Capítulo 42

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Verdades y engaños

Entramos a la discoteca con Rodrigo. Si de esto se entera me va a matar y más cuando sé lo capullo que es y lo que le ha hecho a su propio hermano.

—Gracias por ayudarnos a entrar —le digo agarrando de la mano a Inna—. Que pases buena noche.

—¿No queréis tomar una copa? —Rodrigo habla rápido, creo que ve mis intenciones.

—Claro, gracias —dice Inna. Mierda, tengo en contra a mi amiga. Maldita sea la hora en la que se ha quedado pillada por este tío.

Murmurando cosas obscenas camino detrás de ellos hacia la barra. Ahora mismo tengo hasta el estómago revuelto por encontrarme con este hombre.

Cuando estamos unos segundos Inna y yo a sola esperando a que Rodrigo consiga nuestras bebidas aprovecho para hablar con ella.

—Inna, Rodrigo no es bueno. Se acostó con la ex de James, es un mujeriego que te va a hacer daño si sigues intentando algo con él —le digo cerca del oído ella abre la boca.

—¿En serio le hizo eso a su hermano? —asiento—. ¿Eso significa que la ex de James ha jugado con Rodrigo?

—Es muy largo para contarte pero sí, al parecer hay normas básicas y otras inquebrantables pero lo más fuerte es el comentario que ponía en su perfil de citas, ¿te acuerdas? Estaba firmado por C.R.S. —ella asiente abriendo los ojos como platos.

—No me digas que es ella.

—Se llama Caroline Robert Smith, es mucha coincidencia, ¿no? —le digo pero me callo al ver que Rodrigo se acerca con nuestras bebidas.

—¿Habláis de secretos de chicas? —se ríe y nosotras hacemos lo mismo.

—Se podría decir que sí —dice Inna—. Me apetece bailar, ¿vamos Alex? —Parece que la cabeza de Inna ha madurado. Asiento y vamos hacia la pista en donde perdemos la vista a Rodrigo—. Todavía no puedo creérmelo.

—Yo tampoco, es increíble.

—Oye... ¿James también juega a eso?

—No, si lo hiciera seguiría con la ex.

—Bien bien —Inna me da una media sonrisa—. Después de saber eso creo que no es mi tipo aunque esté tremendamente bueno.

—Qué tonta eres —empezamos a bailar lentamente.

Al final acabamos bailando como locas, rozando nuestros cuerpos sudorosos. Teníamos nuestras quintas copas en la mano, reímos y cantamos a todo pulmón sin importar nada hasta que mi mente hace tilín y me acuerdo de que no le he enviado ningún mensaje a James y que debería de llamarlo, aunque va a notar del tirón que estoy bebida y en una discoteca.

—Inna voy a salir afuera un momento, ¿vale? —le doy un beso en la mejilla mientras ella asiente.

Salgo de la discoteca como puedo, es difícil entre tanta gente moviendo sus caderas a todos lados. Cuando por fin consigo salir de la discoteca y tomar una bocanada de aire fresco decido que es momento de coger el móvil y llamar a James. Creo que puedo llamarlo sin parecer que estoy bebida.

—Dios mío Alexa, menos mal que contestas. Ya estaba cogiendo las llaves para ir a tu casa —me dice con su tono de enfado y controlador.

—Estoy bien, lo siento por no llamarte.

—Sí, creo que te pasa mucho. Me gusta tener el control, Alex. Si no sé nada de ti durante tantas horas empiezo a preocuparme —Me conmueven sus palabras pero me sale le mal genio con el alcohol.

Ardiente Deseo I [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora