Capítulo 12

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La chica del restaurante

Hacía tiempo que no dormía tan agusto. Me despierto poco a poco y noto un brazo en mi cintura. ¡James! No me acordaba que se acostó a mi lado. Intento moverme para verle la cara.

—Hola —dice con los ojos cerrados y la voz ronca.

—Hola —me sale una sonrisa tonta.

—¿Estás mejor?

—Sí, gracias.

—Solo por hoy te vas a librar de almorzar, no quiero que acabes vomitando todo. —Suelto una risa. A todo esto, ¿qué hora será?

Me intento levantar pero escucho un gruñido y un apretón en la cintura hacia él.

—¿A dónde vas?

—Quiero ir al baño y mirar la hora, si sigues sin dejarme ir me haré pipí aquí mismo. —Sonríe. Está tan malditamente sexy, es increíble.

Logro que me suelte y me levanto muy a mi pesar. Voy al baño y hago mis necesidades, además de lavarme los dientes, muy importante. Aunque no ha habido ninguna iniciativa a un beso con James, ¿y quiero que la haya? No realmente no quiero, cuando vuelva mañana a casa me olvidaré de él. Ahora estoy de vacaciones y quiero disfrutar un poco de su compañía.

Salgo del baño y cojo el móvil que está en la mesilla.

—Mierda. —La comida con Erick.

—¿Qué ocurre hermosa? —Se sienta en la cama y me agarra de la cintura atrayéndome a él.

—Erick quería que comiéramos juntos, pero me olvidé por completo y son más de las cinco de la tarde. —Me planteo si llamarlo o no.

—No se merece ni siquiera una mirada tuya, no por ahora. —Me suelta James con el tono de voz cambiado.

—Lo sé... lo de antes estuvo muy feo.

La puerta de la habitación se abre de golpe y aparece Erick mirándonos. ¡Qué oportuno! Si se pensaba que habíamos hecho algo, ahora lo va a pensar más.

—Se llama a la puerta antes de entrar —dice James. Intento quitarme de su agarre pero no me deja y me rindo.

—Ya hablaremos Alex. —Y cierra dando un portazo.

—James, suéltame, tengo que ir a hablar con él. —Intento salir de su agarre pero es imposible, es muy fuerte.

Me levanta y me tira a la cama, suelto un grito por la sorpresa.

—Ya tendréis tiempo para hablar, ahora quiero que estemos juntos, ¿vale? —Suena cabreado, pensándolo bien, tiene razón. Erick solito es quién está pensando cosas que no son, o al menos no en la realidad. Y aunque lo fuera, no entiendo por qué tiene que estar molesto, ¿qué más le da a él?

—¿Pretendes estar todo el día en la cama? —Me da una sonrisa arrebatadora.

—¿Sabes cuántas cosas se pueden hacer en una cama? —¿Me está insinuando...?

—Quisiera ver un poco la ciudad —digo rápidamente alejándome un poco de él—. Mañana me voy y he visto muy poco.

—Mm, de acuerdo, te haré de guía personal. —Se levanta de la cama y me extiende la mano, yo se la acepto y me levanta de un golpe—. Ponte algo para andar bastante, voy a hacer que te canses hoy por no querer quedarte en ls cama, nena. —Se marcha pero antes de acerca hacia mí, por lo que me pongo nerviosa y me agarra del culo apretándolo. Entro en pánico y me pongo colorada y... ¿excitada?— Vengo en media hora.

Ardiente Deseo I [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora