Capítulo 61

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Nos encontramos de pie en la biblioteca del Vidente y estábamos de regreso en la realidad.

—¿Esta es la biblioteca? —preguntó Harry y miró alrededor—.Nunca he estado aquí.

Asentí. —Rodney me trajo aquí la noche que fui y te saqué de la celda. —Sonreí tristemente antes de caer en un sollozo de nuevo.

Vino y me envolvió. —Nena, ella te mostró eso para que no cometieras sus errores —dijo suavemente—. No trataba de asustarte.

—Lo sé. Es que no puedo olvidar lo que le hicieron. Quiero decir, literalmente, les impidieron tocarse uno al otro. Puedes imaginar... — Harry gruñó y tiró de mí apretándome más.

—No —susurró—. No puedo.

—Y me siento tan fría y extraña cuando tengo mis visiones. No me puedo imaginar no ser capaz de tener a alguien que ver. Realmente me volvería loca.

Inhalé y tomé una respiración profunda antes de exhalar. Harry secó bajo mis ojos con sus pulgares. —Vamos a salir de aquí —ordenó con voz ronca—. No te quiero en esta prisión.

Lo seguí cuando nos llevó todo el camino de vuelta al pasillo principal. Quería ir con Bish y Jen. Quería decirle a los dos que dejaran de ser idiotas y fueran felices, se encontraron uno al otro en un palacio donde cientos de personas esperaban encontrar justo lo que ellos tenían. Quería decirles que tengan fe en mí y no duden. Pero no podía. Sabía que tenían que verlo por sí mismos. Ser empujados a ello era lo mismo que ser empujados para no hacerlo. No tomaría su elección, tan estúpida como yo creía que era su aversión.

Harry me llevó de vuelta a la azotea, pero ninguno de nosotros se durmió. Nos quedamos allí hasta la mañana y cuando el sol coronaba el tejado, decidimos que era el momento para enfrentar el día. Ambos lucíamos horribles. Harry se estaba arrastrando y vi en su mente que me veía lánguida y cansada.

Oh, bueno. Seguí a Harry a su habitación y reunió todas sus cosas. Las llevó abajo a mi habitación, sin importar si íbamos a usar mi habitación o no, quería todas nuestras cosas juntas. Después de lo que vimos anoche, no se preocupó demasiado por mi seguridad desde la estúpida broma Malik, él temía por mi vida.

Entramos en mi cuarto despacio, para no molestar a Bish y Jen, pero ya estaban despiertos. Se encontraban sentados uno junto al otro en la cama, con sus brazos y sus piernas tocándose. Jen reía de algo que él dijo, pero se detuvieron al vernos.

—¿Qué pasó? —gritó Bish y vino a mí, agarrando mis hombros con sus manos—. ¿Qué te pasa?

—Nada —respondí con sarcasmo—. ¿Qué? —pregunté cuando siguió mirándome.

—Sólo luces terrible.

—Gracias.

—No, lo digo en serio. ¿Cuál es el problema? —dijo con su voz de hermano mayor.

—No puedo decirte —dije con un suspiro, pero cuando vi su cara, proseguí—. Lo digo en serio. Hemos tenido bastante por una noche y estoy cansada y no puedo repetirlo todo en este momento, ¿de acuerdo?

—Está bien —respondió con cuidado.

Me acordé de la buena parte de la noche. —Sin embargo hay algo que voy a decirte. —Sonreí un poco—. Papá —negué con mi cabeza—, papá se imprimó.

—¿Qué? —susurró Jen, pero fue fuerte.

Asentí hacia ella. Harry explicó más. —Se imprimó con Fiona, en el salón de baile... en frente de toda la sala.

—No —jadeó y se cubrió el pecho con su mano—. Oh, Dios. — Llegó a estar al lado de Bish en frente de nosotros—. Me pregunto lo que significa.

—Esto significa que las imprimaciones están regresando —dije—. Pero tenemos un montón de trabajo que hacer. Harry y yo aprendimos mucho anoche. Esto va a ser tan difícil.

—¿Qué quieres decir?

—Más tarde —le dijo Harry y tomó mi mano, llevándola hasta su pecho—. Y tenemos que hablar con ustedes dos. Hemos aprendido algo sobre ustedes, también.

—¿Sobre nosotros? —dijo Jen y dio un paso atrás.

—Sí.

—Pero, no hay nosotros... fuera de esta habitación —dijo y miró a Bish—. Entendiste eso, ¿verdad?

—Sí —respondió y la esperanza murió allí. Él había entendido, pero aún tenía esperanza—. Lo sé. —Se acercó a ella y tocó su cara suavemente mientras la besaba una vez—. Voy a ir a buscar a papá.

—Probablemente no sea una buena idea caminar solo —agregó Harry.

—Puedo manejarlo, creo —dijo, y justo cuando abrió la puerta, fue agarrado por un pequeño puño determinado. Lo sacó de la habitación y lo estrelló contra la pared. Todos salimos a ver lo que pasaba. Jacquelyn, la chica que había estado tan molesta por Harry y yo imprimados, le plantó un beso a Bish que haría sonrojar a las rosas rojas.

—¡¿Qué demonios estás haciendo, Jacquelyn?! —gritó Jen y agarró el brazo de la chica. Ella retrocedió un poco y miró a Bish, quien lucía atónito.

Maldijo en voz alta y dio fuertes pisadas. —¡Él es el único humano que queda! Pensé que si lo tocaba, se imprimaría conmigo desde que la imprimación de humanos parece ser el tema recurrente.

—Bueno —traté de explicar—, hay que estar un poco atraído por la persona de antemano. Él nunca te había visto antes de que lo besaras.

—Y creo que un simple toque en el brazo habría sido suficiente — se quejó Jen.

—¿Qué sabes tú? —gritó Jacquelyn y luego sus ojos se acordaron de quién era por la marca en mi cuello—. Quiero decir, Vidente, tienes a tu pareja, así que no veo cómo puedes juzgar a alguien que está tratando de encontrar la suya.

—Eso es verdad, supongo —admití para calmarla—. Pero ni siquiera eres mayor de edad para la imprimación todavía.

Se encogió de hombros y se fue, rozando mi brazo mientras caminaba. Vi una escena de su pasado y me preparé para algo desagradable. Esta visión era sucia y casi podía saborear una sensación salada en el aire.

Ella había pasado una gran cantidad de su tiempo en saltarse las clases y mentir a su familia. Suspendió su primer año en la universidad y ya tenía un poco de actividad extracurricular que involucraba chicos. Un montón de chicos. Casi vomité en mi boca mientras luchaba para liberarme de la visión.

—¿Cómo hiciste eso? —chilló.

—Soy la Vidente —dije, y vaya que estaba harta de decirlo.

Cambios (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora