Capítulo 40

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El Juego

Estoy entrando en el apartamento, parece que no hay nadie por el salón y la cocina. Es algo extraño sabiendo que siempre están ahí comisqueándo.

La verdad que el día ha sido bastante estresante, lo peor es que siento que no tengo fuerza de voluntad para dejar a James, no sé qué pasará más adelante cuando llevemos algunos meses, si es que llegamos a más y no se cansa de mí. James es un torbellino de dudas y actitudes difíciles de entender.

Dejo las llaves en la cesta y voy a mi cuarto. Desearía echarme una siesta pero ya sabemos cómo acaban... así que me daré una ducha extensa y tranquilizadora.

Estoy yendo a mi habitación cuando escucho unos chillidos en el otro cuarto, específicamente en el de Inna, así que me acerco y llamo antes de entrar.

—Pensaba que no estabais —me acerco para ver lo que están haciendo. Y me doy cuenta que están con el portátil mirando una página de citas. No puede ser—. ¿Qué hacéis mirando una página de citas? No lo necesitáis.

—Ya lo sabemos, pero es que teníamos curiosidad de una cosita —empieza diciendo Inna. Me acerco a ellas tirándome en la cama.

—Mira, Alex —dice Liz. Me fijo en la pantalla y veo una foto de Rodrigo posando sin camiseta. La verdad es que es todo un bombón.

—Está soltero y en página de citas, ¿no es increíble? —me llevo la mano a la frente. La verdad es que me sorprende, él tampoco tiene que estar en un lugar así para ganarse citas con chicas.

—¿No es raro? —les digo y me miran—. Él es muy sexy, no necesita de estos sitios, ¿no creéis?

—Sí, pero todavía no sabes todo —me mira Inna—. Tiene la cuenta en privada, solo sale su foto de perfil y nos acaba de aceptar porque hemos creado una cuenta falsa con una chica de Internet y no vas a crees lo que pone aquí.

Me acerco para leer la descripción del perfil: “Si estás leyendo esto es porque he aceptado tu solicitud, por lo que eres bienvenida a mis juegos eróticos.” Sigo leyendo un poco más abajo: “Las normas son sencillas, yo soy quién manda, quién dirige el sexo, quién toma las decisiones. Este es mi juego, y lo hago como quiera.”.

—Vaya, parece que le gusta lo de Amo y Sumisa —susurro.

—Pero eso no es todo —dice Inna. Baja un poco la página y se pueden ver comentarios de chicas.

“Me encanta jugar contigo, ha sido delicioso.”

“Nunca pensé que excitar a un hombre lamiendo la intimidad de una mujer fuera a ser de las mejores experiencias de mi vida.”

“Jugar con dos es lo mejor. C.R.S.”

¿C.R.S.? ¿Por qué este mensaje me llama tanto la atención? ¿Jugar con dos? ¿Él y una chica u otro chico? Me levanto un poco asqueada.

—Inna, no creo que te convenga este hombre —ella me mira un poco sorprendida.

—¿Tú también has notado que me gusta?

—Creo que todos lo han notado —dice Liz cerrando el portátil.

—Este hombre juega con fuego en el sexo, y no creo que sea de tu gusto que se acueste con otras en tu cara —le digo mientras me dirijo a la puerta—. Piensa bien lo que quieres de un hombre.

Me voy cerrando con cuidado, la verdad es que ese último mensaje se ha quedado en mi mente. Aunque en realidad todos son un poco impactantes, le gusta el sexo en orgías por lo que se ve. Rodrigo es un pésimo hermano y empieza a darme asco, ¿cómo pudo acostarse con la novia de James? En fin.

Ardiente Deseo I [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora