Capítulo 55

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Harry preguntó si Gran podía venir con nosotros por un momento, pero eso alcanzó el punto máximo del interés de Jen... lo que alcanzó el punto máximo del interés de Bish y abandonó su partido para llegar a nosotros.

Entonces una idea me golpeó, haciéndome jadear. Bish y Jen me miraron preocupados, pero Harry había oído mi pensamiento. Entrecerró los ojos, pensando en ello, luego se encogió de hombros. Podría funcionar.

—Vamos —le dije a Jen y a Bish—. Gran, ¿puedes cuidar a María aquí por un momento?

—Por supuesto, cariño.

Bish frunció el ceño. —¿De qué se trata, ________?

—Sí —coincidió Jen—, lo que él dijo.

—Vamos a explicarles todo, pero no aquí. —Dirigí el camino hacia mi habitación. Una vez que entramos, me volví hacia la puerta para reunir mis pensamientos. Lo que Harry dijo me había dado la idea. Si hubiéramos tenido la reunión aquí en su lugar, nunca hubiéramos descubierto que mi verdadero padre era una escoria porque la marca de ofensa no hubiera aparecido porque mi habitación está encantada.

Entonces ¿por qué no funcionaría para que Jen y Bish pudieran tener unos minutos juntos, y de hecho tener contacto después de desearlo por tanto tiempo, y sin preocuparse por la impresión?

Me di vuelta y vi a una Jen muy incómoda y a un Bish intrigado.

—Repito —dijo Bish—, ¿de qué se trata esto?

—Está bien, escúchenme —dije y levanté mis manos hacia ellos—. El Consejo encantó mi habitación, así Harry y yo no seríamos capaces de... —Me detuve y miré a Bish. Mmm, no iba a sacar a colación la mutualización—. Um, tener alguna habilidad aquí. Así que mis habilidades no funcionan en Harry, y tampoco podemos tener nuestro toque sanador y ya hemos estado en retirada dos mañanas por ello.

—Bien. —Bish claramente no entendió, pero Jen sí. Me dio su mejor mirada entrometida de cuñada.

—________, no.

—Jen, sí. —Di un paso adelante y coloqué su mano en la mía—. He estado viéndolos y he hablado con los dos, ya estás en retirada por él. Sus cuerpos entienden que debería haber una imprimación conectándolos y algo está impidiendo que ocurra. Ahora, mientras esto no va a ayudar con esa parte, debido a que su toque no te sanará, tampoco se imprimaran aquí. Simplemente pueden tener unos minutos para estar juntos.

Ella lo miró, y vaya, ahora él lo entendía. Parecía dispuesto a abalanzarse, pero ella negó con la cabeza.

—No puedo, __________. —Su mirada se dirigió a la suya como si fueran imanes atrayéndose—. Bish... no resolverá nada.

—Pero no dolerá nada, tampoco —dijo con humildad y le suplicó con sus ojos—. No voy a hacerte daño. Voy a permanecer lejos de ti, si eso es lo que realmente quieres, pero necesito que sepas que no es lo que yo quiero. Cada segundo que vivo suplico estar contigo.

Ella suspiró un ruido doloroso. —Yo —Me miró de nuevo.

—Si no podemos resolver esto, y detener la visión, entonces esta puede ser su única oportunidad para tocarse mutuamente. Estos pocos días, en esta habitación.

—Esto va a doler mucho cuando se acabe —razonó Jen—. Harry.

—Imploró su ayuda—. Tú no querrías tocar sólo una vez a ________ y nunca más tocarla, ¿verdad? Dolería demasiado, ¿sería demasiado tener un recordatorio de lo que no puedes tener?

Él frotó su nunca ante la incomodidad de tener esta discusión con su hermana. —La habría tocado si hubiera sabido que sería mi única vez. Hubiera valido la pena.

Eso fue todo. La contención de Bish se rompió y tomó los pasos hacia Jen. Su respiración era fuerte mientras ella retrocedía a la pared. Justo antes de alcanzarla, finalmente habló.

—No lo hagas —suspiró ella, con su brazo extendido, pero todos podíamos oír la mentira en esas palabras.

Él chocó con ella en un estruendo de todo lo que se había estado acumulando entre ellos. No le dio besitos y la tomó en sus brazos como alguna mariposa, inmediatamente fue a ponerle fin. Él gimió cuando la atrajo hacia sí y prácticamente consumió todo su pequeño cuerpo con su enorme cuerpo. Ella ya no luchaba mientras se aferraba a su pelo con una mano, mientras que la otra quedó atrapada entre ellos. Pero sus bocas... Sus bocas eran suaves y llenas de amor mientras se besaban, pero cuando Jen suspiró su nombre, era hora de irse.

Saqué a Harry de la habitación. Ya había cerrado sus ojos y se pellizcaba el puente de su nariz.

—¡Oh, madre mía! ¡Funcionó! —dije con emoción. Era un pequeño regalo, una pequeña batalla en medio de una guerra, pero incluso eso se sentía tan enorme con todo lo que ocurría. Bish y Jen eran unas de las mejores personas que conocía y me dolía verlos pasar por tanto dolor.

Harry me miró. —Tan asqueroso como fue eso... gracias.

—Conseguí la idea de ti —le dije.

—Pero tu cerebro lo encajó, y fuiste la que lo hizo posible. Creo que nunca había visto a Bish tan —Buscó la palabra adecuada.

—¿Suave? —suministré.

—Sí —gruñó—. Siempre pensé que iba a ser malo y bruto, pero cuando mira a mi hermana... —Hizo una mueca—. Bueno, suficiente de esto. Vamos, Sherlock. Tenemos más misterios que resolver.

Cambios (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora