Confesión
Estoy en el amplio restaurante que tiene el hotel comiendo unas tostadas sola mientras que Erick está con las fotos en el patio interior. Las mesas son de madera con quemaduras, le da un toque bastante rústico. Las sillas también son del mismo estilo, las cuatro patas salen del centro del asiento. Para el respaldo sale un palo ancho y a la altura de la espalda alta se forma un círculo achatado. Realmente es bastante cómodo.
—¿Todo bien, pequeña? —pego un susto soltando la rebanada de pan a la mesa.
—Eres estúpido —intento no gritarle.
—Lo siento, no era mi intención, ¿vas bien con las fotos? —me pregunta.
—Sí, Rodrigo. Oye, ¿qué haces aquí? No te llevas bien con tu hermano... —le pregunto mientras cojo mi tostada caída.
—Que no nos llevemos bien no significa que no lo quiera, sigue siendo mi hermano —me da una sonrisa radiante y si no me estoy confundiendo o drogando, ¿seductora?
—Si intentas coquetear conmigo es mejor que te largues, no estoy de humor con el tema —le doy otro bocado.
—Qué graciosa, ya sé que contigo no vale el coqueteo. Estás pillada por mi hermano, lo entiendo —se ríe—. Pero yo creo que deberías... —no termina de hablar porque otra voz más grave, enfadada y alta suena.
—¿Qué haces aquí Rodrigo? —la voz de James. Me giro lentamente para observarlo después de un mes. Tiene la barba algo dejada pero le queda tremendamente sexy y un poco de ojeras por lo demás está incluso mejor de lo que recordaba.
—Qué agradable verte, hermano —Rodrigo me coge de la mano y se la lleva a los labios—. Nos vemos después, me gustaría hablar contigo en privado.
—Claro —le doy una pequeña sonrisa tímida.
Rodrigo se aleja y nos deja a James y a mí solos, lo que hace que me sienta muy incómoda y se me vaya el apetito. Ya no lo miro, simplemente estoy dándole la espalda mientras espero a ver si aparece mi apetito, pero me da que no.
—Gracias por aceptar la sesión de fotos —lo escucho hablando. Simplemente lo ignoro mientras me levanto de la silla y cojo mi pequeña cartera de búhos.
Empiezo a caminar por su lado pero no me deja pasar así que paro en seco le doy una rápida mirada de cabreo e intento ir por el lado, pero me agarra de la muñeca sin poder seguir escapando.
—Pensaba que nos llevábamos mejor —me dice en un tono triste. Lo miro y decido que es mejor que deje las cosas claras.
—No, James. Te apoyé cuando tu madre falleció porque entiendo perfectamente lo que es perder a un ser querido por culpa de cáncer y por mucho que te odie no te mereces algo así —cojo aire—. Además estoy aquí por Erick, ni siquiera por tu sucio dinero.
Doy un jalón con mi brazo y consigo soltarme. James se ha quedado quieto, sin mover ningún músculo de su hermosa cara. Le doy la última mirada y me voy andando ligero.
Consigo encontrar a Erick y me acerco intentando calmar mi respiración. No quiero preocuparme ahora mismo, simplemente quiero terminar con las fotos e irme.
—¿Ya has desayunado? —asiento con una sonrisa.
—Las tostadas aquí son deliciosas —espero que no me entre hambre en la sesión de fotos.
—Me imagino que sí. Yo comí unos tápers que me hizo Lizy ayer por la noche.
—Ohhh, ¡qué lindos! —pongo mis manos pegadas.
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Ardiente Deseo I [+18]
Romance¿Será buena idea...? Una invitación a una sesión de fotos en un hotel de cinco estrellas puede cambiarte la vida para bien o para mal. ¿Quién iba a saber que el dueño del nuevo hotel iba a ser así? Tan... arrogante, calculador, maniático del contro...