Capítulo 19

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Inesperado

Pongo mis manos en su pecho y hago fuerzas para separarme de él. Los dos tenemos la respiración agitada.

—Erick, no puedo, yo de verdad, no puedo —digo alarmada y poniéndome cada vez más nerviosa.

—Shh... —se acerca a mí y yo retrocedo un poco, pero acaba cogiéndome y abrazándome. Me rindo apoyando mi cabeza en su pecho—. No te preocupes, me has hecho muy feliz.

—No, no te he hecho feliz, solo te has hecho daño y también le he hecho daño a Lizy. —Le susurro.

—¿Cómo? —inclina un poco su cabeza.

—Al igual que tú te has confesado a mí, ella debería hacer lo mismo contigo y no decirte yo, que ella está perdidamente enamorada de ti. —Erick aleja su cabeza y me mira abriendo los ojos como platos de la sorpresa.

—¿Desde cuándo le gusto yo a Lizy? Y no le vas a hacer ningún daño, yo no le voy a contar nada de lo que ha pasado aquí. —Confiesa.

—Yo no sé cómo voy a estar con ella sin decírselo, me comería la culpa. —Me río levemente.

—¿Y si yo te gustara? ¿Dejarías que una amiga se interpusiera entre los dos, cuando yo no siento nada por ella? —Me pregunta y me confirma también que no tiene ningún sentimiento similar al que Lizy tiene por él.

—Yo... creo que hablaría con ella, le diría que siento por ti algo especial y que tú por mí igual y que queremos intentarlo...

—Bien. —Dice y vuelve a poner su cabeza en mi hombro, pero esta vez su cara está en mi cuello en vez de afuera y deposita un cálido y duradero beso en mi cuello. Me hace cosillas por lo que me río levemente.

—Debemos parar, solo nos estamos haciendo daño y no quiero perder a buen amigo. —Me alejo y le dedico una pequeña sonrisa.

—Solo quiero que me respondas con toda la sinceridad del mundo —me dice antes de soltarme y yo asiento—. Si lo intento, ¿algún día mis sentimientos serían correspondidos?

Su pregunta me pilla por sorpresa. Siempre que pienso en el futuro, solo planeo las miles de formas de vivir trabajando y con una casa, sin problemas de dinero y de miedo a quedarme en la calle. Nunca pensé en ningún amorío, ni siquiera en tener algo pasajero hasta que conocí a James.

James...

Me da un vuelco el corazón y de repente me entran muchas ganas de llorar. ¿Por qué tengo que recordarle? ¿Tan marcado lo tengo en la mente con tan solo cuatro asquerosos días que lo conocí? Erick empieza a mirarme preocupado.

—Si yo tuviera algo —empiezo a soñozar— yo, yo no sé, Erick. —Pongo mis manos en las mejillas quitándome las lágrimas que por fin decidieron derramarse. Él se acerca pero me alejo levantando mi mano y abriendo la palma de ésta indicando que no se acerque—. Yo no puedo darte falsas esperanzas, sería injusto, estarías siempre engañándote, además que sabes que yo muchas veces me pongo muy cariñosa contigo y no quisiera que esas tonterías te crearan ilusiones que no son.

—Admitámoslo, después de esto, no voy a recibir cariñitos de tu parte y tampoco dejarás que yo te los haga. —Me confiesa él y tiene toda la razón.

¿Podría algún día gustarme Erick? No. No lo sé. ¿Tal vez? Lo dudo...

—Erick, eres guapo, sexy, caballeroso, elegante, el gimnasio te está sentando de puta madre, y sabes siempre cómo sacarme una sonrisa de los labios...

—Pero...

—Pero no puedo engañarme a mí misma diciéndome que tal vez pueda sentir algo por ti, no podría estar contigo sin sentirlo totalmente, haciéndote daño y ya no solo por Lizy, sino solo por ti, porque me notarias muchas veces que soy distante o que no tengo ganas de hacer cosas que las parejas harían, lo siento Erick, no te voy a dar esperanzas, es lo mejor. —Finalizo como puedo sin soltar ninguna lágrima más.

Ardiente Deseo I [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora