Capítulo 27

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Las buenas compras

Se me hace muy lento el camino a casa de James, estoy muy nerviosa, la verdad. Cada segundo que paso en el coche de él, me arrepiento más haber tomado la decisión de venirme y que me venere. Tal vez vaya a cometer la estupidez más grave y enorme de mi vida, soy consciente de ello, pero creo que tengo ganas de tener esas secuelas, la experiencia me da que va a valer la pena.

James lleva un tiempo que tampoco habla, de vez en cuando lo pillo mirando hacia mi dirección lo que me hace ponerme tensa y el maldito tic de tocarme el pelo una y otra vez. Le veo que se le forma una sonrisa de lado a lado y no puedo evitar preguntarle:

—¿Todo bien? —le miro un poco para después volver a la ventana, es que de verdad, no puedo observarle.

—Sí, todo bien. Es más, todo es fantástico —Me emociona que esté así de contento solo por tenerme consigo en el coche.

Y porque también te va a quitar la virginidad...

Mi mente siempre diciéndome las verdades. Me remuevo en el asiento, en realidad y por mucho que me moleste debo admitir que la idea de haber aceptado no ha sido de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

—Ya queda menos, pero antes me gustaría que pasemos por el centro comercial para comprar varias cosas —me guiña el ojo en un momento que se gira para verme y no puedo evitar sonreír.

—Ya te dije que no me hace falta nada y que no es necesario y, ¿cómo es eso que pronto llegamos? Se supone que tu casa es en Tarifa, ¿no? —le pregunto curiosa.

—No, todavía no tengo casa en Tarifa, estoy en ello. Mi hotel es muy cómodo y tengo una habitación a mi gusto pero aun así no me gusta quedarme allí, así que busco una buena casa que comprar por allí para cuando tenga que quedarme por un tiempo tenga un buen sitio —hace una breve pausa y gira a la derecha dirección centro comercial—. Mi casa verdadera es aquí, en Cádiz. Aquí me crié y aquí decidí quedarme para estar cerca de mi madre.

—Vaya, tu madre es muy afortunada de tenerte, pocos hijos de tus características personales se quedarían —me río para burlarme, pero su semblante se mantiene serio y decido parar—. Perdona, ¿dije algo que te ofendió?

—No, no, que va. Solo estoy aquí con ella porque tiene cáncer, y tal vez no le quede mucho de vida y no quiero arrepentirme en el futuro de no haber estado más a su lado —Me dice con una media sonrisa, pero sé que es de tristeza, yo sé muy bien esa sensación.

—Lo siento... en realidad, te entiendo muy bien. Mi abuela murió por cáncer, apenas pude despedirme de ella porque se expandió muy rápido —Le miro a la cara mientras él se para con el coche.

—Tenemos muchas cosas en común, Alexa —Viene hacia mí y me da un beso corto en los labios—. Voy a aparcar, sal si quieres ya.

—Vale.

Le hago caso y salgo del coche, creo que necesitaba salir ya. Todavía tengo muy marcado la muerte de mi abuela, además de otros acontecimientos trágicos de mi vida, que parece que por muchos años que pasen siguen estando ahí, presentes en mi memoria y no se van.

Lo estoy esperando mientras doy vueltas como una tonta en el parking exterior. Realmente no quiero que me compre cosas.

—Bueno, ya estoy, ¿lista? —Le tuerzo los labios y él me da un beso en la frente.

Ardiente Deseo I [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora