Capítulo 10

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Deporte juntos

Me he quedado estática. No sé qué decir ni qué hacer. Simplemente estoy con la boca medio abierta, mirándolo sin creer lo que me acaba de decir. ¿Él siente algo por mí? No, eso no es lo importante. Yo no quiero tener ninguna relación con ningún hombre, y mucho menos ahora. Necesito centrarme.

Pone su mano en mi barbilla y me cierra la boca. Qué vergüenza, pero lo que me ha dicho es muy fuerte.

Necesito salir de aquí, de este hotel, tengo que dar una vuelta, tengo que huir de este hombre.

—¿Te has quedado muda? Mejor, así no dices palabras feas. —Arrogante.

—Me voy.

Tiro las sábanas a la cama y me voy de su lado pero no llego muy lejos porque me tiene atrapada por la cintura y me atrae otra vez a él. Es una telaraña, no me puedo despegar.

—¿No vamos a ir juntos a correr?

—No es buena idea. —Sí, sé dura, mantente firme.

—Es una gran idea, quiero saber cuánto corres. —Sus manos me arden al contacto. Necesito salir, di algo rápido.

—Déjame ir a mi habitación y cambiarme. —¿Se lo estoy pidiendo? Él asiente y por fin me suelta. Salgo corriendo de su vera.

—Te espero en tu puerta.

Salgo de su suite y me pongo la mano en el pecho. Dios mío, dios mío. Un momento, ¿me va a esperar delante de mi puerta? ¡El cabrón sí sabía cual era mi habitación! Maldito.

Por fin llego a la puerta y la abro. Veo a Erick con el teléfono girándose para poder verme.

—Sí, acaba de llegar. Ya no os preocupéis. —Me mira de arriba abajo y frunce el ceño. Tensa la mandíbula.

Le doy una media sonrisa y le digo hola con la mano. Él cuelga el teléfono y se cruza de manos.

—¿Dónde cojones has estado y por qué coño vienes con una camiseta de hombre puesta? —Pero bueno muchacho, qué energías.

—Pues, salí anoche con las chicas como ya sabes, y...

—¿Y...?

—James... digo, Evans, me vio y se molestó por qué le puse la excusa de que estaba cansada e iría a dormir, entonces le puse otra excusa de que las chicas estaban muy persistentes y querían salir, que eran pocos los días que íbamos a estar aquí y entonces me animaron para dar una vuelta. Y para que él no estuviera a malas con todos por mi culpa, pues le dije que si quería podíamos tomar unas copas juntos. Él me dijo que, bueno que, si yo quería todavía de ir a cenar, que podríamos ir, ya que el restaurante estaba abierto... —me callo, madre mía la mentira que le estoy echando. Aunque tiene ciertas partes de verdad, me fui a cenar con él al fin y al cabo.

—Mm, de acuerdo... Cámbiate y vamos a desayunar —lo deja estar, aunque no le noto muy convencido.

—Ya, bueno, es quiero ir a correr.

—Alex, quiero estar con mi amiga un rato a solas, por favor. —Erick mueve los brazos inquisitivo.

—Mira, hagamos una cosa, ¿por qué no almorzamos juntos? Solos y hablamos de todo lo que quieras, ¿si? —Suspira y asiente—. De acuerdo, ahora te dejo que quiero cambiarme.

—Vale, yo iré a desayunar entonces con las chicas, si es que están despiertas.

—¡Vale! —Le digo metiéndome en mi habitación. Tengo que cambiarme rápido, menos mal que sabía que me entrarían las ganas de correr por esta ciudad, a ver las vistas. Espero que James me guíe por un sitio chulo, al menos, ya que voy a correr con él.

Ardiente Deseo I [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora