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- ¡Yeontan no! –dice Taehyung viendo como Tan va corriendo hacia un charco de lodo que se había formado por la lluvia en el jardín de su casa. Pero el pequeño perro no le hizo y se lanzó al charco, rebozándose y dando vueltas en él, manchándose de mal barro por todos lados.
- ¡Tan no! –dices mirando como se revuelca– Creo que ya puedes ir preparando la bañera mientras yo lo saco de ahí...
- Me parece bien... –dice Tae entrando en casa y yendo al baño para abrir la regadera de la bañera, poniendo jabón en el agua.
- Aquí traigo al bichito revoltoso... –digo cargando a Tan a tanta distancia como la longitud de mis brazos daba, no me gustaría mancharme de barro...
- Mételo en la bañera, ya está lista... –dice Tae asegurándose que el agua esté bien.
Metes a Tan en la bañera, con la intención de comenzar a enjabonarlo, pero no te deja ni eso ya que empieza a moverse en el agua, salpicando el agua y barro.
- ¡Tan quédate quieto! Siéntate... –dice mirándolo, esta vez el perrito le hace caso y se sienta.
- ¿A él si le haces caso no? –digo de broma acercándome a él– Pequeño cochino, tenias que lanzarte al barro...
- Le echaré el champú –dice después de que le haya echado agua, quitando la mayoría del barro. Ambos frotamos al perrito con el jabón en las manos.
- Sí estás bien cómodo ¿verdad? –digo graciosa viendo como se da la vuelta y se cumbia boca-arriba para que le rasquemos la barriga. Ambos reímos y le frotamos la tripa, limpiando también.
- Espero que cuando tengamos hijos no sean así de revoltosos... –dice Taehyung viendo como Tan se mueve si salpica con el agua.
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