Capítulo 6

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Lo siento. Si nos hubiéramos imprimado simplemente y si tú sólo hubieras sido tú, no habría sido de esta manera. Pero debido a que eres la Vidente... Como que esperaba algo de esto. Por lo general, el Consejo sólo se sienta allí toda la semana y casi no los veo. Pero a causa de lo que eres, sienten que tienen que hacer una escena o algo así.

¿Por qué siento como si tuviera que pedir perdón?

Sonrió y me atrajo hacia él, metiendo mi cara en su cuello. —Ah, bebé —susurró—. No estropeaste nada. Sólo son un montón de vejestorios, eso es todo.

—Me gusta eso —dije en voz baja—, vejestorios. —Y luego nos sobresaltó un ruido que fue emitido fuertemente. Donald golpeaba el puño sobre el revestimiento de la mesa de nuevo. Él y Peter estuvieron cara a cara, mientras Peter se inclinaba hacia él.

—He contado los detalles de lo ocurrido. Mis chicos se protegían a sí mismos, y no puedes encontrar ningún delito en eso.

—No seas mi juez y jurado, Peter. ¡Esto no es un tribunal humano donde puedes jugar al abogado y evadir a tu manera para salir de las reglas y tradiciones que se han establecido para nosotros hace siglos!

—Eso no es lo que estamos tratando de hacer. La Vidente y mi hijo no se justifican sólo por sus acciones, pero estarían muertos, y muchos de nosotros también, si no hubieran hecho lo que hicieron.

—Es irrelevante y lo sabes.

—¡Basta! —gritó Gran y cepilló su cabello que se había caído de su moño—. Santo cielo. Tú mismo conoces las reglas, Donald Malik. —

¡Malik! Ah, todo tenía sentido ahora...

Gran continuó. —La audiencia se fijará como es habitual y vamos a votar. No hay nada más que hacer al respecto. Ahora ambos dejen de provocar una escena y permitan que todos conozcan a su Vidente.

—Muy bien —coincidió Donald—. Y una prueba de embarazo se emitirá a ________ para determinar que no lo está.

—Perdón, Donald —llamó Waliyha—. Pero puede que no se encuentre lo suficientemente avanzada en el embarazo para ser detectado en una prueba. Necesita un análisis de sangre.

Tan pronto como las palabras salieron de su boca, sabía exactamente lo que planeaba, aunque sus pensamientos no estuvieran abiertos para mí. Después sugeriría que su tía tome mi sangre.

—Da la casualidad que mi tía Sylvia, viuda de Sikes, tiene la habilidad de realizar la extracción de sangre sin ningún tipo de dolor o molestia para la Vidente.

Peter interrumpió—: ¡Es ridículo e irrespetuoso querer realizar una prueba con el único propósito de tratar de atrapar a la Vidente en una mentira!

—Si no está mintiendo, no debería haber ninguna razón por la que se negaría a la prueba. —Supe entonces que no había nada que pudiera decir. Él nos tenía y lo sabía, al igual que Waliyha—. Está decidido entonces —intervino Donald, sonando muy entusiasmado con la idea. Cuando puso sus manos sobre la mesa, capté un destello de su tatuaje de la muñeca, pero no podía entender el diseño.

Miré a Peter y a Harry, para ver si entendieron lo mismo que yo.

Waliyha sabía que no estaba embarazada, buscaba más de mi sangre. No había manera de rechazar la prueba sin que parezca que estaba embarazada y Waliyha sabía que no correría el riesgo de que Harry sea castigado, lo que sea que eso quería decir.

Harry me leyó todo el tiempo y asintió en complicidad. Apretó sus dientes, pero trató de mantenerme en calma. Sonrió y frotó mi brazo.

Vamos a resolver esto. Voy a ir contigo, no voy a dejar que se lleve tu sangre.

Asentí de vuelta. Peter se cruzó de brazos, sus ojos ardiendo en una línea de disgusto ante Donald, pero no dijo nada. No quería abrir mi mente en la sala, honestamente no quería saber lo que todos pensaban en este momento, pero supuse que Peter había llegado a la misma conclusión que teníamos. Rachel se acercó y puso sus brazos alrededor de él. Casi sonrió e instantáneamente se calmó y la miró, con una mirada de agradecimiento en su rostro.

Pasamos la siguiente hora socializando, como Gran pidió. Sacudí cientos de manos, se inclinaron ante mí más veces de las que podía contar, aunque les pedí que no, y me dijeron varios nombres que nunca recordaría. También soporté las miradas de las chicas que no estaban felices de que fuera la que pudo enganchar a Harry. Traté de no tomarme sus miradas de muerte y luego las sonrisas rápidas —para evitar que la Vidente los convirtiera en polvo—, personalmente.

Entonces la música comenzó a sonar. Miré hacia un pequeño escenario con instrumentos... pero nadie tocaba. Los instrumentos se tocaban a sí mismos por así decirlo, bastante bien también, debo añadir.

—Ellos están encantados —explicó Harry en mí oído—. Uno de los miembros del clan Gemino puede encantar objetos para que realicen sus funciones normales.

—¿Así que no puede hacer que una guitarra lave los platos o algo así?— Pregunto Lynne.

—No, solo reproducir música.

—Pobre —se quejó en broma y nos reímos. Todavía estaba nerviosa. La gente no podía quitar los ojos de los cuatro, todos por diferentes razones, pero un hecho común. Estábamos imprimados. Lynne odiaba la atención, pero Liam los tenía comiendo de su mano. Le encantaba el hecho de que él tenía lo que todos los demás envidiaban.

—¿Qué tal un baile, bella dama? —oí detrás de mí y me giré para hallar a Rodney, que me encontró y me salvó en el bosque ese día en el complejo de los Malik. En silencio, jadeé y, sin pensarlo, salté a agarrarlo del cuello. Me abrazó y lo sentí reír. Eché un vistazo por encima a Harry, esperando ver el ceño fruncido de celos, pero encontré sólo afecto. Todavía estaba muy agradecido con Rodney también. Me salvó la vida, después de todo.

—Supongo que eso significa que recuerdas quién soy —bromeó Rodney mientras ponía mis pies en el suelo.

—Por supuesto que sí —contesté. Vi sus ojos captando la marca en mi cuello y la mirada de afecto cambió a una de euforia. Sonrió e hizo la cosa de reverencia-beso-mano.

—Vidente —susurró y sonrió ampliamente—. Me hace todavía más orgulloso de pertenecer a tu familia.

—Por favor, sólo ________ —insistí, y aunque asintió, sabía que iba a tomar un poco de persuasión. Luego se giró hacia Harry.

—Harry.

—Rodney, hombre, es bueno verte. —Se abrazaron, chocando sus puños y golpeando sus espaldas.

—A ti también. Y Liam, veo que también tienes un complemento.

—Sí. Es Lynne —explicó Liam con orgullo—. Lynne, este es nuestro primo, Rodney.

—Mucho gusto —dijo Lynne y chocó los puños con él—. ¿Eres de Tennessee, también? Tienes todo... —agitó su mano frente a él—, el estilo cowboy.

Y lo tenía. Él era sustancioso, oscuro, bronceado, con vaqueros y una camisa a cuadros. Todo lo que necesitaba para completar el cuadro era un sombrero de vaquero.

—Soy de Tennessee, sí señora —dijo en un acento sureño exagerado—. De hecho, vivo en una granja con cincuenta caballos.

—Nuhuh —dijo Lynne y se acercó con más interés—. ¿En serio?

—Lo juro.

Cambios (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora