Afuera

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26 de abril de 2022

Tessa

Pasó la semana y cada día me sentía más ansiosa. Estaba aterrada por lo que me había dicho Waylon antes de que me desmayara aquella noche. ¿Quién venía por mí? ¿Quién rayos me querría muerta? Porque no había otra explicación, alguien quería matarme. ¿Serían los H. A. V.? ¿Seguirían buscándome?

Estaba en la Torre de Control junto a Max. Logré contactarme con él, ya que, dadas mis circunstancias, él era los ojos y oídos de toda la base. Si él podía hackear los archivos de mi padre, también podría averiguar qué estaba pasando, quién era el que estaba detrás de todo y cómo se relacionaba con Waylon. Mi padre había sido muy inteligente, habría sabido si alguien lo traicionaba, y estaba segura de que lo habría guardado en alguna carpeta.

―Antes que nada, ¿Alex sabe que estás aquí? ―me preguntó, ajustándose la bata blanca, que parecía que no se quitaba nunca.

―No, vine por mi cuenta ―respondí.

No le había comentado a nadie lo que Waylon me había dicho antes de caer, ni siquiera a Kara. Había decidido guardarme el tormento para mí y descubrirlo sola.

―Si me mata, será tu culpa.

Se dispuso a encender los cientos de máquinas y teclear mil contraseñas. Lo primero en aparecer fueron las cámaras. Logré ver la sala de emergencias, el hospital principal, el centro y demás. Las calles se encontraban desiertas y silenciosas, dado que aún era temprano. Aparté la vista cuando Max chasqueó los dedos y me indicó que me acercara.

Siguió todas las instrucciones que le decía. Como ya había intervenido los servidores del laboratorio de mi padre, lo único que tenía que hacer era buscar archivos e introducir palabras clave. Encontró una carpeta con el sello confidencial en rojo, el cual estaba protegido con muchísimos candados. Le tomó cinco segundos burlar la seguridad y miles de documentos, marcados con los sellos «ÉXITO» o «FRACASO», aparecieron en las tres pantallas de mi derecha.

Era información de H. A. V. antes de convertirse, es decir, de cuando aún eran humanos.

Toqué la pantalla y la hoja se amplió, dejándome ver los datos con mayor claridad.

Número de expediente: 256485221

Nombre: Dylan Reese

Edad: 25 años

Género: M

Fecha de ingreso: 08/06/2017

Estado: Éxito

Historial: 5 años en la cárcel por robo a mano armada, TEI (trastorno explosivo intermitente), 2 años en el ejército.

Observaciones: Responde al suero con facilidad. Necesita de tres horas para luchar como un tigre. No hay cambios negativos.

Experimento aceptado.

La información seguía. Algunos habían fallecido dos meses luego de la inyección, otros lo habían hecho tan solo días después, mientras que otros habían sobrevivido y mutaban con el tiempo. Se volvían más fuertes e inteligentes, eran bestias encerradas en un cuerpo humano. Me mantuve pegada a la pantalla hasta que los ojos me escocieron.

Leí mucho más. Había una ficha que detallaba la toxina, a la que habían bautizado como Suero de la Alteración Humana. Mejoraba las habilidades fisiológicas, lo que explicaba por qué sanaban rápido. Sin embargo, había una pequeña parte que los mantenía humanos: sus corazones y cerebros. Por eso morían instantáneamente cuando se les disparaba en aquellos puntos de sus anatomías o se les cortaba la cabeza. Otra observación era que los ojos tendían a brillar y resplandecer. No sabían la razón exacta, especulaban que era por la sangre de animal y los químicos del suero.

1. La extraña ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora