Capítulo 59

9.3K 497 12
                                    

Bipolaridad

Antes de irme y jugarme la vida, y si no es la vida, por lo menos parte de ella, decido que una ducha es lo mejor que puedo hacer para tener la mente fría. Con rapidez cojo la ropa que me voy a poner, esta vez decido bien que lo mejor es que me ponga unos leggins negros junto con una camiseta de tirante y, encima de ésta una chaqueta de color negro también. Ropa cómoda por si tengo que salir corriendo.

Me ducho en menos de diez minutos y me visto en otros cinco. Agarro mi pelo para hacerme una cola alta y, finalmente, me pongo mis zapatillas deportivas. Salgo del baño para coger el móvil de la cama y llamar a Aaron.

Escucho su sonrisa de hijo de puta y me dice "vamos". Salgo de mi habitación con la mirada de todos sobre mí. Es bueno que todavía no haya llegado James, pero tampoco tiene que estar muy lejos.

—Quiero ir a hablar con James a solas para tranquilizarlo, ¿vale? —Rodrigo me mira dubitativo.

—¿Está afuera? —pregunta Inna y yo asiento—. Está bien.

Les doy una sonrisa y salgo de la casa hacia los pasillos. Cojo las escaleras como si mi vida dependiera de ello. Cuando estoy abajo del todo intento contener el aire. Salgo del edificio y veo el coche de James aparcando al otro lado de la calle.

Oh mierda.

Está terminando de aparcar, pero eso no quiere decir que no me haya visto ya. No logro ver muy bien su cara, pero me la imagino entre asombrado, preocupado y enojado, con su vena característica hinchada.

Escucho la voz de Aaron en el móvil lo que hace que me sobresalte.

—Ven corriendo hacia tu derecho —giro mi cabeza en esa dirección, y veo a Aaron dentro de su coche con la puerta abierta del copiloto. Vuelvo a mirar a James que está saliendo del coche, sabe dónde he mirado y sabe qué voy a hacer.

Sin pensarlo dos veces empiezo a correr dirección al coche de Aaron y escucho a James gritar mi nombre desesperado. Mis ojos empiezan a picar por las lágrimas que quieren salir, pero no lo permito. Llego al asiento del copiloto y me encierro, Aaron no duda por ningún segundo y pone en marcha el motor, consiguiendo que James no le dé tiempo a acercarse.

Creo que he cometido el error más grande del mundo, después de conocer a James, aunque bueno, eso tal vez cambie. Ahora solo deseo estar con él entre sus brazos.

—Dame tu móvil —se lo doy—. Bien. Así me gusta, siendo obediente y sumisa.

—De verdad que no te veo con ese perfil de malo, Aaron —Voy a molestarle un poco, no quiero aburrirme. Y la verdad, que mientras lo siga, no me va a hacer daño.

—No sabes las cosas que podría hacer si no te tengo conmigo, Alex.

—Ohh, qué excitante —finjo con ironía.

—No estoy para tus tonterías.

—Ni yo para secuestros, y aquí estoy —Al final consigo hacerle reír—. ¿Sabes en el lío en el que te estás metiendo? Secuestro, información íntima de la vida personal de tres personas. Bueno, y añadir que me has agredido —levanto mis muñecas.

—Tal vez tenga que agredirte un poco más para que dejes tus bromas a parte —esta vez sí va en serio.

—No, no. No te preocupes que ya paro. Pero me gustaría saber lo que planeas ahora, ¿nos vamos a fugar por ahí? —Aaron tiene una estúpida sonrisa en los labios.

—¿No tienes miedo? —me pregunta.

—En realidad tengo confianza —me mira frunciendo el cejo—. El secuestro no va a durar ni veinticuatro horas.

Ardiente Deseo I [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora