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Título: Harrison James Osterfield.
Harrison Osterfield y lectora.
Advertencia: Largo. Tiene elementos de un fanfic que leí hace un tiempo y se me perdió. (Si lo reconoces, te pido mencionar el nombre de la autora y de la obra). Contiene más drama que una novela mexicana (no se me ofenda la Mexican People de aquí, por favor).

¹*Yo pongo acá Venezuela, ustedes pongan su país si quieren.

2* Me baso sólo en los personajes de la historia, la cual es una de Tom x Rayita. Pero acá le coloco nombre a esa rayita para evitar confusiones.

³* Alexander, el niño, es de mi invención. Sin ninguna aparición en la obra mencionada.

Ahora sí, comencemos...

Iba algo apresurada por la avenida, tenía que ir por mi hermano pequeño dentro de unos quince minutos más y ya iba retrasada.

Llegué sudando a la escuela, bajo la mirada reprobatoria de la profesora del pequeño.

-Lamento la tardanza, hubo un asunto bastante grave en mi trabajo y no pude salir hasta ahora.-Me disculpe con Alex, que me veía con un poco de reproche.

-Llegué a pensar que se había olvidado del pequeño, señorita Vargas. -Anunció la molesta profesora. Una señora de unos 55 años de edad, amargada a morir.

-Lo lamento mucho, profesora. No volverá a pasar.-Dicho esto, ambos nos largamos casi corriendo del lugar.

Alexander era la luz de mis ojos, y mi consentido como el se auto denominaba. Y yo tenía la obligación legal y moral de mantenerlo.

No hace más de un año que nos mudamos a Los Angeles, fue un viaje largo y cansado. Pero valió la pena. Todo sea por mi familia...

Alex, con sus ojitos azules y cabello rubio llamaba la atención a donde quiera que fuera. Era un niño extremadamente dulce y cariñoso, así como travieso y mandón.

A mis 22 años me tocó mudarme sola, y con mamá hasta el cuello en deudas, decidí traerme a mi hermanito menor a Estados Unidos conmigo. Ambos nos las arreglamos para hacer de la convivencia algo ameno, y nos iba muy bien. Al menos no tenía problemas para mantenerlo.

Caminábamos por las soleadas calles, como solíamos hacerlo todos los días luego de que él salía de clases. Íbamos por un helado o alguna chuchería y luego a la casa.

Ese día, a pesar de que yo no me sentía del todo bien, cumplí mi recorrido habitual. Íbamos pasando por la entrada de un lujoso hotel, creo que el Millennium Biltmore Hotel o el The Standard, ambos igual de costosos.

Sentía mi corazón latir con fuerza. Algo que no era habitual.

-Alex, para un momento por favor.-Le pedí al ver que se adelantó de más.-Necesito descansar.-

Mi hermano se acercó preocupado, al verme recostada en la pared con una de las manos en mi pecho. La opresión que sentía era enorme, y sentía que me fallaba la respiración.

-Estas poniéndote azul, ____.-Advirtió mi hermano con miedo. Si algo me pasaba a mí, lo que fuera, a él se lo llevarían a Servicio Social o lo deportarian al no ser nacional.

-Mierda.-

Trate de calmarme, sentandome con él en una de las banquillas de la entrada del hotel, dudando que alguien nos corriera solo por sentarnos.

-¿Qu-Quieres que haga algo? ¿Llamo una ambulancia o algo?-Preguntó nervioso en español. Yo negué con la cabeza, pasando una de mis manos por sus hombros para calmarlo.

One-shots (Peter Parker /Tom Holland)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora