Capítulo 56

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El Diario

Si hubiera sido James entonces sí me hubiera tocado la fibra sensible, mucho más que eso. En realidad, me fastidia que Aaron haya tenido este detalle conmigo. No quiero ser una desagradecida, solo que no quiero que ni siquiera intente luchar por mí. Y lo que más me agobia es que insista en ello habiéndolo dicho ya, que no quiero ninguna relación, que sigo enamorada de James por mucho que lo quiera negar.

«Pero es que ya no es solo eso...»

James me ha dicho en toda mi cara que me quiere a mí, que ha cancelado la boda y ha dejado a Carol y, de verdad que me encantaría creerle y dejar el pasado atrás, pero es que en serio me cuesta mucho no pensar que fui su juguete.

Necesito hablar seriamente con Aaron, tengo que hacerle entender que luchar por mí es una pérdida de tiempo. Cojo mi teléfono y busco su chat para mandarle un mensaje.

"Hola Aaron. Me gustaría que quedáramos, ¿te viene bien hoy a las ocho de la tarde?"

En seguida tengo un mensaje contestándome por su parte.

"Me encantaría, ¿dónde quieres que quedemos? Puedo ir a buscarte si lo prefieres".

Le digo que quedamos en el parque que está cerca de mi casa y no le hablo más. Siento que cree que le voy a decir algo bueno o bonito por el detalle que me ha hecho. Ahora tengo que hablar con las chicas para que me expliquen. Pensándolo un poco, me molesta que hayan entrado en mi habitación.

Voy hacia el escritorio para coger mi diario y apuntar lo sucedido hoy con James y todos los sentimientos que conlleva. Necesito desahogarme con la vieja confiable. Abro el cajón y empiezo a buscarlo, pero no lo encuentro por ningún rincón. Abro otro cajón por si acaso me hubiera confundido, pero nada. No está.

Salgo del cuarto rápidamente y me choco con Inna, que al parecer iba a entrar a mi habitación. Me mira preocupada mientras se da en la frente, que es donde ha recibido el golpe por chocarnos.

—¿Te ocurre algo, Alex?

—Sí, no encuentro mi diario.

—¿Seguro que no está en cualquier rincón de la habitación? —Niego rápidamente con la cabeza—. Bueno, te compras otro, ¿no?

—Inna, ¿no entiendes o qué? —ella me mira con curiosidad—. A ver, empecemos con una definición de diario, ¿de acuerdo? Un diario es una libreta...

—Sí, lo sé. Tienes tus más secretos escritos ahí, ¿pero y qué pasa? Seguro lo tienes por ahí perdido.

—Inna en el diario tengo apuntado los juegos de Rodrigo y James —Creo que empieza a entender un poco por donde voy, ya que empieza a abrir los ojos.

—¿Estás segura que no está por debajo de la cama o algo? —niego con la cabeza.

—¿Quién ha entrado para poner los pétalos, globos y demás en mi habitación?

—Aaron —dice Inna alarmada—. ¿Crees que él...?

—¿Ha sido el único en entrar? —le pregunto con un nudo en el estómago.

—Sí, ¿habrá sido capaz de quitártelo?

—Creo que me dejé el diario en el escritorio y no lo guardé ni le puse candado. Aaron ha tenido que verlo y leerlo. Siendo así, si no sabe lo que hace James y Rodrigo, lo sabe ahora. Pero no entiendo para qué lo quiere —confieso intentando pensar un argumento convincente del porqué cogería un tonto diario.

—No lo sé, pero tengo un mal presentimiento, Alex.

—Yo también. He quedado con él para dentro de una hora y pico, quería hablar sobre el gran detalle que ha tenido conmigo, no quiero que lo haga más y tengo que encontrar las palabras adecuadas para que no le sienta mal, y menos si tiene mi diario. ¿Crees que lo utilizaría en contra de ellos?

Ardiente Deseo I [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora