas: Harry y Liam.

Un par acertaron, la mayoría no, pero ninguno vino hacia mí por el momento. Cuando fue el turno de un hombre mayor, parecía caminar directo a mí. Movió su brazo como si hiciera señas en vez de tratar de encontrarme. Su cresta familiar era una negra media gota de lluvia, o de sangre. Los Malik. Cuando nuestra piel se tocó, tuve una visión y me sentí estúpida por no saber que cada chico que me tocara me daría una visión.

Su visión era borrosa. Luchó conmigo y tuve que enfocarme en ver lo que era. Pero sentí una urgencia —una necesidad— de ver esta visión. Así que agarré su mano y la sostuve. Trató de alejarse, lo que me hizo querer ver más. ¿Qué ocultaba?

Escuché mi nombre, y luego suspiros y sonidos de sorpresa. Luego sentí una familiar mano cálida en mi codo y supe que Harry se había unido a mí. Su toque parecía darme el empuje extra que necesitaba y la visión se hizo más clara y en tiempo real.

Vi flores y una acera. Vi y sentí las pisadas de un hombre mientras se abría camino por el sendero. Saludó a un cartero con un movimiento de sus dedos y luego esquivó a un niño en una bicicleta. Se detuvo en el césped y observó mientras otro hombre tocaba el timbre en una casa.

Era un hombre de cabello oscuro en una chaqueta de cuero negro con un dragón negro en la espalda y estaba de pie delante de mi casa.

La visión se me fue arrancada con un rugido. Vi un hombre parado lejos de mí, sosteniendo su mano como si lo hubiera quemado, lo cual hice, o más bien él me quemó con un signo de ofensa.

—¿Qué hacías fuera de mi casa? —pregunté calmadamente, aunque por dentro sentía de todo menos calma.

Sostuve mi mano en mi pecho y ni siquiera había pensado sobre la marca de ofensa. ¡Este tipo estuvo en mi casa!

—Quería ver donde vivía la Vidente —respondió lentamente y se paró más derecho. Waliyha se acercó a él y le tranquilizó con palmaditas en el brazo.

—No vuelvas a ir a mi casa —dije—. Esa ni siquiera es mi casa ya, y mi padre no tiene nada que ver con esto.

—Entendido, Vidente —dijo Waliyha dramáticamente y más inclinada—. Él sólo pretende rendir homenaje, estoy segura.

—Cuestionable —refutó Harry detrás de mí, sus manos todavía envueltas en mi cintura—. Mantente alejado de esa casa, y mantente alejado de ________.

—Por supuesto —arrastró Waliyha dulcemente y batió sus pestañas hacia él—. No tenemos el hábito de desobedecer a los que nos gobiernan. —Se volvió hacia su subordinado—. ¿No es así, Gaston?

—¡Ya está! Mucho mejor —tranquilizó Waliyha y tomó el brazo de Gaston—. Vamos a seguir por nuestro camino.

La observé irse con un carbón ardiendo en mi estómago. ¿Qué tramaba?

Harry me volvió hacia él y sentí la marca de ofensa desaparecer, a medida que se aferró a mí. Me di cuenta que nadie debió ver la marca, salvo Harry.

Cambios (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora