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Titulo: Animas Navtas y Gardien Souls.
Tom Holland y Oc. (Lectora si quieren)
Advertencia: Segunda parte de "Soul Mate"

NOTA IMPORTANTE AL FINAL.

Mi respiración era agitada y mi pulso errático, ¿qué mierda me estaba pasando? Llevaba así todo el bendito día. No podía concentrarme en los guiones que debía aprenderme, ni mucho menos prestar atención a cualquier otra cosa.

Definitivamente necesitaba vacaciones.

-¡Tom!-Llamó por trigésimo sexta vez mi mejor amigo, ya bastante contrariado por mi comportamiento tan estúpido.

Lo mire con desgano, ¿es que acaso no veía que me estaba hundiendo en mi desgracia? O peor, ¿será que sí se daba cuenta y lo disfrutaba?

-¿Ahora qué Harrison?-Gruñi con un deje notorio de fastidio. Ya sabía yo que me saldría con alguna estupidez o algún sinsentido.

El rubio rodó los ojos ante mi actitud tan infantil, esbozando una sonrisa ladina más falsa que mi virginidad.

-Su Alteza, tengo más de 15 minutos informándole que sus protectores llegaron.-Se mofó, haciendo una exagerada reverencia.

Sentí la sangre huir de mi cuerpo ante aquel anuncio.

Entonces, mi mente comenzó a bombardearme nuevamente con innumerables inquietudes.

¿Será que la chica habrá usado la cabeza y rechazado la proposición más indecente que se pudo haber hecho? ¿O el dúo dinámico que tengo por guardianes la habrán hecho perder la cordura al punto en que haya terminado aceptando?

-Estas de broma, ¿no?-Masculle seguramente más pálido que el papel.

El humano ante mi negó con un deje de picardía. A lo que trague grueso.

Suspiré pesadamente y me levante del escritorio en el que me encontraba, con el ánimo por el piso. No quería adelantarme a los hechos, pero seguramente las noticias que mis protectores tenían para dar no serían ni remotamente de mi agrado.

¿Qué habia de malo con querer ser normal por una puta vez en mi vida? Tal vez había mucho, pues cada vez que una oportunidad de aparentar la mayor normalidad del mundo chocaba contra mi puerta, el mundo licantropo se caía a pedazo. Y desgraciadamente recaía en mis hombros parte del peso de todo aquello.

-Ya me van a matar...-Murmure por lo bajo, encaminandome a la puerta del estudio. El rubio a mi lado asintió, en concordancia.

Harrison Osterfield, el único humano que sabía la verdad absoluta de mí. El único humano que, en lugar de salir despavorido o llamar a un psiquiatra para internarme, sabía de mi lycantropia. También conocido como mi mejor amigo.

Osterfield y yo nos conocíamos desde kinder prácticamente, casi dejamos de usar los pañales juntos. Unidos como uña y mugre, así como confidentes en su mayor grado de lealtad. Hasta que me tocó afrontar la realidad de mi codico genético, y me vi en la indecisión de si contarle o no sobre ello.

Agradecidamente, Hazza se tomó la noticia bastante bien. Es decir, sus primeras palabras tras mi confesión fueron: "Que cool". Seguidas de un millar de preguntas sin sentido, entre las que figuraban algunas muy estúpidas como "¿y chupan sangre?" así como otras tantas inteligentes como "¿Cuántas personas como tú hay? O ¿Su sistema de gobierno se rige de forma democrática, monarquíca o anarquíca?"

Naturalmente, me juró no decir nada de esto a nadie y así se ha mantenido. De lo contrario me hubiese visto obligado a convertirlo en uno de nosotros, y eso traería otra serie de desastres a mi muy larga lista de errores.

One-shots (Peter Parker /Tom Holland)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora