Capítulo 9

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El despertar

La cena transcurrió algo silenciosa, de vez en cuando James me hacía alguna pregunta de lo que había estudiado, y otras veces se aseguraba de que comía, además de preguntarme si me gustaba o no. Es bastante controlador si a comida se refiere. También es bastante atento y me parece que observador. Desde que me preguntó por mi vida fuera de los estudios, no ha sacado el tema más. Tal vez haya notado que me incomoda.

Y otro detalle muy importante: las seguidas miradas de un grupo de mujeres. Una en concreto es la que más nos ha estado observando. No le he querido dar mucha importancia, seguro que están mirando a James, no se los reprocho, es muy guapo.

—¿Quieres algo más? —Me vuelvo a centrar en nosotros.

—No, no. Estoy bastante llena. —Le dedico una sonrisa—. Además la cena te va a salir bastante cara y tampoco quiero abusar.

—Te he traído a la fuerza, puedes abusar todo lo que quieras. —Noto unas segundas intenciones en esa frase que acaba de soltar, pero ignoro lo que ha pretendido y suelto una risita baja—. Me ha costado mucho hacer que comas algo más decente.

—¿Decente? He comido muchísimo. Mañana voy a tener que salir a correr para bajar todas las calorías que me acabo de tragar.

—¿Te gusta correr?

—Sí, aunque no lo hago todos los días. Cuando tengo tiempo libre o cuando necesito descargar energías. —Me termino lo que me queda de vino.

—¿Te animes a correr conmigo mañana? —Su pregunta me coge desprevenida y me atraganto un poco. Toso un par de veces.

—Pues... eeeeh... ¿quieres? —Di que no, di que no. No podría ir contigo a correr. Va a decir que sí, sino no me hubiera preguntado, soy gilipollas.

—Me encantaría, a ver cuántos kilómetros eres capaz de hacer. A lo mejor me sorprendes y duras más que yo. —Eso es imposible.

—Lo dudo, se ve en el buen cuerpo que tienes que llevas corriendo desde hace bastante y mucho, además de a saber cuánto lo entrenas. —Creo que hablé de más, pero el vino me está afectando un poquito. Qué curioso, la sensación es agradable, me siento como si alguna vez hubiera estado ya con este hombre.

—Me gusta que pienses que tengo buen cuerpo —dice con la voz un poco ronca. Joder, me ha encantado—. ¿Nos vamos? Son más de la una de la madrugada.

—Sí, les dije a mis amigas que iba al hotel y, aquí me encuentro, contigo y en una velada romántica bajo miradas de mujeres que te desean, todo es muy irónico, ¿no? —Empiezo a reírme mientras me estoy levantando de la mesa. Sí, ya es confirmado, demasiado vino y también lo bebido antes de la cena sigue con efectos.

—¿Miradas? —Se acerca a mí rápido al ver que me tambaleo un poco. Me agarra de la cintura y me pongo rígida. No sé por qué pero mis manos se ponen en sus brazos. Intento separarme pero el me sujeta bastante fuerte—. Perdón, parece que esto se va a repetir.

—¿A repetir? —Me dedica una sonrisa y me da un beso en la frente.

Espera.

Espera.

Un beso en la frente.

¿¡Me acaba de dar un beso en la frente!?

Siento mucha calor de golpe y empiezo a sentirme mareada.

—Quiero salir, por favor. —Necesito salir, necesito alejarme un momento de este hombre, de James, necesito aire.

—¿Podrás ir afuera a esperarme? Tengo que dejar el dinero, no tardaré, ¿vale? —Asiento y le suelto, él también me suelta. Me alejo andando rápido. Me dio un beso en la frente.

Ardiente Deseo I [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora